Puede que no lo creáis, pero hay un mundo ahí fuera lleno de juegos de mesa y de cartas que tiene tanto atractivo y diversión como los videojuegos. Marcas como Edge han creado reglas hiper complicadas donde la estrategia lo es todo y donde cualquiera de ellas puede romperse con una sola carta que quebranta cualquier norma de la partida. Una carta especial. Un comodín.
Visto así, no es tan difícil imaginar el nuevo concepto que Black Ops II ha instaurado en su juego. Un sistema tan sencillo como variable, que es lo que se lleva ahora. Diez ranuras para personalizar tu clase (arma principal, secundaria, accesorios, ventajas, granadas...), ni una más ni una menos. Tres ranuras para estas cartas especiales (llamadas Wildcards) que cambian todas las reglas. Usa una para añadir una ventaja extra, esa que siempre te hacía dudar. Otra para añadir un accesorio más. Pero cuidado, porque el uso de estas cartas significa perder una ranura de las diez mencionadas y el accesorio o ventaja adicional otra. Más potencia, menos ranuras. Eso sí, si eres capaz de sacrificar tu arma secundaria entonces empezamos a entendernos.
Coge ahora las rachas y súmales el sistema de puntos de Battlefield 3, donde todo cuenta. Un sistema de puntuación que ya no solo se fija en tus muertes, sino en la ayuda prestada para mantener una posición, en las asistencias y en capturar la bandera. Pero ojo, porque más oportunidades de conseguir rachas también significa que los más expertos estarán lanzándote continuamente todo tipo de artilugios de la guerra del 2025.
Ahora bien, la época lo es todo. Luchar en una guerra futura significa todo tipo de drones robotizados con una capacidad de ataque sobrehumana. Torretas de microondas que te fríen como cocinar un hamster, que te ralentizan y te dejan totalmente vendido. Pulsos electromagnéticos que inhiben robots y cuchillos electrificados que te dejan vendido. Y, por supuesto, misiles aéreos, que podrás elegir entre lanzarlos y controlarlos tú o dejar que la IA haga el trabajo sucio.
No nos gusta hablar más de novedades que de sensaciones, pero es difícil con Black Ops II. Las partidas se suceden y descubrimos el escudo de asalto, una poderosa barrera prácticamente impenetrable que además nos permite plantar una cobertura en cualquier sitio. Los camperos y amantes de rifles de larga distancia tienen ahora una mirilla especial que identifica al enemigo, por lo que el camuflaje queda en un segundo plano, a no ser que utilices tus ventajas para ello.
Como colofón, los deportes electrónicos o «e-sports» han hecho furor en los últimos años y Black Ops II no quiere perdérselo. TreyArch ha creado un sistema de ligas y torneos organizados mediante matchmaking con los que iremos subiendo puntos y posiciones en las diferentes ligas. Si alguno ha visto alguna vez un torneo de lucha, de estrategia, de carreras o de deporte, comentado en directo, sabrá que esto tiene futuro. Convierte al videojuego en algo disfrutable aunque uno sólo mire y no juegue. Y eso es lo que pretende Black Ops II con el CODcasting, una nueva clase de espectador que puede ver cualquier jugador, todas las posiciones en el mapa (parecido a los modos donde la muerte por partida es permanente), pero con cambios significativos como la doble pantalla, la posibilidad de escuchar a los jugadores y, muy posiblemente, en el futuro para ligas mayores, la voz de un comentarista tan eufórico como los partidos de fútbol.
Además, TreyArch busca ganar algo más con las retransmisiones de streaming, con su propio sistema a través de web y dispositivos inteligentes que nos permitirá ver las mejores partidas y también en directo. En definitiva, ha logrado hacer funcionar su Call of Duty Elite y además ha declarado la guerra a YouTube y todos los «youtubers» que ganaban más y más seguidores subiendo sus mejores partidas online con una capturadora de vídeo.
Muchas novedades para el multijugador de Black Ops II. Es cierto que cuando uno se pone a jugar y empieza a ser afín a determinados estilos de juego, todo resulta tan sencillo e intuitivo como siempre, y los cambios pueden parecer pequeños. Pero de momento, Black Ops II y TreyArch han demostrado que esa estadística que indica el próximo bajón del shooter online está todavía muy lejos de caer en picado.