1. Mundogamers
  2. Analisis
  3. PC

Analisis Wolfenstein The Old Blood ,PC,PS4,XONE

Comprendiendo el FPS de antes: Parte 2
Viernes 08 de Mayo de 2015 por Víctor Junquera

Si el giro que decidió tomar Wolfenstein: The New Order hace ahora un año no te convenció en absoluto, da la vuelta, The Old Blood no te convencerá tampoco aunque incluya zombis. Pero si lo único que tenías que reprocharle a aquel que intentaba tomarse en serio con más historia que la que debería, aquí sí que hay algo para tí.

 

Jefes como los de antes, de los muy duros y de resolverlo todo a tiros.

 

Esta nueva vida de Wolfenstein entiende el shooter en primera persona como lo era antes, sin alardes cinematográficos no jugables, sin relleno, sin necesidad de multijugador. Sólo diversión directa, acción nada pasillera con una vuelta de tuerca hacia la opción de la infiltración que bien se ha popularizado y perfeccionado con obras como Deus Ex: Human Revolution o Dishonored. Y en realidad, es una diversión directa mucho menos descerebrada de lo que parece, no es tan sencillo como avanzar y pulsar los gatillos para lanzar tormentas de balas con una escopeta automática en cada mano.

 

Si tuviese que decidir entre The New Order y The Old Blood no podría. The New Order es evidentemente mejor, como 'juego completo' que es, más largo (mucho más), con más variedad de situaciones y localizaciones, con más armas y más formas de aprovecharlas, con más zonas donde de verdad se nota la diferencia entre la acción y el sigilo al jugar,... Pero The Old Blood me ha divertido más en mucho menos tiempo. Mucho más compacto, sin contarte dramas que no te interesan, sin dar rodeos, pero con todo lo que hacía divertido a Wolfenstein: The New Order, y si acaso un poquito más, adornado con alguna nueva mecánica.

 

No falta el guiño retro, aunque esta vez hay muchos más.

 

Al principio del juego hay un breve prólogo en el que entre guiños y armas a tope da la impresión de que aquí no se van a andar con tonterías. Modo dios desde el principio. Pero no, al poco de empezar nos vemos en una situación que perfectamente podría servir como un tutorial perfecto sin demasiadas explicaciones incluso para quien no haya pasado por The New Order y prefiera intentarlo primero con esta opción más barata. Un poco de sigilo, un poco de cuerpo a cuerpo, unos pocos enemigos a los que sólo podemos vencer observando y aprovechando los recursos de nuestro alrededor y algún que otro perro rabioso nazi con armadura para hacernos sentir algo de tensión más directa. Poco después, ya podemos tenerlo todo a nuestro alcance para ir superando lo que se nos venga encima con los recursos que prefiramos utilizar.

 

Los villanos no dan para tanta broma, pero tampoco necesita complicarse mucho.

 

Para nueve misiones que pueden llegar a durar algo menos de seis horas, Wolfenstein: The Old Blood ofrece una variedad de situaciones que ya quisieran muchos. En este tiempo también se ve una mejora de la IA, sobre todo cuando suenan las alarmas. Enemigos con más ganas de acabar contigo, con mejores estrategias para rodearte, que no dudan en salir de su cobertura para un ataque desprevenido y que te persiguen y no se quedan embobados esperando a que se apague la alarma mientras estás escondido en un túnel de ventilación. No es que la penalización por perder sea mucha, pero llama la atención que hasta en un nivel de dificultad normal te sepan poner contra las cuerdas.

 

Y luego llegan los zombis, claro. Y se mezclan con nazis, y con zombis nazis, y se crean interesantes conflictos en los que el enemigo 'racional' no sabe muy bien si tratar de abatirte a tí primero o a los zombis que van a por cualquier cosa que tengan cerca. El motivo de que acabe ocurriendo todo esto es tan absurdo como la propia premisa del juego, claro. Wolfenstein: The Old Blood funciona como precuela de The New Order y se permite hacer alguna locura más. No hay ni tantos villanos ni aliados, pero dan más que de sobra para dejar alguna frase estúpida para el recuerdo.

 

Algún toque de Half-Life tiene...

 

Y en general, Wolfenstein: The Old Blood, al igual que The New Order, no viene para cambiar la vida de nadie ni para ser la obra más transcendente de la generación, pero es un placer ver cómo entienden el FPS de antes como algo que puede aceptarse a día de hoy y ser igualmente bueno sin necesidad de ser un producto estudiadísimo lleno de puro marketing para tratar de apelar a un público lo mayor posible. Es un placer encontrarse con algo así, y desde luego, debería ser un ejemplo a seguir por muchas otras sagas que intentan volver adaptándose a los tiempos que corren y lo único que hacen es cambiar tanto que se hace irreconocible.

8
/ 10

<< Anterior Siguiente >>