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Impresiones - Nintendo

Probamos la consola y sus juegos
Lunes 16 de Enero de 2017 por Víctor Junquera

Afrontar un primer contacto con la nueva consola de Nintendo no ha sido algo fácil. Constantemente rondaba la cabeza un vaivén entre el «para ser portátil es...» y el «para ser de sobremesa es...» que nunca termina de dejar una impresión clara. La misma presentación de Nintendo Switch del 13 de enero de 2017 introducía la idea de que busca ser todas las innovaciones de la historia de Nintendo en una sola, y no es algo que vaya tan desencaminado de la realidad.

 

Nintendo Switch tiene un poco de esas primeras sensaciones de cada momento de la historia. Tiene una sensación de inmersión aumentada por la vibración que introdujo en Nintendo 64, tiene la portabilidad de la familia de consolas Game Boy y DS, tiene un tanto de control por movimiento que introdujo en Wii, tiene el impacto de tener una experiencia de sobremesa entre tus manos que introdujo en Wii U,... Y todo ello, muy mejorado, y garantizando que tendrá la calidad marca de la casa que introdujo en NES, pudiendo jugar en cualquier situación, como poco, con un mando con todos los botones que introdujo en Super NES.

 

 

El concepto es digno de aplauso, así como lo fue la presentación, pese a ser más dirigida a Japón que al resto del mundo por el tipo de juegos que se mostraron más allá de Super Mario Odyssey, Splatoon 2 y The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Lo que no fue tan de aplauso fue el evento en que pude probar la consola el mismo día 13, y no por el evento en sí, sino por los juegos, que en ningún momento me dieron la sensación de estar jugando a algo 'nuevo' o a algo que justifique la compra de la consola para quien ya tenga una Wii U y quiera rematarla como se merece, con su Zelda propio.

 

Pero antes de meterme en conclusiones y de hablar sobre todo lo que pude probar, me gustaría detenerme en la máquina en sí, en lo que es Nintendo Switch, en sus diferentes mandos y en el shock que supone ese primer momento en que coges el juego que tienes en la pantalla grande y te lo llevas a la pantalla entre tus manos sin perder calidad, una pantalla que te puedes llevar allá donde quieras porque en realidad, toda la consola está debajo de esa pantalla, y hoy en día no estamos acostumbrados a que una consola de sobremesa no haga nada de ruido ni se sobrecaliente. Sí, Switch es lo que tendría que haber sido Wii U, pero es mucho más.

 

Vamos a la siguiente página para ver de qué va Nintendo Switch.

Diferentes formas de jugar

 

De las tres configuraciones posibles de Nintendo Switch no sé cuál elegir como mi preferida. Supongo que hay un momento para todo, pero entre TV, Tabletop y Portable, Switch garantiza mucha versatilidad, tanto de cara al lobo solitario hardcore como para la pareja, la familia o el grupo de amigos.

 

Aunque se enfatice mucho en la portabilidad, Nintendo Switch es una consola de sobremesa. No es una consola que quepa en cualquier bolsillo y me pensaría dos veces si llevar un aparato de más de 300 euros a 'un club', como proponían en el vídeo de presentación de 1-2-Switch, y la autonomía de entre 3 y 6 horas (según el juego) lleva a pensar en que rara vez estarás fuera de casa que necesites una consola durante tanto tiempo. En caso de un vuelo largo, siempre podrás conectarle un power-bank vía USB-C, y en caso de llevártela 'al pueblo', seguramente haya enchufes por ahí, y el dock ocupará poco más en tu equipaje.

 

 

Con lo incluido en el pack básico ya se puede jugar de las tres formas. Ambos Joycon (así se llaman los mini-mandos asidos a los laterales de la pantalla) pueden funcionar como mandos por separado en determinados juegos, y por pequeños que parezcan, sorprendentemente no son nada incómodos. Evidentemente no están hechos para jugar constantemente de esta forma, pero pueden sacar de un apuro en un momento dado, como decía, a parejas, familias con hijos o un grupete de amigos. Los Joycon pueden juntarse en un soporte (el que en internet se conoce como mando perrito) y hacer las veces de mando convencional, o sin soporte, pueden ser utilizados como un mando que no te ata las manos, como si del combo de Wiimote+Nunchuk se tratase, pero sin cables. La ergonomía a los Joycon se la da este soporte, pero por sí solos no son ni mucho menos mandos incómodos en ninguna de sus posiciones, amén de tener un acabado 'mate' nada propenso a dejar huellas, todo un detalle.

