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La cinetosis: cuando jugar a videojuegos se vuelve un problema

Causas y prevención
Sábado 24 de Febrero de 2018 por Julián Plaza

¿Os habéis mareado alguna vez jugando a videojuegos? ¿Os pasa habitualmente con determinados géneros? ¿Es más común en determinadas épocas del año? Es posible que tengáis cinetosis. La también conocida como enfermedad del simulador’ (motion sickness en inglés) es una reacción que sufre alguna gente al jugar a videojuegos, un estado causado por distintos factores y con distintos grados de afectación que es más complejo de lo que en un principio puede parecer.

 

Con la llegada de la Realidad Virtual habréis escuchado que uno de los principales caballos de batalla de las gentes de Oculus Rift, HTC Vive y PSVR es evitar que la gente se maree. Pues bien, hay casos en los que es imposible que no ocurra. Lamentablemente la cinetosis no puede ‘curarse’, aunque tampoco es una enfermedad sino más bien lo contrario. Si os ha picado el gusanillo, habéis padecido algún episodio así o queréis saber más sobre una desventaja que sufrimos algunos amantes del videojuego, seguid leyendo.

 

 

DOOM


La cinetosis no es una reacción ligada exclusivamente a los videojuegos. Se puede dar en otras circunstancias como los viajes en coche, aunque sí que es una reacción más proclive a aparecer en nuestro mundillo. Para entenderla A grosso modo, ocurre cuando el cerebro interpreta que la información que recibe de distintos impulsos y sentidos es contradictoria. Debido a ello, cree que nuestro cuerpo está siendo envenenado y activa una cadena de síntomas que en última instancia terminan en vómito, aunque por lo general la cinetosis se queda en un profundo mareo con sudores fríos. Y en dejar de jugar, claro.

 

Para que esto ocurra, lo que vemos en pantalla tiene que afectar a tres indicadores, aunque no necesariamente a todos: el equilibrio, la vista y la propiocepción. Sin entrar en tecnicismos, del equilibrio se encarga nuestro oído interno y nos permite, además de poder ser bípedos, diferenciar entre distintos tipos de aceleraciones (angular y lineal) para saber qué velocidades y direcciones tomamos al movernos y qué posición tiene nuestra cabeza con respecto al resto del cuerpo. Obviamente la visión también es la responsable de interpretar el movimiento y colabora con la propiocepción, un sentido que hace muchas otras cosas pero que en este caso nos interesa porque nos informa de nuestra posición corporal, nos dice dónde está cada extremidad en relación al resto del cuerpo sin tener que verla.

 

 

W3


Como véis estos tres indicadores reaccionan ante el movimiento, el quid de la cuestión. En aquellos títulos en los que el giro de la cámara es común e incluso brusco se puede experimentar cinetosis. Juegos en primera persona como DOOM, Half Life, o Mirror’s Edge son el ejemplo paradigmático, aunque también puede aparecer en entregas que hacen uso de la tercera persona si el horizonte se mueve a grandes velocidades. Cualquier videojuego que convierta el uso de la cámara en una mecánica puede causar cinetosis, aunque también depende del grado de sensibilidad del que la padece.

 

¿Se puede evitar? Hay distintos condicionantes que favorecen que no aparezca o, como mínimo, que tarde más en hacerlo. El más común es intentar evitar campos de visión inferiores a 90 grados y ampliar ese espectro en los juegos que lo permitan, pero otros trucos como limitar la velocidad de movimiento de la cámara o mantener cierta distancia con la pantalla también valen. Incluso algo tan aparentemente ajeno como jugar en espacios con buena ventilación y sin excesivo calor (por eso es más fácil padecerla en verano) puede ayudar a que no os mareéis. Eso sí, en última instancia la cinetosis siempre puede aparecer. Lo más recomendable es limitarse a jugar partidas cortas y, si termináis mareados, lo que más funciona es acostarse y mantener la mirada en un punto fijo e inmóvil.

 

LA

 

Como veis, esta reacción no es más que una respuesta de nuestro cerebro ante situaciones en las que unos receptores le dicen que no nos movemos mientras otros afirman que sí. Es un mecanismo de defensa que antaño desarrollamos ante los envenenamientos y que hoy se manifiesta en estas circunstancias. No hay juegos que marean ni gente que se marea jugando a videojuegos, es un tema más complejo que espero haberos ayudado a entender.


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