1. Mundogamers
  2. Articulos
  3. PC

Los mejores juegos del año, según Víctor Junquera

Diversión sin plenitud
Jueves 17 de Diciembre de 2015 por Víctor Junquera

Revisando el texto del año anterior sobre mis juegos del año 2014 me encuentro con que también empezaba hablando de que no había sido el gran año que muchos esperaban, y justo querría comenzar mis GOTY 2015 hablando de que en esta ocasión no me ha resultado ni mucho menos tan fácil como en 2014. Desde luego que ha sido un año de grandísimos juegos, es innegable, pero quizá por preferencias personales o incluso por un poco de saturación, no he llegado a encontrar prácticamente nada que me haya satisfecho tanto como lo hiciera el año pasado el combo de Mario Kart y Bayonetta.

 

Pero no puedo negar que los videojuegos han sido causa un año más de que millones de personas lo pasásemos en grande y viviésemos cosas inolvidables. Como ya sabéis muchos, aquí en Mundogamers somos todos bien distintos, cada uno de nosotros tenemos unos gustos y unas prioridades a la hora de valorar un producto, y todo esto quedará un año más representado en nuestras propias listas de GOTY (Game of the Year), cada uno con su propio criterio. En mi caso, echando la vista atrás al año no puedo evitar pensar en los juegos con los que más he disfrutado y, por supuesto, aquellos que tengan cierto mérito extra por refinar mecánicas o por buscar algo diferente.

 

No puedo evitar mencionar a dos casos especiales que no están en la lista, pero dos casos que han marcado mucho mi año 2015. El primero de ellos, The Legend of Zelda: Majora's Mask 3D, no está entre mis diez porque al fin y al cabo es un remake y todo su mérito pertenece al año 2000 y no al 2015. La segunda de estas menciones de honor es Destiny, que aunque haya empezado a hacer las cosas bien con El Rey de los Poseídos, técnicamente sigue siendo un juego nacido en 2014, pero un juego que, como ya hemos dicho innumerables veces, este año sí que merece la pena descubrir. Dicho esto, pasemos a mis 10.

 

Xenoblade Chronicles X

10 – Xenoblade Chronicles X

 

Dado el estado de adicción que me provocó el esperado JRPG durante el último mes, y que sigo jugando mucho más allá de haber visto los créditos, rondando ahora las 100 horas, podría pensar que Xenoblade Chronicles X podría estar más arriba en la lista, pero hay que ver que por mucho que haya decidido ofrecer una propuesta arriesgada en cuanto a su trama y que haya llevado a Wii U a un nuevo techo técnico, sigue siendo un juego inferior a su antecesor con ciertos matices. Eso sí, aunque no vayamos a vivir una historia como la de Shulk y compañía, las gigantescas proporciones del planeta Mira, el descubrimiento constante, el ritmo bien medido y con sentido y pasar de sentirse poderoso en un robot gigante armado hasta los dientes a estar indefenso ante una criatura que te quintuplica en tamaño, es algo que merece la pena vivir.

 

The Witcher 3 Wild Hunt

9 – The Witcher 3: Wild Hunt

 

Y entre Xenoblade y The Witcher, estando muy pareja la cosa en lo personal, hay que reconocer las virtudes y defectos de uno y de otro, y sin duda alguna, aunque el mundo de The Witcher 3: Wild Hunt no halague tanto a la vista y a la imaginación (aún siendo muy, muy impresionante), hay que reconocer que cuenta mucho más y más interesante. Los valores de producción son muy importantes a la hora de lograr hacer algo atractivo, pero con The Witcher 3 se ha demostrado con creces que no necesitas el mayor de los presupuestos para querer hacer muy bien las cosas. Ha sido un juego que ha marcado un antes y un después en la nueva generación y que aún a día de hoy sigue dando mucho que hablar.

