Los mejores videojuegos del año, según Rafa del Río

Llega la navidad y, con ella, un año más, las profundas meditaciones acerca de cuáles han sido los juegos del año para cada uno de los redactores de Mundogamers. Un año más os encontraréis listas muy diferentes que demuestran que, al final, lo importante es que cada uno valore lo que encuentre más interesante en cada título. Ya sea diversión, originalidad, riesgo o elementos profundos que acerquen nuestro ocio al gran público o lo alejen de éste, al final lo que prima es que sepamos disfrutar de nuestros afición y los favoritos del año.

 

Dicho esto, antes de pasar al betún que diría Takeshi Kitano en Humor Amarillo, debo advertiros que este año no he podido pasar de jugar en Playstation 4, por lo que seguramente echéis en falta el mosntruoso Forza Horizon 3 y alguno que otro de otras plataformas. Injusto, tal vez, pero siempre estáis a tiempo de patrocinarme y regalarme un buen PC, una One o una Nintendo 3DS, que nunca es tarde para escribir la carta a los reyes. Echa la gracia, ahora sí... ¡Al betún!

 

 

 

Empezamos bien: la beta-demo tráiler jugable de Resident Evil 7, primer nombre de la lista y ni siquiera es un videojuego, sino la demo de un videojuego que, para más inri, no sale hasta pasada las campanadas de este año. ¿Acaso estoy idiota? Pues sí, pero eso no tiene nada que ver. Creo que ya que fuimos muchos los que en su momento pusimos a P.T. dentro de los juegos el año de 2015, ahora le tocaba a su sucesor espiritual repetir estrellato en la lista de 2016. ¿Motivos? Le sobran: una campaña audaz que ha hecho que la demo se actualice tres veces para ir creando intriga entre los usuarios, de las mejores noches de este año haciendo gameplays sin parar con una copa en la mano, y la demostración de que, al final, Resident Evil no murió con la marcha de Shinji Mikami y aún le quedan muchos tiros por pegar a Capcom en este area, olvidadas, por favor, sus dos últimas entregas. 

 

 

Seguimos de sustos con el recopilatorio de uno de los mejores videojuegos de terror y la magnífica carta de presentación de los chicos de Frictional Games con Amnesia Collection, un juego que puede que no sea puramente de este año pero que, una vez más, ha significado mucho para mí en los 12 meses de juego que han significado 2016. Una entrega a muy buen precio que lleva a consolas toda la locura de Amnesia: the Dark Descent y su expansión, Amnesia Justine junto a un capítulko de excepción de la mano de los creadores de Dear Esther, The Chinese Room: Amnesia a Machine of Pigs. Miedo del bueno en tres aventuras independientes que, en su momento, cambiaron el género y la mentalidad de estudios como Kojima Productions, Red Barrel y Capcom. 

 

 

Tardó en llegar pero lo hizo bien. Sin duda uno de los grandes juegos del año, aunque tal vez demasiado parecido a su antecesor por mucho que multiplique sus posibilidades con mejores esenarios, mejor ambientación, mejoras gráficas y la posibilidad de dar varias vueltas a un juego que, lo mires como lo mires, merece estar en la lista GOTY por méritos propios. Dishonored 2 se nos cuela en el puesto número 8 usando sigilo y brutalidad a partes iguales, un must play en toda regla que muchos descubriréis el año que viene cuando baje de precio. 

 

 

Si me hubieran dicho hace un mes que un free to play se me iba a colar en la lista de los mejores del año me habría reído, pero ná, el señor Goichi Suda ha vuelto a hacer de las suyas y, sin comerlo ni beberlo, ha aprovechado la Playstation Experience para colarnos el mejor free to play en consolas hasta la fecha: Let it Die, el heredero de No More Heroes y Shadows of the Damned en formato gratuito y con horas de diversión roguelike mezclada con un inteligente multijugador y todo el sentido del humor del señor de la empresa del saltamontes. Me sigue sonando bien la palabra: Gratis... Una maniobra que deberían aprender otros estudios. 

 

 

Ha sido el gran incomprendido del año, o tal vez mejor dicho el segundo incomprendido del año, y para muchos el alargamiento de unas misiones que han terminado sobrando les ha impedido ver el estupendo trabajo de documentación y jugabilidad que atesora el que para mí ha sido una de las sorpresas del año. Mafia III es magnífica música, un aparato visual realmente sorprendente -con algunos fallos al principio, sí- y una historia que ha sabido ir mucho más allá del clásico escala en la jerarquía criminal son los puntos fuertes de un juegazo que ojalá hubiera sabido parar a la hora de meter horas de juego. Black Power!