 

Los Joycon, por cierto, tienen cada uno una batería independiente con una autonomía de aproximadamente 20 horas (según nos han dicho), y aunque el soporte 'perrito' con capacidad de carga se vende por separado, los Joycon se cargan al estar conectados a la Switch (a la pantalla, vaya) y ésta puesta en el dock conectado a la corriente, pero no drenan batería de la Switch en modo portátil. Para alivio de muchos, no es necesario un cable de carga para cada dispositivo.

 

 

La joya de la corona sería el Mando Pro de Switch, un mando convencional, con la cruceta clásica e inmejorable de Nintendo, botones grandes, buen agarre y buen tacto, pero sin gatillos analógicos, algo que Nintendo, inexplicablemente, no ha querido repetir desde GameCube. Podría decir que es un mando con lo bueno del de Xbox One y lo bueno del de PlayStation 4, con la distribución y tamaño ideal de joysticks y botones, formas más redondeadas y un acabado con buen agarre pero sin caer en el tacto gomoso o rendijas que suelen acabar acumulando suciedad. Es un gran mando, pero quizá sólo los más puristas lo acaben viendo necesario por la cruceta.

 

Con respecto a la consola en sí, la verdad es que no he podido comprobar su peso y comodidad real ya que todas las veces que he podido probarla en modo portátil estaba atada a un gran cable y con un cepo metálico de seguridad, pero incluso jugando a imaginar a restar ese cepo, me ha parecido más cómoda que un Wii U GamePad, una 3DS en cualquiera de sus modelos, o una PS Vita. No es una consola pesada, pero es increíblemente sólida, los Joycon no se tambalean, no hay ningún tipo de holgura ni se salen con facilidad, y puestos a hablar de características de la consola en modo portátil, la pantalla se ve de auténtico lujo, sin reflejos y con colores vivos pese a la cantidad de focos y flashes que apuntaban a todas partes del Hammersmith Apollo.

 

 

No quiero dejar pasar la oportunidad de recalcar lo rápida que es la transición entre el modo TV y el modo portátil. En cuanto sacamos la consola del dock, la imagen ya está ahí, y sólo hay que pulsar los gatillos del mando que quieras utilizar para continuar jugando, una especie de comprobación para recordar que efectivamente te quieres llevar la consola por ahí y que en tu tele no vas a ver nada más que la pantalla en negro y el mensaje de que a ese HDMI ya no le llega señal. La conversión inversa, de portátil a TV, podría ser igual de rápida pero se ralentiza por el tiempo que tarda la propia televisión en recibir la señal, como si de un cambio de fuente se tratase o el mismo tiempo que tarda en enterarse de que has encendido cualquier otra consola, el TDT o el reproductor de DVD o Blu-Ray. De todos modos, no es un tiempo molesto y seguramente tardes más en llegar del dock al sofá, así que de alguna forma será igualmente imperceptible.

 

En líneas generales, la consola sorprende, primero por pensar en que una consola de sobremesa cabe en algo tan pequeño, segundo toda la cantidad de tecnología que es capaz de meter dentro de un Joycon, y tercero por todo el abanico de posibilidades que puede llegar a ofrecer. El principal problema que tiene ahora Switch, bajo la idea de Nintendo de que el software vende el hardware, es que el software visto en Londres no parece el suficiente como para vender hardware, insisto, para quien ya tenga una Wii U.

 

Vamos a la siguiente página a hablar ese software.

 

Los juegos, y la sensación de algo ya visto

 

Al igual que en la presentación desde Tokio, con lo probado en Londres aún quedan muchas dudas al respecto de Nintendo Switch. Hubiese venido bien mostrar mejor el apoyo third-party con algo más que Rayman Legends y Steep para confirmar si Switch puede o no estar a la altura de sus contemporáneas, ya que en ningún juego de los presentes se podía apreciar realmente algo de avance con respecto a Wii U, más allá de los títulos corriendo en 1080p en el modo TV, y entre un juego de minijuegos, un Wii Sports Boxeo hipervitaminado, un Mario Kart 8 definitivo, un Splatoon 2 que por ahora luce demasiado parecido al primero, un Zelda igual que el que ya pude probar el año pasado, Skylanders, Just Dance, Disgaea 5, un Sonic que quiere revisitar los originales, un Street Fighter II remozado ó Bomberman, lo más normal es que la sorpresa del evento fuese Snipperclips, ya que todo lo demás, de alguna forma u otra, ya lo hemos visto.

