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Todo sobre la demo VIP de Anthem
Domingo 27 de Enero de 2019 por Rafa del Río

Tras la demo VIP de un fin de semana que ha sido una montaña rusa de emociones, ya podemos decir que Anthem ha mostrado sus cartas. Con apenas tres misiones, dos zonas de exploración libre, la posibilidad de probar dos de sus cuatro armaduras y una raid en forma de asalto que es toda una delicia, el nuevo juego de BioWare ha logrado convencer a casi todos los públicos superando un mal funcionamiento en los inicios de la demo. Para ello, sus creadores han aprovechado al máximo los dos puntos fuertes de Anthem: una tremenda jugabilidad y lo que se promete como un riquísimo lore que no duda en mezclar elementos de Dragon Age y Mass Effect para dar como resultado un nuevo universo que no tarda en enganchar a los recién llegados. 

 

 

Bienvenidos a Fuerte Tarsis

El inicio de Anthem nos pone en la piel de un 'librancero' -piloto de alabradas autónomo- de aspecto desconocido de quién podemos elegir si su voz es masculina o femenina. Tras ajustarse la correilla de la mano, una animación que se convierte en habitual tras empezar a jugar varias veces la demo, se nos da acceso a muchas de las áreas de la zona offline: Fuerte Tarsis. Un núcleo urbano y de comercio que se configura como un estandarte de resistencia humana frente a la temible fauna, los peligrosos fenómenos metereológicos, los molestos escaras y, por supuesto, el Dominio, los enemigos acérrimos de la humanidad que buscan hacerse con la fuente de poder divino: el Himno. 

 

De primeraa, hay que reconocer que el Fuerte no acaba de convencer, o mejor dicho, lo hace a medias. Por un lado, las diferencias con el tráiler de lanzamiento de hace unos años son obvias, nada que no fuera de esperar, pero además incluye una serie de doblajes y diálogos que no me acaban por convencer y que parecen más dignos de una película de adolescentes, con trama de clones incluida, que de un videojuego en el que la humanidad se enfrenta a una temible amenaza. El ambiente en Fuerte Tarsis es fiestero, juvenil, muy nâive, aunque también es cierto que tiene momentos punteros, algunas zonas realmente interesantes y una serie de notas, diálogos, secretos y lo que parecen coleccionables que, como era de esperar, no están presentes en la demo, por lo que es pronto para criticar este aspecto. 

 

 

La Plaza de las Alabardas

Fuerte Tarsis al margen, ya que no deja de ser tan sólo el centro neurálgico en el que conseguiremos contratos, seguiremos la historia y gastaremos nuestros dineros, lo que de verdad importa del asentamiento es la Plaza de las Alabardas, lugar en el que accederemos a nuestras servos y armamento con la posibilidad de cambiar las piezas y el aspecto, pintar nuestras armaduras, crear armas y potenciadores y elegir el equipo que portaremos en nuestra misión. En este sentido, la demo incluye la posibilidad de pintar nuestra alabarda con varias capas, comprar cinco aspectos distintos si queremos modificar el patrón o dejarlas pulidas en un correcto tono metálico, que es mi personalización favorita. Junto a esto, podemos hacernos con un nuevo juego de aspectos para todas las piezas de todas las alabardas: cabeza, pecho, piernas y brazos, así como con un enorme arsenal a través de las tres misiones y la raid, lo que nos permite comprobar que el título se adapta a cualquier forma de juego. 

 

En lo que respecta a las armaduras, en la demo hemos podido manejar dos de las cuatro alabardas presentes en Anthem: la Comando, que es con la que todos empezamos a jugar y que es el equivalente a la build todo-terreno, y una a alegir entre la Coloso -tipo tanque- la Interceptor -táctica y de apoyo- y la Tormenta -elemental-. Cada una incluye sus propias armas especiales y granadas, habilidades especiales y habilidades definitivas, lo que hace que el estilo de juego cambie mucho entre una y otra, con la posibilidad de especializarnos en un tipo o aprender a manejarlas todas e ir alternándolas según las necesidades de la misión. 

 

Finalmente tenemos el armamento, que incluye varios tipos de pistolas pesadas, subfusiles, ametralladoras ligeras, rifles de francotirador, rifle de batalla, fusiles, escopetas, pistolas ligeras, cañones, lanzagranadas... Y un largo etcétera al que se le unen el armamento y ataques específicos de cada armadura que incluyen cosas como granadas, minas, shurikens, misiles teledirigidos, nubes de ácido, granadas criogénicas, ataques de apoyo y un larguísimo etcétera. 

