MGIndie | Pier Solar

Me resulta a la vez raro y un privilegio hablar de un juego que nació para Sega Genesis, a pesar de que lo hiciera en el 2010. Pier Solar HD es la versión en alta definición de Pier Solar and the Great Architects, un JRPG que salió a la venta para una consola que llevaba unos quince años muerta para el mercado. Para más inri, lo hizo tras seis añazos de desarrollo. A pesar de las particulares circunstancias de su concepción, no podemos dejar de considerarlo como lo que es: un JRPG antológico y un homenaje exquisito del que sus antepasados de los 90 estarían orgullosos.

 

Pier Solar HD (por acortar, me vale cualquiera de los dos) habla de Hoston, un niño que se encuentra atrapado en un conflicto mucho mayor que él, todo por tratar de buscar en una mazmorra las hierbas medicinales que podrían salvar la vida de su padre. El pequeño Hoston se rodea de otras caras, pocas, pero con una vida enorme dentro de esos píxeles. WaterMelon, el estudio creador, se sirve de este elenco diverso y vivaracho de pequeños héroes para contar una historia repleta de momentos emocionantes e impregnada de mucha humanidad, gracias al cuidado meticuloso con que se escribió el contexto de cada personaje, y cómo cada una de las vidas se relacionan y se afectan profundamente.

 

 

La historia en sí no quiere contar nada nuevo y se conforma con una narrativa que podría ponerse a la par que la de un Phantasy Star, un Shining Force o un joven Final Fantasy. Por eso puede no resultar muy original en cuestión de ritmo, sorpresas y demás giros narrativos, pero Pier Solar comprende que construyendo un buen cimiento para los personajes y fortaleciendo las uniones entre ellos es más importante que confeccionar una historia nunca antes contada.

 

Todo elogio es poco para los escritores, francamente, porque el juego tiene escondidos los personajes mejor trazados y los diálogos más brillantes que ha visto este género en años. Se nota desde los primeros momentos, por el profundo respeto que tienen los escritores tanto por el mundo como por la forma en que se lo enseñan a los jugadores. La prosa ayuda tanto a la caracterización como a contar la historia, y es capaz de darnos momentos tiernos, momentos serios y también cómicos, hasta el punto de propiciar una buena carcajada. Cubrir semejante rango de emociones no es un logro sencillo para ningún escritor, pero si tenemos en cuenta que Pier Solar mantiene la consistencia durante más de 20 horas de juego… Chapó.

 

 

Para acompañar la fuerza de la narrativa tenemos un lenguaje interactivo que suena nostálgico pero moderno. Lo consigue yendo a lo básico del JRPG, mientras calibra los mecanismos sutilmente para aportar grandes resultados. El núcleo del juego es de combate por turnos. Cuando salta un encuentro, aparece una rueda para navegar en cada personaje. Dentro de esta rueda podemos encontrar acciones de batalla como objetos, habilidades, ataques y la posibilidad de concentrarnos. La habilidad de concentrarse nos permite saltar un turno para lanzar un poderoso ataque en el siguiente, con lo que entra en funcionamiento un poco de esa relación de riesgo-satisfacción que tanto nos gusta.

 

No obstante, la chicha de Pier está en el sistema de formaciones, gracias al cual podemos colocar a los personajes en sitios diferentes dentro del campo de batalla para aumentar sus fortalezas. Hoston es la opción ideal para los ataques cuerpo a cuerpo, pero es inútil a distancia, por ejemplo. El hecho de tener un equipo de cinco personas nos permite un complejo control del campo de batalla, en el que la estrategia está muy presente. Lo divertido está en saber adaptar nuestras tácticas sobre la marcha según los enemigos que aparezcan en los combates aleatorios. Salir airoso de los combates contra los jefes requiere que controlemos bien este sistema y tener la mente enfocada en lo táctico, porque son duros, no injustos, pero lo suficiente para que tengamos que estar muy centrados para hacerlo bien.

 

 

Los combates cubren una buena parte del juego, por tratarse de un JRPG, pero también hay partes de exploración de ciudades y mazmorras que nos da una buena sensación del conjunto del mundo. Las ciudades son particularmente emocionantes y cada una tiene un aire diferente propiciado por el entorno, el trasfondo o las particularidades, con lo que vivir sus plazas y acontecimientos es muy satisfactorio. Un mundo abierto sin límites en la exploración habría sido perfecto, pero por lo menos Pier Solar tiene un sistema de navegación muy sencillo.

 

Visualmente es un deleite constante, tanto en su versión de 16 bits como en esta de alta definición. En el caso de la versión HD el juego nos permite jugar con los filtros actuales o en la versión original, y cada una tiene algo que ofrecer, tanto para los nostálgicos como para los más jóvenes… como para los puristas. Si tenéis un mínimo de curiosidad, os dedicaréis a cambiar entre los dos estilos constantemente, claro, y está genial que podamos hacerlo. Por otra parte, la música es todo un triunfo. Al igual que la pluma, las melodías ayudan perfectamente a generar la emoción con piezas muy bien compuestas y ejecutadas para todas las ocasiones.

 

 

Si hay algo duro de Pier Solar es la falta de ayuda al jugador. En ese aspecto, podemos darnos de golpes contra la pared cada vez que esperemos la más leve indicación por parte del juego. La mitad del tiempo nuestra intuición nos tendrá que indicar dónde buscar, y la otra mitad será pura suerte. Aun así, creo que es un rasgo que toma directamente de los viejos del lugar, y, a falta de una Nintendo Power para apoyar el juego correcto, siempre tenemos sanas comunidades de jugadores con los que compartir experiencia y a los que acudir en caso de duda. Eso sí, si no fuera por esto, estaríamos condenados.

 

Pier Solar HD es un homenaje redondo a los 16 bits, sí, pero más importante aún, es un juego redondo. Tiene la capacidad de acoger las convenciones del género, darles una vuelta, ponerlas monas y enseñarles nuevos pasos, y funciona. Es una extraña gema que nadie se esperaba a estas alturas del partido, pero ha resultado tener las formas y los brillos más puros de su género. Por el precio al que podréis encontrarlo estos días, daos el gustazo sin dudarlo.

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