 

Metal Gear Solid V The Phantom Pain

8 – Metal Gear Solid V: The Phantom Pain

 

Aunque para juego que da que hablar, el último Metal Gear de Hideo Kojima. Reconozco que llegué a odiar con ganas a The Phantom Pain por mil y un motivos, pero a la vez que lo odiaba, no podía dejar de jugar y de reconocer sus grandísimas virtudes, porque me estaba fascinando el simple hecho de jugar a algo así. No era sólo cuestión del Fulton, no era la sucesión de mindfucks del tramo final ni eran las ganas de sentirme Big Boss creando mi Base Madre. Con todo lo que se puede decir de su ritmo de juego o de sus personajes, no es sólo que sea uno de los juegos más bestias técnicamente en lo que se ha visto de generación (60fps, bien sólido,...), sino que puedo decir que es el juego con el mejor sistema de sigilo que he podido jugar. Incompleto o no, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain es uno de los grandes juegos del año, aunque todos tus motivos para odiarlo sean ciertos.

 

Splatoon

7 – Splatoon

 

Puede que finalmente no haya sido la revolución del shooter que se esperaba, pero no hay ninguna duda en que el toque Nintendo era algo que le hacía mucha falta al género . Aún hay mucho margen de mejora en Splatoon, sobre todo en cuanto a la infraestructura online se refiere y a la distribución de las partidas (la maldita rotación de mapas cada 4 horas), pero todo lo que lleva suponiendo Splatoon desde antes incluso de su lanzamiento, es una cadena de aciertos. Un precio apropiado, una buena variedad de modos de juego, todo tipo de ampliaciones gratuitas de contenido, un sistema de control a prueba de bombas, un estilo único,... Sin duda, una de las nuevas licencias que ha conseguido entrar con más fuerza en este año.

 

Life Is Strange

6 – Life Is Strange

 

Aunque si hablamos de nuevas licencias con estilo, Life Is Strange ha sido la reina del año. Lo que consiguió la aventura episódica de Dontnod mientras se iba desarrollando es algo que pocos juegos así divididos han conseguido, pero además de tratar una gran temática y de saber darle ese toque de adolescencia encantadoramente real sin que llegue a dar la vergüencita con la que habitualmente se trata, ha conseguido aportar algo único a la industria, una nueva forma de contar historias y de que podamos ver cómo son esas tan importantes decisiones que cambian el devenir de todo. El toque cultureta que impregna la obra haría a Juno parecer una ignorante, pero todo se comprende a las mil maravillas y, escojas el camino que escojas (teniendo en cuenta que nunca hay algo tan simple como blanco o negro), la implicación del jugador en la obra que consigue Life Is Strange es algo difícil de entender hasta que lo juegas.

 

Hotline Miami 2 Wrong Number

5 – Hotline Miami 2: Wrong Number

 

Hotline Miami 2 es la idea de secuela entendida a la perfección. Más y mejor. Mucho más, y mucho mejor, de hecho. Un control mejorado, una idea aún más loca, mucha más variedad para lo que parece un concepto simple, una banda sonora de auténtico órdago, una experiencia muchísimo más exigente,... Hotline Miami 2: Wrong Number ya no es, como se decía del primero, «algo que parece Drive en videojuego», sino que ha conseguido ser una obra con una identidad propia tan marcada y han llegado a tal nivel de refinamiento en su concepto que, directamente, se ha convertido en uno de esos juegos de los que ya no necesitas más. Hotline Miami 2 enfurece, divierte y sacia, y todo lo que haya después en la misma onda, sabrá a poco.

 

Captain Toad Treasure Tracker

4 – Captain Toad: Treasure Tracker

 

Pasar de la ultraviolencia más bestia a la inocencia más dulce, menuda lista más loca. Pero Captain Toad: Treasure Tracker (aunque técnicamente empecé a jugarlo el año pasado, llegó a principios de 2015 a Europa) es, sin ninguna duda y por raro que parezca, uno de los mejores juegos que he podido disfrutar en este último ciclo. Captain Toad es un juego representativo de esos experimentos muy bien llevados hasta sus máximas consecuencias, es esa Nintendo que exprime un producto para que no sientas que 'se podría haber hecho tal o cual cosa' o que 'ya harán esto y esto otro para la secuela'. Captain Toad es perfecto en su concepción, es inteligente, es desafiante y siempre, siempre sabe hacer que el jugador quiera seguir disfrutando de él, incluso cuando después de dominar todos los puzles se convierte en un impresionante Roguelike con el laberinto de las Imimomias.