 

 

Anthem en movimiento

BioWare ha dicho adiós a su viejo sistema de juego y ha logrado comprender un género tan dispar y lejano a su forma de trabajo como el de los shooter share open world. Por decirlo rápido: Anthem en movimiento es una gozada. La sensación de estar manejando la armadura de Iron Man o cualquier otro proyecto de Industrias Stark es impecable, permitiendo que elijamos la forma de combate con la que nos sintamos más a gusto, ya sea a distancia, desde el aire, en tierra o cuerpo a cuerpo, y haciendo que todas funcionen igual de bien. El sistema nos permite elegir dos armas de munición 'convencionales' que portamos a la espalda en la línea de Mass Effect, y tres tipos de ataques especiales como granadas, misiles, shurikens etc. que se cargan tras ser utilizados una o varias veces. Finalmente tenemos la habilidad definitiva, que se va cargando según combatimos y que, al ser utilizada, recarga los escudos y el blindaje de nuestra alabarda.

 

Respecto al movimiento, Anthem nos permite caminar, correr, nadar, bucear, saltar, usar los propulsores, planear y volar a toda velociad según lo necesitemos en cada ocasión, incluyendo botones de esquiva en todas estas formas de movimiento y la posibilidad de dar hasta tres saltos seguidos y tres esquivas seguidas con la Interceptor o flotar sobre el campo de batalla con la Tormenta. Alabardas al margen, el control es tremendamente intuitivo y, llevado al combate, hace que sea una delicia enfrentarse a ejércitos enemigos, fauna salvaje y super-jefes finales aprovechando cada una de las posibilidades de las versátiles armaduras. 

 

 

Los contratos

Finalmente tenemos los contratos. Como os he dicho, la demo VIP de Anthem sólo incluye un contrato con tres misiones tradicionales y una Raid de asalto que podemos repetir todas las veces que queramos. A su lado, tenemos la posibilidad de explorar las distintas zonas en modo libre a nuestro antojo, si bien no es del todo satisfactorio ya que si nos salimos de la zona, en vez de cargar una zona nueva, sale un mensaje clásico de 'te estás alejando de la zona de misión' y toca volver o ir a la pantalla de carga. En lo que respecta a los contratos, estos nos dan acceso a misiones que podemos elegir en la Plaza de las Alabardas y que nos llevan directamente a la zona de batalla, ya sea en compañía de nuestro escuadrón, como apoyo de un escuadrón ya presente o solos a la espera de que venga más gente a ayudarnos. 

 

Respecto a las misiones, son bastante variadas, aunque suelen tener una estructura clásica que incluye acabar con varias hordas de escorpidones o escaras, una exploración en medio, más bichos o enemigos y, al final, el jefazo final que son palabras mayores. No obstante, en medio disfrutaremos de fases de exploración, diálogo con PNCs, búsquedas varias e incluso una recolección de orbes de luz que podremos hacer en pleno vuelo mientras el resto del escuadrón nos cubre del fuego enemigo... o al revés.

 

 

Sólo o en compañía 

En ese último sentido, el del juego multijugador, Anthem lo hace muy bien y incluye una serie de diálogos a lo largo del juego con la gente del Fuerte, así que si no conocemos a otros jugadores y queremos ir a lo nuestro, no nos sentiremos solos. Genial de todas formas el cooperativo, aunque sea con desconocidos, ya que al no haber forma de fastidiarnos entre los PJs, la cooperación sale como algo natural y en ninguna de las misiones ni en las cinco raids que llevo cumplidas he sentido que el equipo estuviera fallándome, resultando la experiencia mucho más grata que en Destiny.

 

Para terminar, eso sí, todo apunta a que va a ser difícil, muy difícil, cumplir algunas misiones en solitario en Anthem, a no ser que antes leveleemos por otras misiones o bajemos la dificultad de los contratos, lo que a la larga puede ser mala idea de cara a los últimos compases de la campaña. No obstante, como decía en el párrafo anterior, la colaboración es intuitiva y la comunidad apunta maneras en una demo en la que ha sido mucho más divertido colabora que tocarle las narices a otros jugadores.

 

 

Anthem pinta bien

La conclusión, por ahora, es más que positiva: Anthem pinta bien, muy bien, mucho mejor de lo que cabía esperar y muy diferente a lo que tenía en mente que sería y a ese Destiny que parecía que iba a ser la fórmula a repetir. Buen lore, buena sensación y una jugabilidad endiablada animan a volver a probar el juego este finde del 1 al 3 de febrero en una demo abierta que espero que probéis vosotros también y que demostrará si algunos de sus problemas, especialmente en lo que corresponde a la conexión, se han solucionado ya.

 

¡Nos leemos! 


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