MGIndie | To the Moon
Esta es la segunda parte del MGIndie sobre To the Moon. Para leer la primera parte, pinchad aquí.
Estoy muy contento de haber jugado a To the Moon. Pero parece que no aprendo. No es la primera vez que montones de personas, tanto amigos como desconocidos, me recomiendan una obra, y mientras lo hacen en sus ojos y en su expresión puedo ver que la experiencia que ellos han vivido con esa obra les ha marcado de alguna forma. El caso de To the Moon es exactamente el mismo. Pero aun así he tardado demasiados años en probarlo, en regalarme la experiencia. Y ahora sólo me queda echar de menos que en la industria de los videojuegos existan obras igual de relevantes, pero no como hitos en la historia del medio, sino como experiencias únicas y que realmente consiguen llenarnos a un nivel más profundo.
To the Moon ha resultado ser muchísimo más profundo de lo que esperaba. Obviamente, estaba condicionado por las muchas recomendaciones que había recibido, y sabía que iba a ser una obra especial. Lo que no esperaba es que me encandilara de esta forma, que me proporcionara una historia tan tierna y desgarradora como la vida, y contada de tal forma que lograra mantenerme en vilo de principio a fin.
La forma de contar la historia es un ejercicio narrativo digno de elogio. Kan «Reives» Gao, el artífice de esta maravilla, es verdaderamente un gran escritor. Sé que hacer esta afirmación puede resultar algo pretencioso, pero hay que tener en cuenta que este caballero no sólo confeccionó la historia sino que lo hizo pensando en las particularidades del medio, y no olvidemos que To the Moon existe exclusivamente gracias a él. Hace mucho que no escribo relatos, pero tengo muy claro que narrar una historia desde su final hasta el comienzo requiere de mucha destreza con la pluma, para tener muy claro cuándo proporcionar cada segmento de la historia para que tenga sentido, y, más difícil aún, para lograr que cada parte del todo sea absolutamente necesaria y sirva para gestar un final brillante.
Otra cosa que me ha fascinado ha sido la forma de introducir los duros temas sobre los que se habla. Todos sabemos hablar de los grandes temas de la vida, en mayor o menor medida, con o sin experiencia, según el punto de vista que nos da la edad. La vida, la muerte, el amor, las enfermedades, la soledad... Son temas que están al alcance de la mano, pero para hablar de ellos con criterio hay que ser respetuoso y, sobre todo, ser consciente de lo que se habla. Reives demuestra tener un gran respeto por lo que escribe y sobre quienes escribe. Tratándose de un videojuego, resulta casi una extravagancia que alguien pueda tener tanto sentido común como para destripar ciertos aspectos de la vida con tanta delicadeza, pero al mismo tiempo permitiéndose y permitiéndonos observar cada momento, por miserable que sea, como lo que es, sin caer en la autocompasión.
Me es imposible tener ideas negativas de To the Moon, pero no he podido evitar que se me pasara por la cabeza una vez más lo que significa y lo que permite que se trate de un videojuego y no de un libro, por ejemplo. Me vienen a la mente, sin ir más lejos, juegos como Beyond: Two Souls, que a pesar de no haberlo jugado, sé que recibió no muy buenas críticas. No obstante, el título del que hablamos sí que ha sido aclamado generalmente por la crítica. De repente me planteo si no estaremos siendo más misericordiosos con los juegos independientes por pura empatía, o por caridad, y estaremos penalizando injustamente a los grandes títulos que se atreven a dar prioridad absoluta a la historia frente a la interactividad. Pero, claro, To the Moon es una obra confeccionada con tanto cariño y que despierta emociones tan sanas...
No, To the Moon no se merece que lo metamos en ninguna de estas discusiones. Sólo se merece que se juegue, que se disfrute, que se sienta y que se comparta. Pero que no se comparta con cualquiera. Porque, ¿vosotros se lo recomendaríais a cualquiera? En eso se sale de lo común completamente. Uno puede recomendar jugar a cualquier título sin ningún problema porque espera que se lo pase bien, pero To the Moon es una experiencia que sólo debería compartirse con aquellas perlas vitales que realmente vayan a apreciarlo, o a quienes queramos regalar la maravillosa experiencia de jugarlo. Ayer, después de volver a la Tierra tras acabarlo, me faltó tiempo para hacer el dulce envío por Steam a una persona que realmente lo necesita. Sino lo habéis jugado, hacedlo, y si lo habéis jugado, compartidlo.
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