 

 

 

Titanfall 2 se nos cuela superando el ecuador de la lista gracias al estupendo trabajo de evolución y a un aprovechamiento de las mecánicas y rutinas que no veíamos desde los tiempos de la buena Valve. Un multijugador y un modo en solitario que son dos experiencias totalmente distintas en un mismo videojuego y una campaña que ha sabido aprovechar las diversas jugabilidades de piloto y mecha han logrado que esta segunda parte sepa a caramelo allí donde otras secuelas más sonadas han sido incapaces de ofrecer más que un amargo trago de 'más de lo mismo'. Bien por Respawn y su vuelta al ruedo. 

 

 

 

¿Qué debe ser un juego ante todo? Para mí debe ser diversión, disfrute, inversión y la capacidad de maravillarme con cosas nuevas que no puedo experimentar en la vida diaria. Es por esto que a pesar de la polémica de las promesas, de los cambios de última hora y de todas las movidas con Sean Murray y Sony, No Man's Sky sigue y seguirá siendo uno de mis juegos favoritos del año. No voy a quitar hierro al asunto y tampoco voy a recomendarlo, pero desde luego cumplió con mis expectativas de viajar al universo, y que me quiten lo bailado explorando las galaxias en busca del centro del universo y lo que volveré a bailar cuando este nuevo juego en el que se está convirtiendo No man's Sky termine de actualizarse. En este sentido sí voy a aplaudir a Hello Games, que ha sabido seguir trabajando sin ver un duro para crear el juego que el público esperaba mientras otros títulos -ejem Destiny ejem- no se convirtieron en lo prometido hasta la tercera expansión de pago. 

 

 

Entramos en el top 3 de mis juegos del año y no puedo empezarlo de mejor manera que con el divertido, espectacular y profundísimo Dragon Quest Builders. Un spin off de la saga inmortal de Enix antes de toda esa movida de la sinergía que nos presenta el clásico con diseños de Toriyama mezclado con la filosofía de Minecraft en un producto que es mucho, pero mucho más que la suma de sus partes. Una de las experiencias más gratas de este año y un juego 100% recomendable a los amantes de los ARPGs y a todos aquellos que tengáis hijos. Eso sí, no les leáis los diálogos literalmente a los más pequeños, porque el juego es mucho más adulto de lo que el púlico ha decidido considerar. 

 

 

Se va al segundo puesto aunque, curiosamente, no es el juego que más cosas me ha hecho sentir. No obstante, hay que reconocer que Naughty Dog ha realizado un trabajo impecable con Uncharted 4, y como tal hay que valorar: Grandísimo videojuego, profunda historia, unos personajes que han sabido evolucionar para darle la puntilla final a la historia de Nathan y una potente jugabilidad no exenta de puzzles que más allá del sigilo, los tiroteos y los puzzles sencillitos nos trajo uno de los mejore comportamientos de jeep que he visto en un videojuego. 

 

 

Permanezco fiel a mi filosofía de la capacidad de sorprender y mi puesto número uno va para Hajime Tabata y su fantástico trabajo con el giro de tuerca dentro de la saga con Final Fantasy XV. Cuatro compañeros en una espectacular Road Movie a modo de videojuego que ha sabido mezclar una historia y una filosofía 100% Final Fantasy con elementos tan dispares como el día a día de cuatro amigos, cacerías, mejora de coche, evolución, chocobos y amoríos en una historia de superación en la que acompañamos a los chicos desde la infancia con la demo Platinum hasta la madurez. Final Fantasy XV tiene fallos, por supuesto, pero más allá de ellos tiene una de las experiencias más satisfactorias que he disfrutado este año: un viaje con amigos plagado de aventuras y en el que las bromas perdurarán gracias al carrete de fotos que guardo con cariño en mi PS4.

 

Y hasta aquí puedo leer

2016 ha sido un gran año de cara a los videojuegos, pero sobre todo de cara a estos títulos que han empezado a mostrar nuevas maneras y a los que es posible que aún les quede por crecer en futuras entregas. Un año en el que hemos explorado el espacio, hemos descubierto que Final Fantasy ha cambiado, hemos creado nuestro propio mundo y hemos vuelto a sonreir con las locuras de Goichi Suda. 

 

Me quedan en el tintero los juegos que no pude catar, con mención especial de The Last Guardian, al que muchos echaréis de menos en estas líneas, y a su lado los que me habría gustado incluír, como Dying Light The Following o el Blood and Wine de The Witcher 3, pero que he creido mejor dejar a un lado en pro de otros títulos que son algo más que una expansión. Y bueno... poco más que decir: ¡Felices Fiestas, muchachada!

 

¡Nos leemos!

 

 

Ver también:

-GOTY 2016 según Adrián Suárez
-GOTY 2016 según Álex Pareja
-GOTY 2016 según Diego Emegé
-GOTY 2016 según Julián Plaza
-GOTY 2016 según Víctor Junquera 

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