Analisis Yooka-Laylee ,PC,WIIU,XONE

Cuando un juego que pide un presupuesto de poco más de 200.000 euros para recuperar la magia de los plataformas de los 90 se salda con un total de casi 2 millones y medio de euros, lo normal es que te esperes algo realmente sorprendente. Algo a la altura de las metas propuestas y que te vuele la cabeza en todos los sentidos con sus 'máquina arcade', sus transformaciones y todas esas tónicas de juego que Playtonic prometía en Kickstarter y que todavía hoy, mientras escribo estas líneas, tienen tremendamente ilusionado a un amplio sector del público del que yo mismo me consideraba parte hace un par de semanas. 

 

Yooka-Laylee fue récord de financiación de un videojuego en Kicstarter, no tanto por la cantidad como por lo mucho que superaba el presupuesto fijado. Si bien está a buena distancia de los casi seis millones de euros de Shenmue 3, ha logrado multiplicar por más de 12 su financiación principal, lo que parece apuntar a que hay presupuesto suficiente para detalles menores como el famoso doblaje del que desligaron a JonTron por supuestos comentarios racistas, una animación a la altura de los diálogos y, por supuesto, cumplir promesas como la variedad de minijuegos, la posibilidad de ajustar el juego a tu estilo y las tranformaciones que cambian la jugabilidad. Lamentablemente no ha sido así. 

 

 

Bienvenidos al mundo de Yooka y Laylee

El juego empieza bien. Los primeros compases recuerdan más a Crash Bandicoot que a los mencionados Banjo-Kazooie o Donkey Kong Country, pero sigue teniendo ese maravilloso colorido y esas letras enormes, como para yayos, que solían lucir los plataformas de los 90. El juego nos ofrece unas simpáticas animaciones a la hora de elegir en qué ranura queremos guardar nuestra partida, con los protagonistas, Yooka y Laylee, jugando, descansando o haciendo el tonto en diversos puntos del escenario inicial. Una vez decidimos qué ranura queremos, empezamos el juego y, un aplauso por la decisión, la acción nos lleva al punto en el que estábamos, dando así inicio el juego. 

 

La cámara da paso al cuartel general del malo de turno, que ha planeado un terrible plan: robar los libros de todo el mundo y convertirse en los únicos libreros del planeta, acabando así con la competencia. Tras encender la máquina de turno, las hojas de todos los libros comienzan a volar, incluyendo las páginas de un misterioso libro que Yooka y Laylee han descubierto bajo un barco varado en tierra y que parecen ser muy valiosas. Mosqueados porque el invento del malo ha dado al traste con su plan de vender el libro, nuestros protagonistas deciden seguir las páginas hasta la máquina en cuestión.

 

 

Yooka-Laylee comienza así su historia con una serie de breves tutoriales en los que aprendemos los movimientos básicos: salto, ataque, agacharse -lo que nos impide movernos, se ve que Yooka tiene la cadera fatal- y usar la lengua para atrapar mariposas que nos dan vida y energía y, más adelante, flores que nos permitirán disparar bolitas e incluso usar ataques elementales escupiendo hielo o fuego, convirtiendo así a nuestro simpático lagarto en todo un dragoncete. El juego sienta sus bases desde el principio con un plataformas a la vieja usanza que no engaña a nadie y en el que no faltan los ataques en giro, los doble saltos, los movimientos desbloqueables y los mundos diferentes en los que tendremos que vencer al malo de turno y recuperar las 'pagies', páginas de nuestro libro secreto, si queremos expandir los escenarios, abrir nuevos mundos y descubrir cuál es el secreto de nuestro libro. 

 

 

Como plataformas no defrauda

Tras la pesimista introducción estaréis esperando que suelte por qué no me ha gustado Yooka-Laylee, pero antes de nada quiero deciros que como plataformas no defrauda en lo más mínimo. El diseño de los escenarios está a la altura, con mundos muy ricos y muy variados en los que nos enfrentaremos a diversos tipos de escenarios, trampas y climas. Los mundos están poblados de enemigos muy bien diseñados y personajes no tan bien diseñados en los que encontraremos una gran cantidad de cosas por hacer, lo que es muy de agradecer en este tipo de juegos. Las zonas, sin mapa, a la vieja usanza, supondrán un agradable reto a la hora de encontrar a un personaje que nos pedía un determinado elemento o volver a un sitio en concreto ahora que hemos conseguido desbloquear el movimiento que nos hacía falta. Lamentablemente habrá momentos en que no tengamos muy claro qué hacer y nos quedemos atascados hasta que encontremos a algún personaje clave o encontremos un sendero oculto.