 

Dejando a un lado el listado de juegos third party más allá de lo horrible que me parece este nuevo Ultra Street Fighter II y lo bien que me parece el regreso de Bomberman a pesar de que 'Fuck Konami', hablemos de los juegos de Switch, uno a uno, en el mismo orden en que los pude probar.

 

 

ARMS

 

ARMS es uno de los primeros títulos que llegará a Switch, aunque no lo hará en el mismo 3 de marzo del lanzamiento de la consola. Por ahora sólo he podido probar lo que me han dejado bien claro que es una demostración lejos del juego completo, así que queda aún por saber si ARMS será 'sólo un juego de lucha con control por movimiento' o si tendrá mucho más y podrá llegar a sorprender del mismo modo que lo hizo Splatoon entre su presentación en el E3 de 2014 y su lanzamiento en mayo de 2015.

 

ARMS toma la idea del boxeo de Wii Sports y le mete esteroides junto a una idea de combate más similar a la vista en Pokkén Tournament que a la del propio Wii Sports Boxing. Un Joycon en cada mano, el uso de botones para saltar, hacer dashes y esquivas o para desencadenar ataques especiales, y todo lo demás lo hacen los movimientos de las manos, tanto el movimiento a los lados, adelante y atrás, que se realiza como si los Joycon fuesen en realidad joysticks de pilotaje, como los propios golpes, puñetazos a los que se les puede dar trayectoria con simples giros de muñeca.

 

ARMS apunta a tener mucha profundidad como juego de lucha, con personajes con diferentes características y movimientos especiales, así como la posibilidad de equipar diferentes 'guantes' en cada mano que lanzan puños o armas muy diferentes. Hay mucho que tener en cuenta, tanto tiempos de respuesta de cada personaje, velocidad y rango de cada tipo de puño o incluso cómo interferir puñetazos enemigos con los propios sin necesidad de pararse a bloquear, así como el aprovechamiento del escenario, que no siempre es un sencillo ring sino que en muchos hay obstáculos o desniveles que hay que saber aprovechar junto a todo lo anteriormente mencionado. ARMS parece mucho más que un minijuego, y tener el respaldo de ser dirigido por quien nos trajo Mario Kart 8 debería ser más que una garantía, pero por ahora, no podemos saber más.

 

 

Snipperclips

 

Resulta curioso que la mayor sorpresa del evento sea un título de tan poco peso, y que en el fondo no hace uso de las capacidades de Switch más allá de esa posibilidad de 'sharing the joy', de jugar a dobles sencillamente repartiendo los Joycon. Snipperclips es la versión definitiva de un proyecto de videojuego indie que se conocía como Friendshapes cuando se presentó en una GDC en 2015 y que Nintendo hizo suyo. Y es un puzle adorable y tremendamente bien planteado.

 

Dos formas de papel que, al superponerse, pueden recortarse dando forma al aliado para resolver todo tipo de situaciones. Así, nos vemos pidiendo al compañero que nos recorte con forma de triángulo para poder crear una rampa para un lápiz, con una forma cóncava para poder llevar una pelota de un extremo del mapa a otro, o en forma de pico para pinchar globos, no sin antes recortar al compañero con una forma plana para poder utilizarlo de trampolín para llegar más alto y poder pinchar los últimos globos. A todo esto habrá que sumarle desafíos por cada fase, como un número máximo de cortes o un tiempo límite para llegar a un 100%, algo que siempre suele agradar a los jugadores de ciertos puzles como BOXBOY!

 

Snipperclips es una experiencia tranquila y agradable, un indie que encaja a la perfección con la filosofía Nintendo y que además agrada a la vista con guiños tan sencillos como las caras que ponen las formas protagonistas cada vez que se mueven o cada vez que son recortadas. Como decía, realmente es lo único que me ha dejado con sensación de estar jugando a algo 'nuevo' de todos los títulos del evento, pero no sólo es esto lo que le hace destacar. La cara de felicidad de todo quien lo jugaba hablaba por sí misma.

 

 

Splatoon 2

 

Splatoon 2 aún es un misterio y tiene pinta de que puede llegar a sorprender mucho más de lo que se espera. Por el momento, me han faltado más detalles que justifiquen ese '2' del título y que no sea otro 'Deluxe' más allá de que los Inklings hayan crecido y ahora sean un poco más swaggers. Lo probado de Splatoon 2 en este evento se asemeja mucho a lo que pude probar en aquella misma demo del E3 2014. Exactamente eso, una demo, algo con lo suficiente para cautivar a quien aún no ha probado nunca Splatoon y con las novedades suficientes para quien ya lo domina, incluyendo un nuevo tipo de armas y movimientos especiales específicos de cada arma.

