Avance Ninja Gaiden 3 Razor's Edge ,WIIU

La primera vez que jugué a Ninja Gaiden 3 no podía creérmelo. El juego estaba ahí, dispuesto a ser disfrutado tanto como los anteriores, pero en vez de eso, un conjuntos de decisiones desafortunadas impedían que el fan de Ninja Gaiden tuviera lo que venía a buscar. Puedes no creerlo, pero las tendencias, modas y qué esperamos de algo tienen un poder inconmensurable. Cada vez que hacemos la pelota más grande acerca de que el jugador moderno quiere títulos más fáciles, el agujero se hace mayor. Después tienen que venir títulos como Dark Souls para demostrar que esto no es necesariamente así. «¡Que los que piden 60 fps, dificultades elevadas y cosas así son cuatro mataos! ¡Hagamos un juego accesible (como odio esa palabra) ahora que no está el de las gafas de sol!». Y justo ahora un estudio va y nos revela que de los 50 billones de dólares que hace la industria, solo el 10% viene de juegos casuals. 

En el caso de Ninja Gaiden, la historia es peor todavía. El primero de NES y sus dos siguientes partes son recordadas no solo como juegos con un gran diseño, o como uno de los primeros en apostar por un rudimentario estilo cinematográfico para contar la historia; sino por su dificultad. El juego era más que duro de roer. Eso es lo que tiene que ser Ninja Gaiden, obviamente, adaptado a los tiempos que corren. Pueden hacerte morder el polvo 100 veces, que al final lo conseguirás si pones el suficiente empeño.

Y eso es lo que vuelve a ser, de nuevo, Ninja Gaiden 3 en esta reedición para Wii U. Lo que tenía que haber sido desde el principio. Esa inteligencia artificial ofensiva, de enemigos que no esperan a que les cortes un brazo; que te obliga a levantar bien alto tu espada para bloquear mientras piensas qué hacer a continuación. Que premia el valor de un contraataque y penaliza severamente la falta de ideas.

Hablando de ideas, una de las cosas que más me gustaron de la inclusión de las nuevas armas es que no son simplemente nuevas animaciones y diferentes puntos de daño. Todo ha sido modificado para que cada parte de ese juego blandengue se pueda superar mejor si escoges el arma adecuada. Tienes desde las míticas dobles espadas hasta las eficaces y rápidas cuchillas; el maldito báculo lunar, que nunca me he conseguido acostumbrar a él. La guadaña más asesina que nunca. Las siempre eficiente Kusari-gama, evolución del nunchaco tradicional; y Naginata, ese báculo con cuchilla letal, aunque un poco lento.

A mi con el cambio de la dificultad, ajustada a lo que debe ser Ninja Gaiden, ya me tenían en el ajo. Pero si para ti esto no es suficiente para redimir la experiencia infrahumana del juego original, quizá te interesen el resto de detalles. El más importante, la inclusión de Ayane con una campaña propia (más corta, eso sí) que se entremezcla con la historia de Hayabusa. Sí, tendrás que aguantar las soporíferas secuencias en plan toalla de baño y «mira, mira que te bajo la toallita con la punta de mi metralleta». O lo que es peor aún, agitar el mando para ver un bamboleo de globos de hidrógeno delante del pecho de la protagonista. Física de videojuego nivel uno, vamos.

No pudimos probar, sin embargo, la inclusión de los dos nuevos personajes femeninos de la historia: Momiji que ya vimos en Sigma 2, esa variante que para Itagaki no existe, y Kasumi, otro personaje de Dead or Alive que podremos utilizar. No tendrán niveles exclusivos, pero podremos jugar a la campaña con ellos, lo cual puede ser bastante curioso si consiguen una jugabilidad diferente a la de Ryu.

Lo que más me gustó de la versión Wii U. Iba con miedo a un mando que quizá no aguantaría la tralla que le iba a meter a los sticks y los botones, y me llevé un corte en toda regla. Se juega perfectamente con el GamePad, así que si leéis la review de la IGN americana donde dice que os compréis un mando Pro porque con el GamePad es imposible, pensad en ese analista como alguien que no sabe jugar a Ninja Gaiden y ya está.

No me puedo olvidar tampoco de la parte técnica. NG3 era feote, con escenarios oscuros al principio del juego que poco a poco van cogiendo forma dentro de ese caos que siempre hace el Team Ninja. En el fondo es soportable, porque a un jugador de Ninja Gaiden le ponen escenarios como las VR Missions de Metal Gear Solid y lo disfruta igual. No son más que paredes en que apoyarse, esquivar y donde pueden acorralarte. Lo que sí es importante remarcar es que esta versión de Wii U tiene inexplicables jaggies que han aparecido mucho más remarcados que la edición original, supongo que serán cosas del port y del desconocimiento de la máquina, pero que asustan un poco. Los bajones de frames son algo importante, aunque puntual, pero hay que recordar que recuperamos los 60 fps y además tenemos una mejora en la resolución, así que no voy a quejarme mucho de ello.

Súmale a todo esto un sistema de karma que te permite mejorar tus habilidades con algo de sentido común; botones táctiles y digitales, puedes escoger; el sistema off-TV que cumple tus sueños más húmedos de jugar a Ninja Gaiden en la camita… Es extraño, vienes de una tercera entrega que odias y que mancilla todo lo que es puro y bello de una saga que adoras. Vuelves a jugar porque al estudio le ha dado por hacer ahora bien las cosas, y ya estoy deseando volver a ponerme con un juego que prometí no volver a tocar ni con un palo. Por una vez, vivan las reediciones.