 

Rise of the Tomb Raider

3 – Rise of the Tomb Raider

 

Este es uno de los casos con los que tengo un debate interno, y prácticamente todo el Top 3 se rige por algo similar que es lo que realmente me lleva a pensar lo que comentaba en la introducción, esa falta de satisfacción plena a pesar de los grandes recuerdos que puede dejar este año. Por un lado veo que Rise of the Tomb Raider es uno de los juegos que más he disfrutado este año, sin ninguna duda, y he pasado una buena cantidad de horas entretenidísimo y obnubilado con la cantidad de situaciones que sabe ofrecer para deleitar al jugador. Pero por otro lado, encuentro que es una obra excesivamente continuista y con menos riesgo incluso que la anterior, el reboot de la saga, y claro, ahí viene el debate. Pero siendo sincero, me cuesta no recomendar Rise of the Tomb Raider, es un videojuego excelente y seguirá siéndolo con el paso del tiempo.

 

Batman Arkham Knight

2 – Batman: Arkham Knight

 

Comienzas a jugar en esa noche eterna y lluviosa de Batman: Arkham Knight, caes en picado, despliegas las alas y casi sientes cómo te salpican las gotas que saltan de la capa. El último Batman de Rocksteady es la pura definición de algo impresionante, y sí, tiene todo eso que a estas alturas del año se tiende a odiar, entre el continuísmo, el mundo abierto y las misiones 'de relleno', pero después de todo lo vivido entre Batman, Joker y compañía en una saga por encima de lo excelente, este broche final no se queda atrás. Es cierto que se podría haber abusado un poco menos del Batmóvil, pero aceptado como un personaje más, con sus propias mecánicas, sus propios desafíos y sus propios puzles tan bien planteados (bendito cabrestante), y por supuesto en combinación con el propio Batman a pie o volando, consigue seguir sorprendiendo hasta el mismísimo final. Y aún con todo esto, me quedo con su acción ininterrumpida, con la ausencia de cargas y sus grandes transiciones, con la sensación de que, aunque estés viendo una secuencia o realizando un QTE, eres tú, el jugador, el que está manejando permanentemente al atormentado héroe.

 

Bloodborne

1 – Bloodborne

 

Pero de todo este año, si tengo que quedarme con una experiencia que me marcó por encima de todas las demás, esa es Bloodborne. En mi cabeza siempre tuvo sentido que no me gustasen los Souls pero Bloodborne me alucinase de tal forma, siempre me pareció una mecánica de juego muy efectiva y aceptaba todo lo que se decía sobre que la saga fuese la mejor representación de un Castlevania moderno, pero hasta ahora no me parecía algo bien medido. Con Bloodborne llegó el refinamiento de una fórmula, una manera de hacer un videojuego muy difícil y exigente sin necesidad de ser tramposo, injusto o imperfecto, y con Bloodborne llegó mi adicción (y la de muchos) a la frustración de morir sabiendo que en algún momento esa frustración acumulada se transforma en el placer indescriptible de una victoria lograda únicamente con tu propia habilidad.

 

Sumando todo eso que se cuenta sin ser contado, esa dirección artística de quitar el hipo, esa mezcla perfecta de no saber muy bien ante qué tipo de juego estás (pocas etiquetas de géneros hay capaces de describirlo), ese desconcierto ante una nueva criatura, ese pavor por perder tus tan merecidos ecos de sangre, ese afán por la supervivencia que te obliga a afinar tus reflejos y a no conformarte con defenderte,... Reconozco que Bloodborne no es un juego para todos, no todo el mundo puede llevar bien la frustración de la derrota una y otra vez, pero para quien quiera descubrir lo que en realidad puede llegar a significar un videojuego a nivel del desafío tanto físico como mental, Bloodborne es uno de los mayores placeres a encontrar en este año 2015.

 

Bloodborne

«Bienvenido a casa, querido cazador»


<< Anterior Siguiente >>