 

En el caso de la novedad, por ejemplo, estas dobles pistolas equilibradas con buena cadencia y alcance, pero no tanta potencia, destacan también porque permiten al jugador dar volteretas rápidas para esquivar mientras dejan una buena mancha de tinta a su espalda, o los rodillos, que ahora tienen un nuevo golpe, como si de un mandoblazo en vertical se tratase, al utilizarlos en mitad de un salto, con menor dispersión pero más alcance. Lo que no se echa en falta, eso sí, es la segunda pantalla mostrando el mapa, ese elemento que hacía que en Wii U no se pudiese jugar con Mando Pro a Splatoon, y que resulta que no es nada que no se solucione con una rápida pulsación del botón X para mostrarlo y ver dónde es necesario ir a cubrir de pintura o cómo va la partida en un momento dado.

 

Hay novedades a nivel jugable en Splatoon 2, pero por ahora parecen más las propias de una actualización o DLC que las de una nueva entrega, y que visualmente el juego sea tan tan parecido al primero, no ayuda a quitar esa sensación. Pero como digo, aún hay mucho lugar a la sorpresa. Se ha prometido una campaña para un jugador 'en condiciones' más allá de los niveles sueltos del original, y además de muchas más novedades, el apoyo desde casi el inicio de la vida de la consola y la promesa de que seguirán dando actualizaciones de contenido post-lanzamiento, ayudan a que sea uno de los títulos fijos a tener en cuenta, por muy parecido al original que sea por ahora. Como digo, es una demo y aún hay mucho por ver.

 

 

Mario Kart 8 Deluxe

 

Con Mario Kart 8 Deluxe se repetiría más o menos la misma premisa que con Splatoon 2. Si no lo has jugado en Wii U, aquí tienes un motivo más que de peso para dar el salto a Switch. La sensación de tener todo un portento de lo visual como Mario Kart 8 entre tus manos es algo impagable, a pesar de que no haya una mejora técnica (más allá del aumento de resolución en modo TV). Mario Kart 8 Deluxe suena a lo que tendría que haber sido el Mario Kart 8 original si las cosas hubiesen sido diferentes para Wii U. Sigo pensando que es uno de los mejores ejemplos en cuanto a DLC se refiere, aumentando la cantidad de circuitos básicos en un 50% por un precio irrisorio, pero ahora que ya vienen incluidos en el pack hay que tener muchas más cosas en cuenta.

 

Mario Kart 8 Deluxe también se presta mucho a ese 'sharing the joy', a competir en una misma pantalla con dos Joycon, tanto en carreras al uso como en el nuevo Modo Batalla que tanta falta le hacía al original para terminar de ser un 10 como una catedral. Hacen falta más de un par de partidas para ver si ese cambio a tener dos ítems a la vez rompe el equilibrio de Mario Kart 8 que tantas entregas tardó en llegar, pero por ahora sigue pareciendo tan perfecto como lo era entonces.

 

Por ahora parece haber un oscuro vacío en cuanto a los circuitos nuevos se refiere, y aunque Mario Kart 8 Deluxe con 48 circuitos de serie es un caramelito para quien no haya podido jugar al original, necesita ofrecer algo más que el Modo Batalla y la portabilidad para quienes ya hemos llevado el contador de horas de juego de Mario Kart 8 en Wii U más allá de las tres cifras, sobre todo contando con que a partir de otoño, la longevidad online será de pago.

 

 

1-2-Switch

 

No quiero engañar a nadie, con los seis minijuegos de 1-2-Switch que pude probar me divertí muchísimo, y más de uno me voló la cabeza con la tecnología del HD Rumble, pero aunque la cuenta final pueda acercarse a la treintena de minijuegos, recomendar 1-2-Switch más allá de situaciones muy concretas resulta difícil, y como decía al principio, no me veo llevando la Switch a la Wurli para hacer concursos de comer bocatas u ordeñar vacas.

 

No dejo de pensar en que tenían que haber aprendido más del éxito inicial de Wii y sus buenas cifras justificadas, que Wii tenía Wii Sports incluido y la segunda compra casi obligatoria era ese Wii Party que incluía un segundo mando. Pensar en que 1-2-Switch debería ir incluido en el pack básico de Switch como demo de posibilidades es inevitable, casi tanto como fantasear con que esa segunda pareja de Joycon debería ir en un bundle con ARMS.

