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Analisis Trials Fusion ,PS4

El día de la marmota invade el Inframundo.
Sábado 09 de Abril de 2016 por Adrián Suárez Mouriño

Después del golpe bajo que supuso Trials Frontier necesitábamos que la saga se recuperase de inmediato con un juego con el que sabemos que podremos jugar todas las veces que queramos sin necesidad de esperar. Un más de lo mismo en un nuevo envoltorio, eso es exactamente Trials Fusion, algo que puede preocupar a quienes ya han disfrutado de Trials Evolution en Xbox 360 o PC que pueden pensar que ya lo han visto todo, pero que en las nuevas consolas encaja como un guante, más aún gracias a las nuevas facilidades para compartir contenido.

 

Trials Fusion nos da más de lo que queremos. Como lo hicieron los DLC de Trials HD y Trials Evolution, pero en forma de un juego completo con aspecto renovado pero mecánicas exactamente iguales, con sutiles cambios y una aproximación en los circuitos a los grandes saltos y los aterrizajes al límite que aprovechan de la mejor forma posible la inercia, y no tanto al trial de verdad, al de los pequeños pasitos por escalones imposibles, que esta vez se han agrupado en un sólo bloque de circuitos de dificultad extrema (incluyendo Inferno IV, claro), y ya hay que sudar mucho el mando para llegar a él.

 

Aunque parezca complicado, la mayoría de los obstáculos se salvan acelerando al máximo, pero con diferentes inclinaciones.

 

Pero aún así, los jugadores más avezados de Trials notarán que ya lo han visto todo. Trials Fusion no es una entrega arriesgada, y por mucho que ahora las motos se diferencien más que nunca en el control (incluyendo un tosco Quad y la mítica bicicleta), los circuitos ya no ofrecen nada nuevo más allá del lavado de cara y muchos más efectos, como si se hubiesen esmerado mucho más en el fondo y el decorado que en el circuito en sí. Pero claro, Trials Evolution puso el nivel muy alto, tanto en el contenido ya incluido como en el creado por los propios usuarios, y aquí lo más que han podido hacer ha sido educar al jugador oportunista a perfeccionar su técnica para que no utilice la treta de llegar a un punto de control arrastrando medio piloto por el suelo, sino como debe ser, con las dos ruedas en su sitio.

 

Hay más contenido de cara a desbloquear o a repetir los circuitos con un motivo, todo para alargar la vida del juego sin falta de tocar ese gran botón que pone 'Pase de Temporada' que indica que no se han esforzado todo lo que podrían haber hecho para la parte central del juego. Piezas de personalización y colores para el piloto y las motos que se desbloquean con experiencia, medallas o misiones, y esas tres misiones secundarias por circuito que funcionan como formas de ver cada trazado más allá del ansia por el oro (platino, una vez superados todos), algunas misiones tan simples como hacer varios front o backflips, otras dignas de logro como superar un nivel sin soltar el acelerador, y otras que premian la exploración y el posterior buen hacer, con tramos de altísima dificultad a los que accedemos a través de un portal secreto muy bien oculto.

 

Tardamos bastante en encontrar un reto a la altura, y cuando lo encontramos, descubrimos que tampoco es tan diferente a lo ya visto.

 

Más allá de las carreras, vuelve a haber minijuegos especiales (no tantos ni tan originales como en Trials Evolution), divertidos y originales pero que no dejan de ser una anécdota al margen, casi tanto como las competiciones de trucos, imprecisos movimientos de joystick derecho con los que han intentado dar algo de sentido a la física alocada del piloto, con pruebas que más que entretenidas, se convierten en una obligación como oros fáciles de sacar para desbloquear las pistas extremas.

 

Y la Central de Pistas, claro, que oficialmente se ha convertido en un muy válido 50% del juego gracias al efecto Minecraft, y que ahora tiene mucho más sentido gracias a la retransmisión de partidas en directo que permite que muchos jugadores tengan muy a mano ese extraño fetiche miraobras de ver cómo alguien construye algo. Porque el propio editor no ha avanzado mucho, básicamente porque la herramienta de Trials Evolution ya no dejaba mucho margen de mejora más allá de capas y capas de pintura que ahora nos permiten personalizar creaciones mucho más, con más efectos y más estilos, pero no con más posibilidades a la hora de jugar.

 

El editor de circuitos es una herramienta con una cantidad de contenido y detalle impresionante, pero ya era impresionante hace dos años, ahora sólo hay más colores.

 

Sobre todo para los usuarios de PlayStation 4, donde Trials Fusion supone la primera vez que Trials llega a una consola de Sony, desde luego, es una herramienta de diversión imprescindible, y casi parece que Trials Fusion está hecho para ellos. Pero un usuario de Xbox 360 que ya ha exprimido Trials Evolution, todos sus DLC y todo lo que ha podido ofrecer el creador de contenido, no va a encontrar nada nuevo.

 

Directamente, el principal problema de Trials Fusion es Trials Evolution, el juego con el que RedLynx demostró justo antes de dejarse 'contaminar' por prácticas de lanzar juegos a medias que se podía hacer un título prácticamente inmejorable, y esta nueva entrega llega ofreciendo lo mismo, o incluso algo menos, costando más, y es que con un título de estas características, dos años de diferencia no son suficientes como para dejar que se nos pase el efecto de Evolution. Trials Fusion nace con las nuevas plataformas en mente, con más facilidades para compartir más detalles de nuestros piques entre rampas y escalones, y es para estas plataformas para las que se convierte en algo más recomendable y hasta imprescindible, a pesar de pases de temporada, Uplays y conectividades con sacacuartos de móviles.

 

(Versión analizada: PlayStation 4)

8.5

/ 10


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