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Mis primeros pasos en Smite

Una guía mitológica
Jueves 27 de Agosto de 2015 por Kysucuac

Hace un par de semanas te traía el análisis de Smite para ordenador. Ahora que el juego por fin ha salido para Xbox One, es el momento de darte una mano amiga y contarte qué necesitas conocer para convertirte en un verdadero dios de la Arena. Por otro lado, si ves que eso de la mitología no es lo tuyo y que prefieres más ser un simple y mortal campeón, no olvides que tienes una guía con los Primeros Pasos en League of Legends. Bien, después de esta breve introducción, vamos al lío.

 

 

Smite es un juego complicado en el sentido de que necesita cierto esfuerzo extra por parte de aquellos que provienen de MOBAs más clásicos. Los controles de este juego de Hi-Rez mezclan el sistema WASD con lo tradicional en el género, creando una jugabilidad única. Probablemente, y como es lógico, el nivel de dificultad que supongan estos controles dependerán del jugador y de si la versión es para ordenador o para mando (sigo pensando que este MOBA está hecho para consola), así que no voy a dedicarle mucho más a eso. Centrémonos en el juego en sí, en sus personajes y en sus modos.

 

Primer contacto

La principal diferencia que hay entre League of Legends y Smite es que este último nos deja una mayor libertad en lo que a modos de juego se refiere. El MOBA de Riot nos bloquea otros escenarios hasta que vayamos subiendo de nivel, mientras que el de Hi-Rez Studios nos los suelta todos ahí, sin vaselina. Hagamos un repaso rápido a estos modos mitológicos, que ya traté en el análisis:

 

  • Asedio: Dos equipos de cuatro jugadores luchan en dos carriles con una jungla en medio. Un modo centrado en destruir las estructuras enemigas.

  • Arena: Cinco jugadores por equipo pelean en un escenario circular y deben estar atentos a un contador, de 500 puntos, a modo de vida.

  • Asalto y Conquista: Conquista es el modo “estándar”, el de toda la vida. Dos equipos de 5, con dos bases y tres calles. El objetivo: destruir el centro de la base enemiga. Asalto viene a ser lo mismo, pero con una sola calle y con campeones elegidos al azar.

  • Justa: Se trata de un tres contra tres con una sola calle y la jungla a los lados

 

Si bien es cierto que lo suyo sería empezar con el modo estándar, ya que es lo más lógico, creo que en Smite te resultará más sencillo entender a tu personaje y las mecánicas a tener en cuenta en un mapa más pequeño y con menos enemigos. Por ello, recomiendo empezar con la Justa, aunque esa jungla a los lados pueda liarte un poco al principio.

 

Una vez conectado un poco más con el mundo de dioses, junglas, pájaros de fuego y titanes de Smite, puedes arriesgarte con el resto de modos. Yo dejaría el modo de la Arena para el final, ya que es el que, digamos, tiene menos que ver con el resto. Además de que llega un momento que puede convertirse en una locura, y no queremos frustrarnos de buenas a primeras por morir demasiado.

 

Un dios para cada creyente

Ya hablamos en el análisis de que muchas mitologías significa también muchos dioses. Yo recomendaría empezar por los más básicos, como es el caso de Thor o Neith, pero vamos primero a revisar cómo funcionan los roles en este MOBA, basándonos en las posiciones del modo Conquista.

 

En este juego, hay tres tipos de dioses: Guardianes, que son los tanques, los Asesinos,que se resumen en un “mucho daño en poco tiempo”, y los Cazadores, dioses de rango con los que vamos a empezar a hablar.

 

 

Ya que he mencionado a Neith, empezaremos por su rol. Hunter o Cazador, lo que en League of Legends o Dota 2 conocemos como Carry. Es el personaje que más daño suele hacer al final de la partida, un asesino, pero a rango. Junto a Neith, tenemos otros como Anhur o Apolo. Yo no empezaría jugando dioses de este palo, menos en el caso de Neith, porque me parece muy sencilla. No obstante, si crees que lo tuyo es hacer daño y llevar al equipo a la victoria, ¡todo tuyo!

 

En la Mid lane irá un personaje más defensor, preferiblemente mago, que además tenga vigilados ambos lados del mapa (pues será el que más ganks sufra). Aquí yo apostaría por Isis o Poseidón, claro que tampoco es muy recomendado para los más novatos ir a una línea en la se necesita tener los cinco sentidos a tope.

 

El Support o Apoyo acompañará al Asesino en una sola línea. Normalmente son personajes tanques, los que aguantan los golpes. Entre ellos, me quedo con Athena e Ymir, dioses que también tienen una estética que gusta.

 

El que va Solo por la vida. Pues como el mid, pero sin la necesidad de defender tanto la torre. Aquí bien podemos llevar un asesino o un tanque. Personalmente, me decanto por los asesinos, pero tienes que ver qué lleva el resto del equipo para decidirte. Lo mejor es que sean dioses que puedan curarse y acabar con los súbditos con facilidad, del tipo Ra o Tyr.

 

En cuanto al jungla, bueno, en Smite no es un rol tan atractivo, lo que también lo hace menos complicado. Básicamente, lo único que tienes que hacer es limpiar los campamentos de criaturas en la jungla y ayudar a la línea que lo necesite. De estos, me gusta mucho Kali, que no veas cómo reparte la señora entre cuchillos, lanza e incienso.

 

Lo mejor, como en todos los juegos de este tipo, es aprovechar la rotación semanal para ir probando los campeones que más te gusten, y una vez encontrado tus favoritos, comiences a especializarte.

