Con muchas aventuras gráficas te pueden entrar ganas de morirte de aburrimiento, con otras sencillamente te puedes morir de mera desesperación, aunque también es común preguntarse por qué en algunas no puedes llegar a morir.
Con Ghost Trick pasa algo curioso, y es que produce ganas de morir, pero sin ningún motivo, casi diríamos por diversión. Pero es una pena, hay que vivir para jugarlo.
Esta nueva propuesta de
Shu Takumi no redefine las aventuras gráficas en plataformas portátiles, no deja de ser
un point and click camuflado por un velo de ciencia-ficción, aunque tremendamente original y tan bien llevado que te engancha desde los primeros minutos y te invita a querer saber más, aunque ya advierten en una de las primeras frases del juego:
Estamos hablando de los poderes de los muertos. No tiene por qué tener sentido. La premisa es tan sencilla como que el fantasma del muerto protagonista ve su propio cadáver aún reciente y ha perdido todos sus recuerdos, y sin saber muy bien cómo ni por qué, termina por involucrarse en una trama de mafias y detectives en la que sólo puede interactuar con cuerpos inertes para seguir adelante, y lo intentará todo para averiguar quién es y por qué fue asesinado.
En realidad no es tan sencillo. El fantasma protagonista puede interactuar con muchos objetos al poseerlos, y realizar acciones tales como encender luces, abrir papeleras, trampillas y puertas, accionar electrodomésticos... Muy Poltergeist.
Todo está colocado a conciencia para formar un puzle perfecto que nos servirá para abrirnos camino, y en ocasiones, para cambiar el destino y salvar la vida de los componentes de la intrincada trama. Porque no sólo hay poderes relacionados con los objetos, sino que uno de los principales ganchos de la historia, así como uno de esos sinsentidos que obviar, está en
el poder de poseer a un cadáver y viajar en el tiempo hasta cuatro minutos antes del momento de su muerte.
Al volver atrás en el tiempo se puede, y de hecho se debe, cambiar el curso de la historia, interactuando con los objetos a tu alcance de la forma más inteligente para evitar que alguien muera. Pero ¿quién salva al protagonista? Sissel actúa según su propio yo me lo guiso, yo me lo como para sacar el máximo provecho de cada situación, aunque a la hora de la verdad, sus respuestas dependen de sus aliados con los que puede hablar tras haberse introducido en sus cadáveres y haberles salvado la vida. No lo intentes, sigue sin tener sentido.
Cuando llegas al punto en que te explican que para viajar largas distancias los fantasmas pueden utilizar la línea telefónica, o dices: ¿Y por qué no? o tal vez lances la consola por la ventana, pero es esa buena
combinación de suspense, humor, ingenio y descaro contra la lógica lo que consigue que Ghost Trick sea una aventura única. Y siempre quieres seguir. Gozando de una buena narrativa y estando repartido en capítulos bien definidos, con sus correspondientes
cliffhangers como si de una miniserie policíaca se tratase, transmite esa sensación de no querer parar, de voy a seguir un poquito más antes de dormir o de tengo 10 minutos, algo podré hacer.
La personalidad propia es una característica que define a la perfección a Ghost Trick: Phantom Detective. Ya que eres un fantasma, ya que no tienes recuerdos, al menos gánate a tus aliados con el carisma necesario. Y es algo común a
todos los personajes del juego, corpóreos o no, héroes y villanos de todos los tamaños y colores cuentan con una personalidad propia y unas características con las que empatizar rápidamente, y no sólo aprovechan el humor textual, sino que se resarcen en las animaciones de cada personaje, con gestos exagerados, bailes y posturas que no ayudan al contexto de una investigación que perfectamente podría ser real, pero
todo da igual en un mundo en el que hablas con el fantasma de un perro de tú a tú, así que un detective jefe con aires de Michael Jackson no se te antoja nada extraño.
Sin ser revolucionario, sorprende, y Ghost Trick se sitúa como una de las mejores obras del creador de Phoenix Wright. Que nunca llegará a crear tanta controversia como el asesino del origami, ni mucho menos pretendemos ponerlos al mismo nivel, está claro, pero un
spoiler suelto puede hacer aquí el mismo daño. Aunque sin llegar a los extremos de Heavy Rain, un poco de capacidad de decisión no habría venido mal, más allá de buscar la reacción en cadena perfecta para resolver cada entramado.
Pero todo lo bueno se acaba, y aunque el propio juego frivolice tanto con la muerte y todo lo que podría haber después, y aunque 10 horas dan para mucho, Ghost Trick no sigue su propio ejemplo, y tras el final de su vida, no hay nada más, aunque muere por todo lo alto.
NOTA FINAL: 8
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