 

A falta de comprobar lo que incluirá todo el conjunto final, veo 1-2-Switch como un juego para ocasiones muy concretas, para cierto tipo de fiestas en casa, para hacer un par de días el chorra en pareja, para dar motivos a un par de hermanos a que se peléen o para enseñar a tu amigo el friki de la tecnología lo que impresiona tratar de adivinar cuántas bolitas hay dentro de una caja a través de la increíblemente precisa vibración que demuestra el Joycon. O claro, para hacer algún 'Challenge' en un vídeo de YouTube, los GIFs de broma saldrán solos.

 

Falta por ver si todo esto tiene alguna coyuntura que una los minijuegos, si todo ese espíritu Wario Ware que desprende se nota en algo más que en lo loco de algunas propuestas, si hay algo más.

 

 

The Legend of Zelda: Breath of the Wild

 

No me quiero extender mucho con The Legend of Zelda: Breath of the Wild más allá de lo que ya hablé el año pasado tras probar la misma demo en diferente consola. Va a ser un juegazo de los que hacen historia, tanto si lo juegas en Wii U como si lo juegas en Switch, y con respecto a las diferencias técnicas que ahora se pueden ver en ciertas comparativas, tampoco me atrevería a incidir ya que la demo de Wii U tiene un año y habría que comprobar cómo luce dicha versión a día de hoy para comparar.

 

Con respecto a los datos oficiales que me han podido comentar, el contenido de Zelda: Breath of the Wild es exactamente el mismo en una versión y en otra, salvo que en Switch la resolución aumenta en modo TV y vía HDMI puede salir sonido 5.1 del que la versión de Wii U carece. Más allá de eso, la portabilidad es la otra ventaja, y realmente impresiona, choca ese momento en que pasas de tenerlo en una pantalla convencional a tener semejante juego entre tus manos y seguro que vendrá muy bien a más de uno cuando toque explorar y rebuscar en esta gigantesca Hyrule en cualquier rato muerto entre autobuses o metro, dejando los momentos más especiales a la tranquilidad y el mejor sonido del hogar.

 

 

 

En resumen:

 

La verdad, casi me siento mal por no haber salido más emocionado del evento, esa sensación de no haber jugado a prácticamente nada realmente nuevo en Switch pesa mucho, casi tanto como el hecho de que aún esté en el aire la capacidad de la máquina para mover títulos de terceros a la altura de la actualidad, por mucho que hayan confirmado Steep, Dragon Ball Xenoverse 2 o juegos corriendo en Unreal Engine 4. El miedo a que sea una nueva Wii U está ahí, salvo que ahora tienen una lección bien aprendida y el catálogo de juegos exclusivos y su ritmo sí que puede llegar a soportar por sí sola la consola, amén de que ver toda esta tecnología en un dispositivo tan pequeño hace que Wii U parezca ahora algo del siglo pasado.

 

Nintendo Switch tiene una gran idea con muchos interrogantes aún sobre ella, aún a dos meses de su lanzamiento. La consola en sí no decepciona, la tecnología y los materiales sorprenden, y aunque lo visto en Londres no ha sido lo más revolucionario para un poseedor de Wii U, para los muchos que han pasado sin la sexta sobremesa de Nintendo hay muchos motivos para que Switch sea una máquina apetecible.

 

Eso, y la promesa (que ninguna otra consola ha dado en la historia) de que habrá al menos un título grande al mes durante todo el primer año de vida de la consola, es a día de hoy lo que me mantiene con ilusión por Nintendo Switch. Que antes de que termine 2017 vayamos a tener cartuchos de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, ARMS, Mario Kart 8 Deluxe, Splatoon 2, Xenoblade Chronicles 2, Fire Emblem Warriors, Super Mario Odyssey, algo de Pokémon y mucho más que queda aún por anunciar, es sin duda algo esperanzador.

 

 

 

Nintendo Switch se pondrá a la venta en España el próximo 3 de marzo de 2017, incluyendo en el pack básico la consola (la pantalla), dos Joy-Con, un soporte para Joy-Con, dos correas para Joy-Con, la base para conectar a la TV, un cable HDMI, y un cable de corriente, todo con un PVP que muchas cadenas han fijado entre 320 € y 330 €.

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