 

El chico de los recados

Uno de los atractivos principales de Smite para los novatos, aunque para los más veteranos resultará aburrido, es la posibilidad de dejar en automático las compras y las habilidades. Es decir, si seleccionamos la opción (que puede deshabilitarse en medio de la partida, no os preocupéis), el juego comprará automáticamente los objetos recomendados, y subirá las habilidades que crea oportunas. Esto está bien al principio, para que te preocupes únicamente de adaptarte al dios que llevas. Pero, una vez ya estés más familiarizado con todo el universo olímpico, lo mejor es deshabilitarla. ¿Por qué, si te está solucionando la vida?

 

 

Muy sencillo. En Smite, como en otros del género, puedes comprar en la tienda lo que te apetezca, incluso lo que no te sirva para nada. Así que puedes hacer combinaciones más allá de lo recomendado para hacer que tu dios parezca totalmente distinto. Claro que está bien seguir algunas pautas, pero que te quiten lo bailao. No sólo eso, sino que, si dejamos el juego en automático, olvidamos algo que puede ser fundamental: Saber qué objetos llevamos. Las cositas pasivas que compramos o nos compra la inteligencia artificial están bien, pero están mejor si sabes para qué sirven. Hay objetos que no son simples armas con efectos pasivos, pues una de las novedades de Smite es, precisamente, el hecho de contar con una sección de objetos activos que pueden venirnos muy bien.

 

Lo mismo ocurre con las habilidades. Sí, está bien que se vayan subiendo solitas conforme tú avanzas de nivel en nivel, pero, por otro lado, no está de más leértelas, ¿no? ¿O vas a ir pulsando botones a ver qué pasa?

Las siete claves Divinas

1. Adoradores

Cuando empieces a jugar encontrarás un extraño concepto. Al igual que en la Antigua Grecia o en el ardiente Egipto, los adoradores son, de alguna forma, la fuerza de los dioses. En Smite se mantiene esta idea, ya que, conforme vayas jugando con un mismo dios, éste irá ganando adoradores, a modo de nivel de Maestría. ¡Hay un total de diez rangos esperándote!

 

2. Dispárame si te atreves

Una de las cosas que más me gustan pero más me llevan por el mal camino son los ataques básicos. En este juego son una especie de skillshot, así que o tienes buena puntería, o vete acostumbrando a no dar ni una ni con los dioses cuerpo a cuerpo.

 

3. Memoria de tecla

Los controles de Smite pueden resultar complicados para cualquier jugador, experimentado o no, debido a la mezcla de mecánicas que lleva el juego. Lo mejor es memorizar cuanto antes la combinación de teclas que corresponden a las habilidades y acostumbrarte a no ver el cursor del ratón en la pantalla todo el tiempo. Recuerdas, estás en un MOBA, pero como si no lo fuera.

 

4. El Support también me vale

Si bien desaconsejé por completo el papel de Support o Apoyo en League of Legends, en Smite son personajes divertidos y fáciles de llevar. Puedes pasártelo en grande con Cupido o Afrodita, por ponerte un par de ejemplos “amorosos”, pero no olvides que tu misión es proteger al Cazador o Carry de la partida. Y si estás en la Arena... Bueno, puedes ir plantando corazones allá donde vayas.

 

5. A un ritmo frenético

Aunque las partidas en Smite no tienen por qué ser cortas, sí llevan una velocidad vertiginosa. Al menos, en los primeros niveles, te perderás un poco porque todo a tu alrededor pasará demasiado rápido. Morirás, sin darte cuenta, matarás, sin saber bien qué has hecho. Lo cierto es que tal ritmo no te ayuda mucho a la hora de aprender a manejar los campeones, por lo que te tocará elegir bien qué mapa jugar para no encontrarte con una locura.

 

6. La clave está en la jungla

No en todos los mapas, pero sí en algún modo, ya lo irás viendo, la jungla puede ser esencial para la victoria. Y es que controlar la jungla rival, es controlar al rival. Si capturas campamentos que pertenezcan a tu adversario, te harás con más oro, más experiencia y algún buff extra. Bonificadores de los cuales estarás privando al otro. Sí, Loki, aquí robar y embaucar no está mal visto.

 

7. Más allá del Olimpo

Ya has ido subiendo niveles y aprendiendo a jugar y ahora quieres dar un paso más, ¿no? Bueno, es el momento de crecer en lo que a competitivo se refiere. Te recomiendo que le eches un vistazo a la página web de ESL y que te apuntes algún pequeño torneo. Ya sabes, este tipo de experiencias ayuda muchísimo al crecimiento del jugador.

 

 

EN DEFINITIVA

 

Smite rompe con la rutina de los MOBA al arriesgarse con unos controles diferentes y una cámara única. También lo hace añadiendo tantos modos diferentes y dejándote elegir desde el principio. Lo hace, además, con un sistema de gemas y dinero virtual mucho más permisivo que su gran rival, League of Legends. Es un juego que da mucha importancia a tus primeras experiencias en él, prestándote un tutorial para cada mapa y ayudándote con diferentes guías.

 

No obstante, a pesar de sus facilidades para el novato, no creo que sea el mejor del género para dar tus primeros pasos. Smite precisa de más presteza que otros juegos del mismo estilo, por lo que puedes frustrarte al principio si no aciertas con los golpes o mueres demasiado. Como siempre digo, no te vengas abajo, no te dejes llevar por la gente tóxica (una cosa buena es que aquí el chat no es muy llamativo ni invasivo, por lo que puedes pasar bastante de la gente). El título de Hi-Rez Studios tiene para ti partidas de lo más interesante. Sólo hay que jugarlas.

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