 

 

El catálogo de movimientos desbloqueables, secretos, sorpresas, transformaciones y minijuegos es francamente grande y está, en ocasiones, muy bien pensado. Desde carreras contra una nube a convertirnos en personajes diferentes, jugar en las máquinas arcade no-tan-retro de Retrox, encontrar a los fantasmas escondidos o ayudar a los personajes que nos encontraremos por el camino son tan solo algunas de las mil cosas por hacer en un juego que, si tuviera mapa, sin duda estaría cargadito de marcadores. 

 

Finalmente tenemos la forma en la que se estructuran los mundos, en forma de libros que se encuentran en el cuartel general del malo malísimo y que iremos rellenando con nuestras 'pagies' para abrirlos y expandirlos hasta lograr dar con el jefe final. Para ello necesitaremos una gran diversidad de ataques y movimientos que dsbloquearemos dentro de los mundos dándole plumas que debemos recolectar a una atareada serpiente, o bien visitando al mismo personaje cuando estemos en la base de los malos, momento en que los movimientos serán 'gratuitos'. 

 

 

No todo el monte es orégano

Lamentablemente no todo el monte es orégano, o mariposas rosas, si lo preferís, y Yooka-Laylee guarda una gran cantiad de fallos en su desarrollo que hacen del juego algo muy irregular y te sacan de la experiencia de forma constante. El más terrible de ellos, o al menos el que más me molesta, es el del doblaje: tras haber roto contrato con JonTron, en Playtonic debieron pensar que eso de poner voces a los personajes es de cobardes y, ni cortos ni perezosos, decidieron poner a los animales... voces de animales. 'Oh, bueno, en Star Fox funcionaba, y era de los 90', pensaréis algunos. Pues sí, el problema es que en Yooka-Laylee lo han hecho sin ningún cuidado y, cogiendo un sonido al azar de cada personaje, lo han distorsionado por sintetizador para que 'parezca' que están hablando con un resultado que hace pensar en música de saxofón y pizzeros que llegan a casa cuando el marido de la clienta ha tenido que irse a trabajar. ¿Exagero? El jueves, cuando acabe la fecha de embargo de vídeos, os lo mostraré en nuestro canal de youtube.

 

Suena idiota, pero es frustrante escuchar a los personajes 'hablar' con esos sonidos. Habría sido mucho mejor recurrir al viejo petardeo de Nintendo o hacer como en Zelda Breath of the Wild, mantener silencio, que tirar de esta solución. Por si esto fuera poco, los personajes tienen una única animación cuando interactuamos con ellos. Faltos de toda expresividad tanto en sus 'voces', en su lenguaje corporal e incluso en las miniaturas que a saber por qué incluye cada frase de diálogo, nos veremos obligados a ver a la serpiente sacar el móvil de sus pantalones cada dos por tres y hacer como que habla a la vez que habla con nosotros para que así nos demos cuenta de que, jajaja, está embutida en unos pantalones; a ver a la doctora pulpo -uno de los personajes con diseño más feo que he visto jamás en un videojuego- mirar de reojo al pez de su escafandra; y a ver a la cosa rara amarilla que nos permite desbloquear 'tónicas de juego' -Vendi- mirar de reojo de forma inquietante. 

 

 

Yooka-Laylee no se toma en serio

Para colmo de males, y con unos actores tan terribles en lo que se refiere a la puesta en escena de la historia y el guión, en Playtonic han decidido que nada mejor que contar chistes y hacer alusiones todo el rato a que, 'eh, esto es un juego noventero ¡pero estamos en 2017!'. Frases que intentan ser graciosas y no llegan ni a chistes malos se dan la mano con comentarios del tipo 'oh, tron, ¿por qué no tenéis polígonos?', 'Jo, tío, en este jefe final se deben haber gastado una pasta' o 'si consigues este poder verás cómo te pasas el juego en un pis pas'. Diálogos pésimos que se unen a un tamaño de letra enorme que sólo permite dos líneas en pantalla, unos actores desmotivados y una expresividad nula dan como resultado momentos totalmente gratuitos que no aportan absolutamente nada al juego y que te tienen ahí, pulsando el botón para que el sufrimiento cese y poder dedicarte a lo que quieres, que es eso: jugar sin más historias.

