Analisis World of Tanks Edition ,X360

Desde sus comienzos en 2010 Wargaming se ha expandido constantemente, desde la adquisición de BigWorld hasta la compra de Day 1 Studios, gestos que mostraban la intención de llevar sus productos a la mayor cantidad posible de jugadores. Y el resultado ha sido el esperado: el lanzamiento de World of Tanks: Xbox 360 Edition, una versión del MMO rediseñado para la consola de Microsoft. 

Con más de cincuenta millones de jugadores registrados en el free-to-play de PC, no era de extrañar que Wargaming haya dado un paso hacia delante. En la edición de Xbox 360 se respeta el planteamiento original del juego de estrategia pero World of Tanks se ha tenido que amoldar a las demandas de Microsoft, ya que el acceso es gratuito para los usuarios de cuenta Gold de Xbox Live, mientras que los jugadores con Xbox Live pueden descargarse el título y disfrutarlo durante siete días. 

El mecanismo de mejora por experiencia, sin invertir ni un euro, se mantiene, así como la posibilidad de desbloquear habilidades a través de micropagos si lo que el jugador quiere es avanzar y reforzar su tanque con rapidez. También los aspectos jugables esenciales, tales como el factor estratégico y la competición trabajando en equipos de 15 contra 15, siguen siendo los pilares fundamentales que seguro atraerán a nuevos jugadores de Xbox 360. 

El contenido que acompaña a la nueva versión cuenta con siete mapas y más de 100 tanques perfectamente documentados de Estados Unidos, Alemania y Reino Unido, un buen comienzo que se irá engrosando en el futuro con más contenidos descargables. Por el momento, la variedad de posibilidades resulta atractiva para el jugador que busca especializarse en un mapa y un carro de combate, a lo que se añaden los tres modos de juego: batalla estándar, dónde capturamos la base enemiga, encuentro, en el que los dos equipos pelearán por hacerse con una base neutral, y atacar, donde un equipo defiende la única base del mapa que intentará arrebatarle el otro. 

Los modos de juego recuerdan a los que ya podíamos disfrutar en shooters de primera persona, en un movimiento de acercamiento al público potencial de la plataforma de Microsoft. Pero el nuevo control, adaptado al mando de Xbox 360, se experimenta a través de los dos sticks analógicos para un movimiento del tanque un tanto rudimentario, aunque no por ello falto de realismo. El pilotaje de los pesados carros se vuelve una acción engorrosa cuando chocamos contra un acantilado o un muro y debemos dar marcha atrás con ambos sticks, algo que obliga a defenderse de los ataques mientras intentamos maniobrar y por tanto aporta emoción a la batalla. 

Además de las diferencias en el control, nos encontramos con una disminución obvia en la calidad gráfica, puesto que con el paso de PC a consola se observa un texturizado inferior y un nivel de efectos y detalle propios de la adaptación a la plataforma. No es que suponga un gran impedimento a la hora de disfrutar del título, ni mucho menos sorprendente, pero siendo lo primero que entra por los ojos no debemos olvidar las razones de la disminución de calidad gráfica. 

A pesar de lo cuál, Wargaming ha querido integrar funciones para mejorar la experiencia del jugador de Xbox 360, como una interfaz de usuario diseñada para disfrutar de la experiencia en pantallas más grandes y opciones de Xbox Live: amigos, grupos y logros. La adaptación del MMO de tanques ha resultado ser ni más ni menos de lo que esperábamos, ni más porque ya era un gran juego y Wargaming debía respetar los principios jugables, históricos y de gestión de la versión original, como bien ha hecho, ni menos porque las posibles carencias que se encuentren en el título obedecen más a limitaciones de la plataforma y no tanto al buen trabajo de desarrollo.