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Analisis Trials Frontier ,IOS

El día de la marmota invade el Inframundo.
Sábado 09 de Abril de 2016 por Adrián Suárez Mouriño

Trials Frontier es un Trials. Eso está bien. Trials Frontier es un juego gratuito. Eso también está bien. Trials Frontier no ofrece tanta precisión como los juegos de consola con el control táctil, pero los circuitos están adaptados para ser menos exigentes y ser igualmente disfrutables. Eso es mejorable, pero también está bien. Trials Frontier es un free-to-play con turnos para jugar, tiempos de recarga de los turnos, opciones a micropagos y otras muchas tretas que cortan el ritmo y dan tantas ganas de pagar como de no volver a tocar el juego. Y eso está mucho peor que mal.

 

El diseño de circuitos es mucho más que correcto, está a la altura de cualquier Trials, y tiene en cuenta que el control no es tan preciso como con un mando, y por ello es menos exigente.

 

Tras escasos días disponible en la App Store, uno de los comentarios más repetidos sobre Trials Frontier es el «Pues no me hubiese importado pagar por él completo», pero ni siquiera ofrece una opción de jugar sin límites con un único pago. Aquí la norma es exprimir al usuario con constantes necesidades que llegan de una forma muy calculada, tras ofrecer unas cuantas horas de entretenimiento sin cortes y mostrar un atisbo de dónde empieza el reto de verdad.

 

Trials Frontier es un experimento curioso más o menos bien llevado a cabo para ofrecer una historia en un juego de motos de trial, y un motivo más allá de los meros tiempos y medallas para repetir circuitos una y otra vez en busca de recompensas aleatorias con las que mejorar las características de nuestras motos y completar misiones con las que desbloquear nuevos circuitos y motos, y empieza pareciendo que el experimento le sienta muy bien, ya que aunque al empezar cada carrera el medidor de gasolina baja 5 puntos (se recarga 1 punto cada 2-3 minutos y sin la gasolina suficiente no se puede correr), superar pruebas y misiones da una experiencia que, al subir de nivel, hace que el medidor de gasolina se recargue por completo, lo que da opción a seguir un buen rato más, descubriendo, superando, disfrutando.

 

La ruleta de final de cada circuito da un objeto al azar que sirve tanto para completar misiones como para mejorar la moto. Si no te toca lo que quieres, puedes pagar gemas para volver a intentarlo, o volver a gastar gasolina para intentar la carrera de nuevo con una nueva ruleta al final. En cualquier caso, la necesidad acaba siendo mayor de lo que el juego ofrece sin esperar o pagar.

 

Pero poco a poco van apareciendo nuevas mecánicas que requieren tiempo, o monedas de oro o gemas, mecánicas necesarias como mejorar las motos o gastar las gemas en repetir las tiradas aleatorias para conseguir las recompensas por no gastar gasolina en volver a competir, y siempre, para todas y cada una de las acciones, existe una más cómoda que pasa por pagar, porque después de varias horas en las que las esperas son nimias, se da la vuelta al juego y las partidas son ínfimas en comparación a las esperas cada vez más largas por carreras con requisitos cada vez más altos, a menos, claro, que paguemos. Y Trials no es un juego de partida rápida de 10 minutos cada 4 horas.

 

Y lo peor de todo es que, si al menos pagar una cantidad más o menos razonable para lo que se podría pagar por un juego completo (como el que llegará pronto, Trials Fusion) solucionase algo sobre esos cortes de ritmo constantes y flagrantes, aún sería excusable, pero la verdad, sólo el hecho de que sugieran un pack de gemas o monedas de 90€ ya parece una ofensa, una bofetada en toda la cara de quien bien a gusto hubiese pagado 10 o 15€ por un juego que podría costarlos perfectamente por calidad y contenido, pero que a la hora de la verdad, con esos 10 o 15€ sólo se le solucionarían unas tres o cuatro horas de juego sin interrupciones teniendo que gastar gemas en recargas de gasolina o en ahorrarse los molestos tiempos de espera por cada reparación.

 

Sin comentarios.

 

Trials es una adicción que cuesta mucho sobrellevar. Es tan frustrante como gratificante ver que en los niveles más difíciles acabas dominando el movimiento correcto para superar ese obstáculo en el que has gastado un centenar de reintentos, y aunque el control táctil (mucho más parecido al otro juego de RedLynx, MotoHeroz) no dé tanta precisión como unos buenos joysticks y gatillos, los niveles se han simplificado para que incluso con este control un nivel pueda llegar a ser tan agradecido y retante como sólo Trials sabe ser, muy bien medido y separando cada cuesta y obstáculo lo suficiente como para poder ser superado (y si no llegas, llegarás mejorando la moto), y durante esa hora que el juego te regala para competir sin cortes (gracias a un carísimo item que puedes comprar después, claro) es donde se puede descubrir que Trials Frontier podría llegar a ser tan bueno como cualquier otro de la franquicia. Pero luego vuelves a la realidad.

 

La triste realidad de los micropagos 'por si cuela', incluidos en un proyecto no precisamente pequeño. Micropagos donde no sólo no son necesarios, sino que sobran porque rompen toda la experiencia. Si Trials Frontier se hace completamente gratuito o completamente de pago, volveremos a hablar.

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