 

 

La sensación es que en Playtonic no se han tomado a Yooka-Laylee en serio: han hecho un plataformas sólido que podría haber optado al 8 sin problemas y luego se han dedicado a 'adornarlo' con personajes plagados de topizcazos, de chistes fuera de lugar, de comentarios de dudoso gusto como una flor que te dice 'Uy, guapetón, yo estoy mayor, pero por favor, poliniza a mis hijas' y de gracietas sin sentido que hacen pensar que lo único que faltaba en el equipo era un guionista de verdad o alguien con dos dedos de frente para imponer cordura entre tanto guirigay. 

 

Me molesta tener que destacar tantos aspectos negativos de un juego que esperaba como agua de mayo, suelo intentar resaltar lo positivo y entender al equipo cuando toma tal o cual decisión, pero en este caso es me imposible. Los mismos Yooka y Laylee, con su diseño super mono y kawaii de la muerte, tienen momentos de vergüenza ajena metiéndose puyas y tratando de ir de malotes, como si de pronto Playtonic recordase los brillantes Conker -de Rare- Jak and Daxter -Naughty Dog- o Crash Bandicoot -Naughty Dog-, y decidiera que, eh, vamos a hacer que los protas sean picaruelos, sin darse cuenta de que ni el diseño ni nada cuadra en estos giros. 

 

 

La sensación final es que ningún personaje tiene personalidad fija más allá de los topicazos de la serpiente como agente de ventas como una burda parodia de YVALR Escurridizo, la cosa rara amarilla que parece estar salida, o el lugarteniente del malo, un pato estúpido al que todo le sale mal porque jajaja es lo que toca.

 

Y lo dejamos aquí

Yooka-laylee podría haber sido un juegazo como la copa de un pino si en Playtonic se lo hubieran tomado en serio o alguien les hubiera dicho que, en ocasiones, menos es más. Lejos de tanta pamplina, de esa obsesión por repetir la gracia para que no te la pierdas y esos diálogos a juego con el resto de elementos de la narrativa directa, de los que sólo se reirán en casa de los desarrolladores, Yooka-Laylee es un gran plataformas que cumple su labor de recuperar el género de los 90 más que de sobra. 

 

La experiencia falla, y a los problemas mencionados hay que unir unos minijuegos que tienden a usar la misma mecánica que el juego original, unas cámaras que en ocasiones fallan y pueden llegar a marear, un argumento muy pobre que no cuenta nada sobre unos personajes pésimamente definidos y un control de detecciones en los ataques un poco débil que no acaba de sentirse correcto al 100%. Junto a esto, y por no despedirnos con lo negativo, tenemos un juego de plataformas sólido con escenarios bien estructurados, mil sorpresas, algunos minijuegos francamente interesantes y una gran variedad de mundos, escenarios, jefes y enemigos que unidos a los coleccionables y los secretos dan para muchas horas de diversión. 

 

 

Tomaos la nota como lo que es: un juego que está más que bien pero que lamentablemente no llega a ser notable por culpa de unas decisiones sin sentido, un injustificable y total descuido a la hora de crear a los personajes más allá del diseño y esa obsesión de querer ser la cosa más graciosa del mundo sin lograrlo ni de lejos. Tiene puntazos como las múltiples y cuidadas animaciones de equipo de Yooka y Laylee, las transformaciones, los secretos y las mil cosas por hacer, pero luego la cosa se traba al echar en falta un diario de misiones o una referencia a cómo seguir en un juego que pretende ser abierto pero exige que cumplas una serie de pasos de manera ordenada. 

 

¿Recomendable? Os aconsejaría que esperarais un poco a ver si, con suerte, cae una demo con la que poder sacar vuestras propias conclusiones. No es malo en absoluto, pero habiendo en el mercado cosas como Ratchet and Clank, la próxima remasterización de Jak and Daxter, o el fantástico Rare Replay con sus maravillosos Conker's Bad Fur Day y Banjo-Kazooie, tal vez haya opciones mejores a la hora de soltar la mosca. Eso sí, me consta que Yooka-Laylee logrará conquistar a un gran sector del público a pesar de sus errores, así que todo es probarlo.

 

¡Nos leemos!

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