Avance The War Z ,PC

A día de hoy, todo lo que huela a zombi tiene su éxito asegurado... salvo si hablamos de alimentación, claro está. Eso debieron pensar los señores de Hammerpoint Interactive, después de tanto Resident Evil, Dead Rising, Left 4 Dead y, más aún, al contemplar el éxito DayZ. Oportunamente, y con lo que parece ser un desarrollo largo y trabajoso tras de sí, The War Z va cobrando forma, manteniendo en parte la fórmula del popular mod de Arma II para mimetizar su mecánica y expandirla en lo que viene a ser un completo MMORPG muy capaz de hacerse su particular hueco en los meses venideros.

A pesar de los múltiples bugs con los que nos hemos topado a la hora de afrontar la alpha a la que tenemos acceso, The War Z promete bastante, sobre todo en lo que a llevar nuestro sentido de la supervivencia al límite se refiere. La idea de ponernos en un inmensísimo mundo abierto con la única premisa de sobrevivir es de lejos lo suficientemente atractiva como para generar interés por un videojuego, pero es que sus creadores han dispuesto de muchas geniales ideas en pos de que este desafío sea sumamente divertido, por muy dispares que sean nuestras intenciones a la hora de participar.

Los primeros compases de The War Z lo pasaremos diseñando el personaje, pudiendo crear cinco de ellos para que estén a nuestra entera disposición. Si uno muere, tendremos que esperar una hora para volver a utilizarlo con éste (tiempo que posiblemente cambie en la versión final), perdiendo de paso todo su inventario. Así se transmite una dura sensación de supervivencia desde el minuto uno, dando importancia al factor de la duración antes que sumar puntos masacrando zombis. Es más: en la dura cuesta inicial del programa de Hammerpoint merece más la pena pasar desapercibido entre los muertos vivientes que invertir un disparo de nuestra escasísima munición.

Y es que esa es una de las premisas fundamentales de este título: el ahorrar, el ser prudentes. Incluso el no meternos en líos. Como ocurriera en DayZ, en muchas ocasiones terminaremos temiendo más a los humanos que a los muertos vivientes, existiendo una corriente de pillería y mal rollo que está fuera de lo normal. Conviene ser precavido a tope, registrar cualquier supermercado abandonado para hacernos con alimentos y medicación, cuidar de registrar las armerías sin que haya nadie cerca... En definitiva, hacernos fuertes a nosotros mismos para que podamos imponer rifle en mano. Mi primera experiencia precisamente fue la de morir a manos de otro jugador: contemplé desde lejos a dos de ellos pelearse justo cuando un zombi apareció de repente y se cargó a uno de ellos; mientras el humano huía con el monstruo tras de él, me acerqué para rapiñar los restos del cadáver. Sorpresa la mía cuando otro usuario martilleó mi cráneo hasta darle fin a mi existencia...

Casos como el que he contado es de lo más habitual en The War Z. Por supuesto, también cabe la alegre posibilidad de entablar contacto con usuarios dispuestos a formar una sociedad, e ir al unísono en busca de una estable supervivencia. A buen seguro que un saqueador humano -que siempre nos verá como si fuéramos un supermercado ambulante- se lo pensará mejor si se enfrenta a un grupo de cinco o seis personas. Igualmente, los zombis (que son bastante duros) representan un gran peligro cuando caminamos en solitario, siendo especialmente alarmante la situación cuando nos topamos con un puñado de estos persiguiéndonos o, directamente, acorralándonos dentro de algún edificio. Como hemos dicho, en grupo la situación se suaviza sobremanera... aunque claro está, el auténtico reto es, precisamente, llegar a formar esa sociedad, doblemente difícil si tenemos en cuenta la ausencia de sistema de reputación alguno.

Apabullante pues es la sensación de tensión... en algunos puntos similar a la de DayZ, y en otros bastante diferente. Porque, aunque no lo parezca, con The War Z a los mandos tendremos una sensación de juego bastante distinta, y tanto o más satisfactoria. A pesar de la naturaleza de la alpha -la cual ha ido corrigiendo bastantes cosas en estos días-, el programa de Hammerpoint se muestra interesante como pocos, con un desarrollo que promete horas y horas de enganche apocalíptico. A todo esto ayuda un apartado gráfico que, a falta de que se depure el código en términos de optimización, luce más que decentemente en nuestras pantallas. Porque después de estas primeras sensaciones, no tengo duda alguna de que la apuesta por The War Z va a a caballo ganador.