Metroid: Retrospectiva y repercusión
Viernes 20 de Agosto de 2010 por Víctor Junquera
Si hay una saga que define al jugador hardcore de Nintendo, esa es Metroid. Del trinomio Mario-Zelda-Metroid, siempre ha sido la tercera en discordia, y la que ha ostentado el título a la menos atractiva para el público general, pero no por ello inferior en calidad, aunque bien es cierto que también es la que menos entregas nos ha dado.
Con esta frase comenzaba uno de los títulos más laureados de la historia de la Gran N, pero vamos a remontarnos un poco más atrás, adonde comenzó todo hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana... Samus Aran, una cazarrecompensas, es enviada al planeta Zebes para truncar los planes de los Piratas Espaciales (una malvada organización de varias razas alienígenas) de utilizar a los Metroids en pos de la dominación galáctica. Estos hechos, así como los primeros enfrentamientos con Kraid, Ridley y Mother Brain, ocurrieron durante el primer juego de la saga, Metroid, aparecido en NES en 1986, con un muy posterior remake para Game Boy Advance que llevó el subtítulo de Zero Mission (2004), donde quedó más que patente que, bajo toda esa armadura, hay una mujer.
Los Metroids son unas criaturas flotantes, resistentes a prácticamente cualquier tipo de ataque (aunque especialmente débiles al hielo) que viven a expensas del resto de seres vivos, absorbiéndoles su energía vital. La Federación Galáctica consideró esta especie una amenaza, y tras acabar con Mother Brain, envió a Samus a SR388, el planeta natal de los Metroids para que los exterminase, siendo el último enfrentamiento contra la gran Reina Metroid. La última criatura de Metroid viva creo un lazo afectivo con Samus especial, de tal modo que la tomó por madre y comenzó a seguirla, y al final de Metroid II: Return of Samus (Game Boy, 1991) entregó a la cría de Metroid a la Federación para su estudio.
La exploración de planetas hostiles en busca de mejoras para su armadura se convirtió en un hábito para Samus, pero no fue hasta Metroid III cuando se plasmó el regreso a Zebes en un mapa. Hacemos un alto en el camino de la retrospectiva para recordar que la saga Metroid está compuesta por entregas con un género propio, aventuras de ciencia-ficción en las que en desarrollo bidimensional lateral, debemos explorar regiones infestadas de enemigos para conseguir armas, objetos y mejoras que nos permitan avanzar por zonas por las que antes no podíamos cruzar, como unas botas para saltar más alto y llegar a zonas antes inaccesibles, rayos especiales para abrir unas puertas determinadas, bombas que barren toda la pantalla y destruyen las barreras que antes nos impedían avanzar, o trajes especiales que nos protegen de los peligros ambientales.
Es ahora cuando retomamos el camino que nos lleva de vuelta a Zebes, en Super Metroid (Super Nintendo, 1994), donde los Piratas Espaciales han reconstruido su base y rescatado a sus líderes, Kraid, Ridley y Mother Brain, para retomar su plan de conquista galáctica a base de Metroids clonados del último vivo, el ?adoptado? por Samus, que le devolverá el favor en la recta final del juego tal y como se puede ver en el vídeo, unas líneas por encima.
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The last Metroid is in captivity. The galaxy is at peace...
Con esta frase comenzaba uno de los títulos más laureados de la historia de la Gran N, pero vamos a remontarnos un poco más atrás, adonde comenzó todo hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana... Samus Aran, una cazarrecompensas, es enviada al planeta Zebes para truncar los planes de los Piratas Espaciales (una malvada organización de varias razas alienígenas) de utilizar a los Metroids en pos de la dominación galáctica. Estos hechos, así como los primeros enfrentamientos con Kraid, Ridley y Mother Brain, ocurrieron durante el primer juego de la saga, Metroid, aparecido en NES en 1986, con un muy posterior remake para Game Boy Advance que llevó el subtítulo de Zero Mission (2004), donde quedó más que patente que, bajo toda esa armadura, hay una mujer.
Los Metroids son unas criaturas flotantes, resistentes a prácticamente cualquier tipo de ataque (aunque especialmente débiles al hielo) que viven a expensas del resto de seres vivos, absorbiéndoles su energía vital. La Federación Galáctica consideró esta especie una amenaza, y tras acabar con Mother Brain, envió a Samus a SR388, el planeta natal de los Metroids para que los exterminase, siendo el último enfrentamiento contra la gran Reina Metroid. La última criatura de Metroid viva creo un lazo afectivo con Samus especial, de tal modo que la tomó por madre y comenzó a seguirla, y al final de Metroid II: Return of Samus (Game Boy, 1991) entregó a la cría de Metroid a la Federación para su estudio.
La exploración de planetas hostiles en busca de mejoras para su armadura se convirtió en un hábito para Samus, pero no fue hasta Metroid III cuando se plasmó el regreso a Zebes en un mapa. Hacemos un alto en el camino de la retrospectiva para recordar que la saga Metroid está compuesta por entregas con un género propio, aventuras de ciencia-ficción en las que en desarrollo bidimensional lateral, debemos explorar regiones infestadas de enemigos para conseguir armas, objetos y mejoras que nos permitan avanzar por zonas por las que antes no podíamos cruzar, como unas botas para saltar más alto y llegar a zonas antes inaccesibles, rayos especiales para abrir unas puertas determinadas, bombas que barren toda la pantalla y destruyen las barreras que antes nos impedían avanzar, o trajes especiales que nos protegen de los peligros ambientales.
Es ahora cuando retomamos el camino que nos lleva de vuelta a Zebes, en Super Metroid (Super Nintendo, 1994), donde los Piratas Espaciales han reconstruido su base y rescatado a sus líderes, Kraid, Ridley y Mother Brain, para retomar su plan de conquista galáctica a base de Metroids clonados del último vivo, el ?adoptado? por Samus, que le devolverá el favor en la recta final del juego tal y como se puede ver en el vídeo, unas líneas por encima.
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