MGIndie | Trine
Cuando penséis que los juegos de plataformas con desarrollo lateral ya no pueden daros más, volved a darle una vuelta al asunto, porque puede que os estéis perdiendo una joya como Trine, como me ha pasado a mí. Es una dulce sorpresa que no me esperaba a estas alturas del partido, pero es inevitable no quedar extasiado con una experiencia de juego tan pura como la de Trine. Su base gira en torno a un modelo de físicas que toca absolutamente todas las mecánicas de juego: puzles, plataformas y combates, tanto de cuerpo a cuerpo como a distancia. Cada nivel contiene puzles originales que suponen todo un reto y fomentan nuestra creatividad, de principio a fin, y tanto el apartado visual como el sonoro —gracias a esa banda sonora de fantasía— son de un refinamiento artístico tal que cuesta no echarse a llorar por culpa del síndrome de Stendhal que provoca.
Trine dibuja su línea narrativa sobre unas bases poco innovadoras, pero de alguna forma simpáticas, que se refieren a una ladrona, un mago y un guerrero que, por una tonta coincidencia tocan un artefacto misterioso por culpa del cual acaban fusionados en un mismo ser. Esta elección narrativa es la mejor excusa para que nosotros, jugadores, podamos acceder a tres personajes con tres clases de habilidades distintas de forma instantánea, solo con pulsar un botón. El juego nos anima constantemente a probar diferentes acercamientos a los problemas que se nos presentan en la partida. En ocasiones nos vemos trasteando con los tres personajes para ver cómo podemos sortear un mismo obstáculo, o, en los mejores casos, el juego nos obliga a aprovechar varias habilidades entre los tres personajes para lograrlo.
La ladrona es el personaje más hábil de los tres. Tiene un garfio que nos permite aprovechar la inercia de nuestros saltos para llegar lejos de la forma más elegante. El mago, por su parte, no cuenta con ataques como tal, pero poco a poco se demuestra como un personaje muy versátil que puede invocar pesadas piezas de metal como cajas o puentes, o también mover piezas pesadas del escenario, tanto para resolver puzles, superar obstáculos o acabar con los enemigos. En cuanto al guerrero, se trata de un personaje-yoyas que cuenta con una espada y un escudo para acabar con los enemigos más rápidamente que el resto, mientras buscan una forma de recuperar su independencia.
Trine es principalmente un juego de puzles con un ritmo muy marcado y metódico, por lo que se merece un premio por haber logrado conseguir unos combates tan divertidos. La ladrona lleva arco y flechas, y los controles nos permiten calibrar la tensión en la cuerda al disparar, de forma que podamos realizar disparos muy elegantes y certeros una vez que le pillamos el truco. El escudo del guerrero, por otra parte, se puede mover sobre el eje del personaje para protegernos de los peligros que vengan desde cualquier dirección, y también tiene la habilidad de atraer y repeler objetos grandes. Lo que hace que los combates funciones es el sistema de apuntado, que hace que las parábolas sean nuestras amigas, al tener control sobre el eje en el que realizamos la acción.
Aunque solo pudiéramos acceder a las habilidades básicas, Trine seguiría siendo una bendición, pero el juego cuenta con un componente de RPG que nos ayuda a personalizar nuestro estilo de juego hasta cierto punto. Principalmente, contamos con un sistema de mejora que nos da la opción de mejorar las tres habilidades básicas de cada personaje usando una suerte de árbol de talentos. Solo obtenemos experiencia de ciertos enemigos, así que nos toca buscar las deseadas botellas verdes que se encuentran desperdigadas por los mapas y, lo que es más divertido, alcanzarlas. Ello se configura como un sistema de recompensa muy sencillo, pero muy directo y gratificante. Por otra parte, también hay cofres con objetos que nos sirven para mejorar a nuestros personajes, entre otras cosas. Para la mitad del juego, los personajes empiezan a evolucionar y a distanciarse de lo que eran al principio, convirtiéndose en guerreros mucho más poderosos.
Qué bonito es Trine. Ya son años desde que salió, y la versión Enhanced le hace mucho bien, pero ya la versión original era una pieza de arte tan bonita de ver que es necesario hablar de ello. Los diseñadores de arte del estudio se ocuparon de clavar la cámara de forma que el efecto fuera mucho más impresionante, al proporcionar a los niveles una sensación de profundidad brutal, con unos fondos distantes y un frente muy cercano. Casi se nos olvida que estemos jugando en un espacio de dos dimensiones. Las paletas de color, por otra parte, son parte de las culpables de esta maravilla visual, así como los efectos del entorno y demás elementos que se combinan para lograr una atmósfera homogénea y muy efectiva.
Sinceramente, me siento avergonzado de no haber probado Trine antes, y esto lo digo desde lo más hondo de mi corazón. Es una obra de tan buen gusto que me entran ganas de abofetear a mi yo del pasado y obligarle a probarla. Ahora, mientras escribo, suena de fondo su banda sonora, que es una maravilla, y no puedo esperar a dejar de escribir para seguir jugando. Hay algo muy, muy especial en la forma en que las físicas empapan cada tónica de juego, algo que permite crear, probar y seguir probando, especialmente con el mago. Una vez más, chicos, gracias por la recomendación.
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