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MGReplay | Devil May Cry 3

Dante se nos pone farruco
Martes 17 de Febrero de 2015 por Diego Emegé

Hay una categoría de videojuego que no se engloba en un género en particular, que se podría llamar infinita. Tetris sería el ejemplo más claro, y en otro palo se encontrarían títulos como Disgaea. Son juegos cuyas mecánicas centrales se llevan a cabo de manera tan elegante que se pueden expandir y repetir ad nauseam sin que pierdan su frescura: juegos que podríamos jugar eternamente. Devil May Cry 3 es uno de los mejores, y a pesar de su exuberante concepto de juego de acción, con el tiempo fue creciendo en nuestros corazones. La tercera entrega de la franquicia lo tuvo difícil para volver a colocar su buen nombre en lo más alto, tras el tropezón que dio el segundo título. Devil May Cry 3, cronológicamente, es el primer juego de la saga, y nos cuenta la historia de cómo Dante obtuvo la totalidad de sus poderes demoníacos, por qué se lleva tan mal con su hermano Vergil, y, sobre todo, cómo llevar las cinemáticas a la cúspide de la hilaridad y la parodia.

 

El juego comienza más o menos de la misma forma que Devil May Cry: Dante está sentado dentro de su tienda, que está cerrada, y recibe la visita de alguien llamado Arkham, un visitante muy amable que le suelta una jauría de demonios para que le ataquen, bajo las órdenes de su hermano Vergil. Justo después del ataque aparece, en medio de la ciudad, una torre enorme. Dante, que se huele quién está detrás del ataque, sale escopetado hacia la torre y se enfrenta por primera vez a Vergil en lo que podríamos denominar el concurso de «a ver quién la tiene más grande» más épico de la historia. De camino a la torre, Dante conoce a la protagonista femenina: una chica en moto con un lanzacohetes enorme llamado Kalina-Ann. El nombre de ella es Lady, pero también se la conoce como Mary... Aunque ella prefiere que la llamen Lady. A medida que avanza el juego descubrimos que no es otra que la hija de Arkham, y que lo que le mueve es el deseo de venganza hacia él, por haber matado a su madre... Pero bueno, no estamos aquí para hablar de la historia.

 

 

Uno puede pensar al principio que los combates de Devil May Cry 3 son entretenidos, los entornos son impresionantes y las batallas contra los jefes finales son de las mejores. Y eso está bien, pero el juego cambia radicalmente cuando alguien le habla a uno de lo que es la «cancelación de salto». Se trata de una habilidad que nos permite parar en seco la animación de un movimiento. De esta forma, si Dante está atacando con la espada, podemos parar la animación a mitad de camino. No parece gran cosa, pero es una tan relevante como para hacer que montones de jugadores hayan cambiado la forma en que ven los juegos de lucha para siempre. Daos cuenta de que poder para una animación de un ataque mal colocado nos permite mantenernos activos en todo momento. Si os informáis sobre el asunto, seguro que encontraréis antes o después con la obra de Saurian.

 

El tal Saurian es un experto en juegos de lucha, un tío tan hábil que hace tiempo que los desarrolladores lo contratan para hacer demostraciones en vídeo. Es un hombre que ha escrito una guía de técnicas avanzadas sobre los estilos de lucha del juego. Leerlo es igual que aprender a tocar una canción en la guitarra Iberia Jimmy Hendrix. Deberíais leerla, porque es un buen punto de partida para cualquier posible desarrollador de juegos de lucha, y mejor reflexión para cualquier jugador. Nos hace darnos cuenta de que muchas veces aprendemos una técnica, o un ataque, y no dejamos de utilizarla en todo momento. Gracias a la guía, habrá mucha gente que descubrirá nuevas maneras de enfrentarse a los juegos —más o menos de la misma forma que Dark Souls nos enseñó aguantar el dolor. Me gustaría pensar que cualquiera que se lea la guía ahora mismo y no conociera de antemano el trabajo de Saurian tendrá unas ganas loquísimas de volver a jugar a Devil May Cry 3. Por eso es un juego infinito.

 

 

Dante siempre lleva equipadas dos de cinco armas de cuerpo a cuerpo y otras dos de cinco armas secundarias. Cada una de ellas se engloba en un estilo de lucha diferente, y las combinaciones son demasiadas para enumerarlas aquí.  Devil May Cry 3 nos permite que Dante se exprese de formas mucho más dispares que la mayoría de los personajes de otros juegos. Es un juego de lucha pensado para los más duros, y no está de más recordar que nació gracias a un error, Devil May Cry 2, que simplificó el combate tanto que daba casi vergüenza. Devil May Cry 3 acabó siendo algo mucho más grande. No era tan original, pero sí fue un nuevo comienzo. Descubrir todo ese rango de habilidades subyacentes en el juego me hace plantearme hasta qué punto llegamos a desaprovechar las posibilidades que nos brindan las mecánicas interactivas de cada juego y que jamás llegaremos al descubrir.


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