Avance A Plague Tale Innocence ,XONE
Cuando uno se pasea por la página oficial de A Plague Tale: Innocence, o por la webserie disponible en el canal de PlayStation, puede llegar a deducir que se encuentra ante un proyecto moderadamente ambicioso. Hay ganas, y también dinero. Asobo Studio es el típico equipo que ha trabajado en múltiples lanzamientos sin comandarlos (The Crew 2 o Quantum Break, por decir un par de conocidos), gente que quiere hacerse un hueco con algo más que un encargo. El tema, como mínimo, interesa.
Hermana y hermano pequeño deben huir de la Inquisición y de una peste negra más agresiva de lo que cuentan los libros de historia, eso aquí se traduce en dos enemigos: hordas de ratas depredadoras y señores con mandobles de estocada fácil. Insisto, la premisa tiene su aquél. Puede que no sea el lanzamiento más preciso a nivel histórico, pero cuando ves que dichas licencias se conceden en pos de (intentar) una experiencia mejor, se perdona. En pocas palabras, A Plague Tale: Innocence es un juego de sigilo lineal cuya segunda pierna de apoyo es la historia.
Es inevitable pensar en The Last of Us, en Hellblade o en el último God of War por motivos evidentes. Aquí también te mueves agachado, buscas la espalda de la gente, pasas a hurtadillas y vas conociendo al dúo protagonista entre una y otra zona hostil. Amicia, la hermana mayor, es quien maneja el timón; Hugo, el pequeñín, es un niño inocente que debe aprender cómo funciona el mundo a pasos acelerados. Y así, entre rifirrafes y situaciones de vida o muerte, se sucede la historia.
En las dos horas y pico que dura la demo que nos han proporcionado no hay tiempo para sacar conclusiones, pero en lo que a la trama se refiere hay ganas de ver cómo avanza la cosa. Empieza bien y con ritmo, siendo el principal motivo que te anima a seguir. Porque sí, tarde o temprano tocaba hablar de la experiencia a los mandos, y en este terreno el suelo se tambalea un poco más. A Plague Tale: Innocence no es un título que se juegue mal, no es feo, no está desequilibrado ni es repetitivo, pero es preocupantemente mediocre.
No hablo solo de que está claramente por debajo de sus referentes, también de que es bochornosamente predecible. Cuando quiere generar tensión recurre a las típicas persecuciones (o huidas, según como se mire) unidireccionales en las que constantemente se marca la próxima bifurcación; cuando quiere tirar por el puzle se apoya en recursos manidos como mover/descolgar cajas que sirvan de posterior escalera; cuando quiere ser un juego de acción ofrece combates torpes y faltos de fluidez. Nunca te llevas las manos a la cabeza, nunca es malo per se, pero todo transcurre bajo un tono apático y de una indiferencia considerablemente tangible.
Sin ánimo de hacer sangre -donde en cuyo caso tocaría pasar a hablar de las animaciones faciales-, lo que nos queda de A Plague Tale: Innocence hasta mayo es la duda de si la historia de Amicia y Hugo tendrá la fuerza suficiente para compensar las carencias en lo jugable. Esto puede salir bien. No sé cómo aguantará el conjunto durante las quince horas que se intuyen de partida, pero por separado no se sostienen tanto como me gustaría. Quizás hubiese venido bien un punto menos de ambición a cambio de uno más de ingenio.
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