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MGIndie | To the Moon

Recomponiendo una vida.
Sábado 22 de Noviembre de 2014 por Diego Emegé

No he terminado To the Moon y no por falta de ganas: han sido días ajetreados y no he podido sacar las cuatro horitas que, tengo entendido, dura. No obstante, lo estoy disfrutando a un nivel muy íntimo. Soy una persona que idealiza el amor, y por eso siento debilidad por estas historias de amores eternos, de esas parejas raras que se complementan, por la lucha, por la intensidad del momento, por los momentos felices y por la crudeza del después o del «y si». Y, aunque me voy enfriando con el tiempo, siempre he sido de azotar mi alma y mi orgullo con interminables listas de reproducción de tipo: La historia del hombre soltero Vol. 2. To the Moon me está dando esas cositas, y además me lo da de una forma que para mí resulta como un arpón directo al corazón. Por cierto, si consideráis que hasta aquí he sido ñoño, dejad de leer. No sé a lo que me va a llevar este texto. Os lo digo con total sinceridad.

 

Eso, quizá es lo que más me intriga de los juegos como To the Moon. Son obras con tanto bagaje crítico que me cuesta elaborar una opinión personal y sincera. Quizá por eso mismo estoy acudiendo a mi instinto más primario, y es el de transmitir mis reacciones más instintivas. En este caso, la nostalgia y la empatía es lo más claro. To the Moon se expresa crudo y directo, con un entorno que, a pesar de nacer en la humildad de un creador de juegos RPG —hablando en plata—, gana en riqueza narrativa mientras que aprovecha las herramientas que los jugadores aportan pasivamente para triunfar en nuestros corazones. Me explico: esta experiencia, al menos en mi caso, encuentra un fuerte anclaje en el hecho de que me tiré gran parte de la infancia y adolescencia visitando mundos de RPG en casa de Nintendo, pero no duda en pegar un fuerte salto hacia su objetivo narrativo a través de la imaginación del jugador. La historia se transmite en textos y en un mundo que se intuye en un montón de píxeles, pero que estalla en nuestra imaginación, porque juega con ideas y experiencias.

 

Castigando los lagrimales con artillería pesada.

 

Siento siquiera hacer un amago de entrada en la cuestión sobre lo que son los juegos y lo que no, porque me parece que todos sabemos de lo que hablamos y ni hace falta sacar el tema a colación, pero me planteo qué sería de To the Moon fuera del útero del RPG Maker. ¿Os imagináis una película, un libro, un manga o, incluso, un juego con otras aspiraciones creativas tratando de recrear lo que consiguió el equipo de Freebird Games? A eso quiero ir. Pongamos que se pudieran trasladar exactamente los mismos elementos que componen la historia. ¿Cómo nos llegaría?

 

En este punto me acuerdo de otras historias que duelen, como Eternal Sunshine of the Spotless Mind o, aún mejor, The Fountain. Estas dos piezas son posiblemente las dos películas que más me han masacrado a lágrimas las mejillas en los últimos años. No, To the Moon se expresa de otra forma. La apariencia del mundo, la inocencia de los dos personajes principales, la forma en que suena el piano, dulce piano, dentro del juego… Es un conjunto arquitectónico que se cimienta de forma que la historia tenga el sentido que necesita y llegue con la fuerza con la que tiene que llegar.

 

Es duro jugar To the Moon sin el apoyo emocional adecuado.

 

Aún me queda algo más que la mitad de juego, y de hecho estoy escribiendo estas líneas como quien se lanza a bucear sin la bombona de oxígeno, pero sabiendo que tiene los pulmones tan llenos que cree que encontrará la mismísima Atlántida. Lo mejor del juego a estas alturas es que deja que se intuyan ciertas verdades de la vida de Johnny y River, las dos almas en torno a quienes gira la trama. Posiblemente esté equivocado en alguna cuestión, y muy probablemente no, pero estoy deseando que llegue y que todo lo que he conocido de ellos me atraviese lentamente el corazón a medida que cobra sentido…

 

Ahora es cuando toca preguntarse qué hacer con la segunda parte de To the Moon. Me planteo escribir un segundo texto con mis reflexiones tras terminar el juego completamente. Estamos en la casa correcta como para hacer esto, ya lo sabéis. Os hablo a vosotros directamente, y te hablo a ti, Rukawa, que lo propusiste en el foro. ¿Cómo os sentís después de leer estas líneas? ¿Creéis conveniente un segundo MGIndie de To the Moon? ¿Debería replantearme la profesión? Os dejo la palabra.


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