Avance The Elder Scrolls Online ,PC

En Bethesda no son tontos. Después de recolectar premios a juego del año durante esta generación (Oblivion, Fallout 3, Skyrim) han llegado a una conclusión lógica: ¿por qué lanzar juegos cada unos cuantos años pudiendo tener un mundo permanente para que nuestros seguidores lo visiten a su gusto?

Esta es, a grandes rasgos, la idea detrás de The Elder Scrolls Online (TES Online, en adelante), un MMO basado en los juegos de rol de mundo abierto que tantas horas y horas de sueño y relaciones sociales nos han robado.

La inteligencia de la premisa tiene su punto. Muchos han sido los rumores que decían que Morrowind y Cyrodiil iban a aparecer en la siguiente expansión de Skyrim. Dicho en otras palabras, se palpaba en el ambiente una sensación, que crece a medida que cada juego explora una región diferente de Tamriel, de que lo que los seguidores quieren es libertad para poder campar por ese mundo a sus anchas.

Pues bien, TES Online ha llegado para cubrir ese hueco. Situado en la segunda era, unos 1.000 años antes de los hechos que ocurren en Skyrim, TES Online nos pone en un mundo dividido en tres grandes fuerzas que deberán hacer frente a una amenaza común: un ejército de no-muertos que amenaza con asolar el mapa.

Bethesda no ha querido entrar en grandes detalles acerca de temas básicos en un MMO como el crafteo y ha preferido centrar su presentación a los medios en otros aspectos. Por ejemplo, ese mundo abierto que será Tamriel y que podremos explorar de cabo a rabo. Un mundo que nos permitirá regresar a lugares conocidos pero que va a permitir explorar zonas hasta ahora desconocidas o conocer de cerca a pueblos que pasan de manera muy puntual en las entregas de The Elder Scrolls como los khanjit.

Al tratarse de un MMO, eso sí, vamos a perder parte del encanto gráfico por el camino. El apartado visual es menos potente por limitaciones técnicas del género. Esa simplicidad también se trasladará a la interfaz de pantalla. Alejada del barroquismo de un WoW, TES Online va a optar por enseñar lo mínimo en pantalla: una minúscula barra de atajos, el mapa de turno y poco más. De hecho, las barras de vida, fuerza y magia, clásicas de la saga, sólo aparecerán durante el combate y cuando pasemos el cursor por la zona en la que se esconden, en el cuadrante inferior del monitor.

El estudio también ha querido hacer hincapié en ese aspecto ya mencionado de que la campaña principal será 100% individual. Pero no sólo eso, grandes tramos del juego se podrán hacer en solitario para no obligar al jugador a vivir de terceros o estar supeditado a unos horarios.

Pero el juego individual no va a ser un lastre para que TES Online sea, en definitiva, un título masivo. Que Bethesda se quiera asegurar a ese sector del público menos social no quiere decir que vaya a descuidar al nicho de seguidores, bastante importante, que espera con ganas el título. De hecho, a ellos va dirigido uno de esos aspectos de mayor calado del título y que la firma ya está vendiendo como un hito de TES Online: las batallas masivas.

En este E3 hemos podido ver, muy por encima, una batalla que juntaba en un sólo escenario a unas doscientas unidades. Aunque como suele suceder con los MMOs, solo el tiempo dará y quitará razones y permitirá saber si la arquitectura del juego permite jugar a esas cantidades de usuarios sin que el lag haga más destrozos que la hoja de una espada.

En todo caso, el mayor fuerte de lo que se ha visto de TES Online es que desprende el sabor a los clásicos de la saga. Si sirve de indicativo, para el que esto escribe la sensación de volver a entornos familiares fue tan poderosa que el primer impulso fue recuperar Oblivion para volver a pasear por la Ciudad Imperial, ante la imposibilidad de hacerlo en Skyrim. Solo por el hecho de poder pasear a las anchas por Tamriel, TES Online se merece un voto de confianza. Bethesda se lo ha ganado más que sobradamente con los años.