Avance Company of Heroes 2 ,PC

Corren buenos tiempos para los RTS ambientados en la Segunda Guerra Mundial. Al excelente Company of Heroes que Relic se sacó de la manga en 2006 se suma en este 2013 una secuela que cambia las tornas y lleva la acción a otro campo de batalla: el frente soviético. No vamos a negar que siete años entre juego y juego ha sido una espera muy larga, pero como dice el tópico, todo indica que va a merecer la pena. O, por lo menos, eso es lo que deducimos después de haber probado la beta cerrada, centrada en el multijugador.

Como decimos, Relic no ha ofrecido todavía un vistazo a lo que será la campaña de Company of Heroes 2 pero sí que ha abierto sus puertas para que el público pueda probar de antemano el punto fuerte de cualquier RTS: el multijugador. Pasamos de la Europa occidental a la oriental y lo hacemos con un cambio en los bandos a escoger: esta vez, en lugar de aliados contaremos con el ejército soviético.

El cambio no es nominal ni puramente estético, ya que incluirá diferencias en la gestión de nuestras tropas. Teniendo en cuenta la población con la que contaba la URSS, será más fácil reclutar tropas que si tomamos a los nazis pero, por contra, su resistencia en el campo de batalla será menor frente al podería de la artillería germana.

Pero la mayor novedad de este Company of Heroes 2 no la introduce ningún personaje ni mecánica de juego. La mayor novedad radica en el terreno de juego, más en concreto, uno de sus elementos: la nieve. En algunos mapas será protagonista, en otros no la veremos en exceso, pero la nieve va a jugar un papel preminente en el título y los jugadores van a tener que aprender a sortearla para salirse con éxito de la misma.

Por ejemplo, en determinados momentos sufriremos tormentas de nieve en mitad de una partida que nos dejarán prácticamente a oscuras, sin ver mucho más allá de nuestras unidades. Unas unidades que tendrán que resguardarse cerca de hogueras, por ejemplo, para no perecer. Pero no acaba aquí la cosa ya que, por ejemplo, los tanques tendrán problemas para sortear algunos elementos del mapeado. Pongamos, por ejemplo, que atraviesan un lago helado y que otro acorazado, o una unidad de artilleria o un ataque aéreo atacan su zona: adiós a la capa de hielo y el tanque, como Santa Rita, en el fondo del mar.

Las bases de Company of Heroes 2 son las mismas que las de su predecesor. Tendremos que hacer un buen uso de las coberturas para proteger a nuestras unidades más débiles, tendremos que tomar puntos estratégicos del mapeado para hacernos con la victoria o para conseguir más suministros y, en definitiva, las mecánicas no han sufrido un gran vuelco.

Relic ha seguido la máxima de retocar poco lo que funciona y ha intentado que los añadidos cumplan con su función de dotar de profundidad al título. Uno de ellos es la aparición de comandantes, que se desbloquean al conseguir el primer punto táctico. Podremos contar con tres comandantes pero sólo se podrá activar un por partida que, a su vez, nos otorgará diferentes mejoras en función de sus características. Aquí la lista es cuasi interminable, desde los que favorecen la artillería pesada hasta los que otorgan mejoras a tropas de infantería. A medida que sumemos puntos tácticos, además, se desbloquearán otras mejoras.

A falta de poder catar el juego en toda su extensión, el multijugador te deja con un buen sabor de boca. El lamento, para los que no somos tan habituales del género, es toparte en cada partida con un arsenal de profesionales que saben muy bien lo que hacen. Pero, poco a poco y con ingenio, Company of Heroes 2 sabe ser generoso en su multijugador. A poco que rascas la superficie y ganas experiencia, el juego desbloquea nuevas unidades que profundizan, aún más si cabe, la experiencia.

En definitiva, el título de Relic avanza con paso firme para su salida de cara al mes de junio. Llegará en un momento ideal, a las puertas del verano y con Heart of the Swarm lo suficientemente lejano como para que la comunidad de aficionados al RTS lo acojan con los brazos abiertos. Con que sea la mitad de bueno de lo que hemos probado, nos damos por satisfechos.