Analisis Yesterday Origins ,PS4

Tenemos un fuerte complejo en nuestro país en lo que respecta a la creación propia. Desde la literatura al cine -dejando a un lado la polémica de las subvenciones y de la Academia- y desde los videojuegos a la música, siempre y cuando ésta no sea tirando a popera o radical, parece que el admirar lo patrio es de antiguos y mediocres. Afortunadamente este concepto parece estar cambiando, en parte gracias a una mayor educación en lo que respecta al púiblico, y en parte a la gran calidad que empiezan a destilar algunos estudios españoles con juegos como Aragami, la promesa de RiME y el espectacular New York Crimes, cuya secuela, Yesterday Origins, es lo que nos ocupa hoy. 

 

Yesterday Origins pertenece a un estudio 100% volcado en las aventuras gráficas de calidad y que a lo largo de su historia ha visto evolucionar su trabajo de los primeros Igor: Objetivo Uikokahonia -1994- y Hollywood Monster -1997- a los más modernos Runaway, The Next Big Thing y el exitoso New York Crimes, conocido como Yesterday fuera de nuestras fronteras. 

 

Es con Runaway y New York Crimes que Pendulo demuestra todo lo que es capaz de hacer con dos franquicias muy golosas para los amantes de las aventuras gráficas. Tras presentar al enigmático John Yesterday en New York Crimes en una suerte de thriller policíaco con toques oscuros que se saldó con muy buenas críticas por parte de público y prensa, llega el momento de una segunda parte, Yesterday Origins. Un juego que, sin resistirse a ser una secuela de lo sucedido en NYC, actúa también a modo de precuela al tratar de dar respuestas a las incógnitas surgidas acerca del pasado misterioso de John.

 

 

En la celda de la inquisición

Desde el primer minuto Yesterday Origins se muestra en todo su esplendor con una aventura gráfica en la que las bases del género están presentes, sirviendo de cimientos a otras formas más evolucionadas y modernas en las que se mezclan un argumento prometedor y sorprendente, una historia sólida con final a la altura y varias mecánicas que hacen del juego algo diferente y personal.

 

Ya en el principio vemos que Pendulo Studios no se anda por las ramas: Iniciamos el juego en una celda de la inquisición que compartimos con un buen puñado de objetos de tortura y una cerda encadenada, acusada de asesinato y sacrilegio por haberse comido a un fraile que acaba de comulgar. Nuestras únicas herramientas son la cerda, el cadáver del hijo de la cocinera, que alguien ha arrojado junto a una cuerda por la boca del poco que da a la calle, y un carcelero alochólico que no ve llegar el momento de que seamos torturados. 

 

Sin llegar a ser molesto ni gore, Yesterday Origins mantiene un tono adulto y en ocasiones algo atroz que se da la mano de forma magistral con un humor negro y oscuro que  guarda ecos de las primeras aventuras gráficas de los 80 con nombres como Tim Schaffer, Terry Pratchett o Ron Gilbert a los que se une el humor propio y casi culpable de la gente del estudio de Latiegui, Hernaez y Pinilla. Pronto nos descubrimos probando combinaciones imposibles sólo por leer los cometarios de un metafórico narrador al respecto, que no dudará en insultar nuestra inteligencia cuando intentemos cosas como acuchillar a nuestros amigos o prenderle fuego a una rana, a la vez que nos regala con ingeniosos chistes cuando las cosas rozan el absurdo. 

 

 

Viajando en el tiempo y el espacio

He cogido Yesterday Origins sin conocer la saga, lo que ha supuesto una magnífica sorpresa y me ha regalado con alguno de los mejores momentos en una aventura gráfica en los últimos años. Por ello, voy a intentar completar este análisis sin desvelaros nada y remitiéndome, en lo que respecta a la historia, a los vídeos que la propia Pendulo Studios ha elegido para promocionar el juego. 

 

Asentándome en esta regla autoimpuesta puedo adelantaros que, una vez superada la prueba de la celda de la inquisición con algunos puzzles muy ingeniosos y varias situaciones tan divertidas como espeluznantes, despertamos en un bonito apartamento en París en el que el ahora sí protagonista, John Yesterday, acaba de pasar la noche. Un vídeo y un correo electrónico en nuestro móvil nos pone al día de nuestra historia, como si esto fuera la película Primeras Cincuenta Citas, y tras ver el vídeo conocemos -o nos reencontramos, si jugasteis New York Crimes- a la intrépida y maravillosa Pauline Petit. 

 

Se dan la mano en este momento presente, pasado y futuro al comenzar la historia en la actualidad, algunos meses después de los acontecimientos vividos en New York Crimes, si bien esta línea temporal no hace ascos a presentar momentos del pasado que, a modo de flashbacks, alucinaciones e imágenes nos llevarán al pasado remoto para profundizar en la historia. A su lado, los escenarios también pasarán ante nuestros ojos en una aventura que nos llevará a París, Londres, Amsterdam, España y Nueva York.  

 

 

Otra forma de contar historias

Lo que más me ha enamorado de Yesterday Origins es la forma que tiene Pendulo Studios de contar su historia y narrar su juego, recurriendo a varios elementos que superan de largo el clásico point and click y en el que vamos a encontrar aspectos que nos recordarán a juegos como Broken Sword, Still Life, Dreamfall: The Journey, Farenheit, los Sherlock Holmes de Frogware y algunos de los títulos de Arifex Mundi y su saga de Maple Creek. 

