Avance Animal Crossing Happy Home Designer ,3DS
Como bien sabréis todos por aquí, Animal Crossing es un fenómeno impresionante. Es un juego sencillito en el que gestionas una dura hipoteca digital en un pueblo encantador lleno de animales antropomórficos y cabezudos y que tú vas alterando a medida que tomas decisiones como su nuevo alcalde. Efectivamente, solo Nintendo podría llevar a cabo un juego un planteamiento tan ridículo pero efectivo.
Si digo que es un fenómeno es porque conozco a niños que juegan compulsivamente, a adolescentes que se pasan horas en un parque jugando juntos, a hombres adultos que lo juegan en el Metro y a madres jubiladas que se compran dos consolas y tres cartuchos para autogestionarse varios pueblos y que la aventura no acabe jamás. Esto último no es ni mucho menos una exageración, que hablo de la suegra de un amigo.
No debería extrañaros que Animal Crossing Happy Home Designer, el nuevo juego de la saga para Nintendo 3DS, esté siendo ya un exitazo en Japón y muchos fans estén tirándose de los pelos para jugarlo desde este 2 de octubre – cuando se lanza en Europa. Nosotros hemos jugado ya un par de horas y tenemos una primera opinión al respecto: lo que en un principio pensamos que iba a ser un juego pequeñito para vender cartas de amiibo parece ser un spin-off en toda regla de Animal Crossing.
En este nuevo juego, no llegas a un pueblo y te instalas en una nueva casa para irla pagando y bla bla bla. Nope, en Animal Crossing Happy Home Designer llegas a un pueblo ya establecido y te toca currar en la inmobiliaria de Tom Nook. El absentista jefe deja todo el trabajo a su sobrina Nuria y sus compañeros, entre los que tu figuras como nuevo fichaje estrella.
Tras enfundarte la chaqueta roja de la inmobiliaria, lo que hace inevitable acordarse de cierto capítulo de Los Simpsons, te dedicas a decorar las casas de los habitantes del pueblo. Primero decoras la de tu compañera Nuria, que resulta que se ha trasladado hace poco y aprovecha para darte unas nociones de cómo se juega mientras decoras su casa. El sistema es tan sencillo como cabría esperar: hay un apartado de suelos y papel pintado, otra de muebles, otra de elementos que cuelgas de la pared y otra de accesorios varios.
Aunque parezca algo escaso al principio, creedme cuando os digo que si no os ponéis serios con el reloj, es posible pasarse media hora dándole vueltas a una habitación para ver cómo metes un baño, una cocina, una cama y un minisalón. Además, no solo hay que decorar la casa, sino estar atento de los gustos de cada cliente para que le salgan muchos corazoncitos de la cabeza y reciba una casa a su gusto. La satisfacción de los clientes es lo primero.
Al principio, es fácil saber lo que quieren. La primera clienta es una ratita de biblioteca y el segundo es cosmopolita. Son temas claros y sencillos que además aclaras al ver los nombres de los muebles que hay en tu menú. El cuarto y el quinto clientes son más complicadetes, claro. ¿Cómo es una casa distinguida y distendida? Pues eso es lo que te pide una ardilla para su casa.
Estos clientes te los irás encontrando alrededor de la inmobiliaria, aunque algunos serán más especiales que otros y vendrán a verte para que les ayudes. Es el caso de la mismísima Canela, con la que podrás participar en el desarrollo urbano del pueblo en el que habitas – ¿será el mismo en el que ejercimos de alcalde durante Animal Crossing New Leaf? – y hacer alguna que otra cosa más que de momento no hemos vivido en primera persona.
En cuanto a los objetos con los que equipamos las casas, para los baños hay desde bañeras hasta jacuzzis, pasando por mamparas; luego también cocinas humildes o grandes, equipadas con microondas o batidoras; sofás, camas y mesas de todos los tamaños y diseños; librerías para los eruditos; minicadenas para los fiesteros; y televisores gigantes que se cuelgan en la pared o con diseños retro que son muy pequeñitos. Vaya, que hay una cantidad más que aceptable y muchas formas de combinarlos para dar con la casa perfecta.
Por último, me falta hablar de las cartas amiibo. Vaya por delante que no las he podido probar, pero una de las primeras cosas que te sugiere el primer cliente al que ayudas a decorar es que si tuvieras cartas de amiibo de vecinos, podrías usarlas para acceder a sus hogares, ayudarles a redecorarlos, a vestirlos de otro modo y que hasta podrías usar esas cartas – porque los datos de los vecinos se guardan dentro de ellas – para llevarlos a los juegos de otros amigos. No sé si estos vecinos son exclusivos por completo de las cartas amiibo o si más adelante se acceden desde el propio juego, así que de momento poco más puedo decir sobre ellas.
A falta de saber cómo afectarán a la experiencia completa las cartas de amiibo, solo puedo decir que Animal Crosssing Happy Home Designer luce como un juego diferente. No es ese juego al que estamos tan acostumbrados y que conocemos tan bien, y eso puede ser bueno, por el simple hecho de ser diferente; pero también una pequeña decepción para los fans que esperaban un nuevo capítulo al uso de la saga. Esto es un spin-off, pero eso no significa que vaya a ser peor per se, vaya.
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