 

Por un lado, Yesterday Origins comparte con los títulos de point and click esa necesidad de examinar todo a nuestro alcance en busca de objetos y, en la línea de los Sherlock Holmes, 'inspiraciones' que nos ayudarán a interactuar de una manera diferente con el entorno, forzarán nuevas líneas de diálogo o servirán de motivación para llevar a cabo determinados actos que, de por sí, carecen de lógica. 

 

 

Yesterday Origins huye del absurdo de las aventuras gráficas y lo escruta todo bajo la luz del pensamiento heleno evitando que la mezcla al azar de objetos nos sirva para medrar en la aventura. En muchas ocasiones deberemos mezclar varios objetos junto a una justificación y un motivo para lograr avanzar, lo que lejos de hacer el juego farragoso nos sirve para aumentar varios puntos su interés y la forma en la que nos enfrentamos a los dilemas y puzzles.

 

Y es que, si bien hay un camino para llevar a buen término la aventura, Pendulo Studios ofrece varias mecánicas que van más allá de los clásicos permitiéndonos combinar objetos, interactuar con ellos, usarlos con los personajes e incluso con el protagonista y mezclarlo con las inspiraciones que encontramos por nosotros mismos para crear herramientas, pedir ayuda o solucionar un puzzle. Junto a esto, tenemos diálogos y la posibilidad de examinar a los personajes, al protagonista y al entorno en busca no sólo de inspiraciones, sino también de pistas propiamente dichas que en forma de palabras nos ayudan a encaminar nuestras acciones en el camino correcto.

 

 

Una historia y unos personajes memorables

Uno de los puntos más fuertes de Yesterday Origins son su historia, situaciones y personajes, que traspasan la barrera de lo cotidiano para entrar de lleno en el terreno de lo memorable por motivos propios. Diálogos y personajes que parecen sacados de una película de Tarantino -Pulp Fiction- se dan la mano con unos protagonistas de excepción y un concepto de la mujer que es de aplaudir con una Pauline Petite de lujo y a la altura del resto del plantel femenino, que huye de la 'princesa en la torre' y entra de lleno en el campo de la mujer valiente, fuerte y protectora que labra su camino y sirve de aliento y empuje a unos protagonistas masculinos también muy bien tratados y alejados del papel de salvadores y justicieros. 

 

Merece un apaluso el final, francamente de lujo, junto a momentos como un sector que parece sacado diréctamente de El Nombre de la Rosa de Umberto Eco y que rinde homenaje al gran Paco Menéndez -nunca sufientemente recordado- y su compañero, Juan Delcán, con el logro La Abadía del Crimen, nombre con el que ambos artistas llevaron al terreno del videojuego la novela de Eco en 1987 en Spectrum. 

 

No quiero incidir demasiado en la multitud de guiños y homenajes que pueblan un juego en el que es fácil notar la inspiración de los grandes, pues forma parte de la diversión encontrarlos por uno mismo, pero cabe destacar que el trabajo de Pendulo Studios en este aspecto es magistral, incluido el pelo rojo y el traje verde de cierta protagonista femenina y tantos y tantos momentos que me han hecho disfrutar, como un enano, de este fin de semana dedicado a Yesterday Origins. 

 

 

Valoración final

Yesterday Origins es, a día de hoy, una de las mejores bazas que podéis encontrar en Playstation Store al estar de oferta estos días a un precio de 19,99 euros -En Xbox Live y Steam podéis encontrarlo a 39,99 y 29,99 euros respectivamente-. Os encontraréis con una historia profunda, unos protagonistas memorables y unas mecánicas jugables que hacen de su experiencia algo muy grato y divertido. 

 

Olvidad el absurdo de las aventuras gráficas y preparaos para un juego que tiene más que ver con la variedad y el planteamiento dinámico de títulos como Farenheit, Sherlock Holmes y Dreamfall. Si bien no encontraréis QTEs ni momentos de batalla, la forma de enfrentarnos al juego recuerda más a esta forma de evolución de la aventura gráfica que a modos más rígidos como los del estilo Telltale o el de las primeras aventuras. 

 

El juego no es perfecto: puede achacársele una duración muy corta, que nos tendrá entretenidos a lo sumo tres tardes, así como algunos problemas de ejecución como elementos destacados con los que cuesta interactuar al no aparecer el icono 'X' o 'A' sobre él a menos que vayamos muy lentos y esperemos.

 

Pero no quiero terminar el análisis de un juego que me ha gustado tanto como Yesterday Origins hablando de lo malo. Lo último de Pendulo Studios es corto, pero tiene la duracción perfecta para disfrutarlo de principio a fin sin perder el interés con una longevidad artifical, sirve para que nos adentremos en la forma de hacer juegos de estos desarrolladores y queramos saber más de NYC y Runaway. Brilla tanto en tantos aspectos que, al final, lo que cuenta es la grata sensación con la que despides el juego, incluida la escena final post-créditos que logra que te levantes dee tu rincón de juegos con la sensación de que ha merecido la pena. 

 

¡Nos leemos!

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