1. Mundogamers
  2. Analisis
  3. IOS

Analisis The World Ends With You ,IOS

The World Ends With You es una oda a Shibuya y a los JRPG.
Martes 14 de Octubre de 2014 por Diego Emegé

Disparamos, conducimos, luchamos… En los juegos realizamos acciones la mayor parte de las veces. Corremos, matamos y recolectamos. Conquistamos tierras vastas —a veces en el plazo de una tarde— pintando su flora del rojo de una fauna agresiva o pacífica, viendo pasar vidas, obras y recogiendo premios resplandecientes. The World Ends With You es la demostración de que la verdadera maestría no está en fundar una historia interactiva entorno a la acción, sino entorno a un lugar. Es una dulce oda al distrito de Shibuya en todos sus aspectos: estilo visual, banda sonora, sistema de equipamiento, combate, historia, personajes, objetos comestibles… Lo más importante es que The World Ends With You es transparente en esta admiración y no lo esconde.

 

Tetsuya Nomura, que se ha ocupado de diseñar los personajes de los principales Final Fantasy de la última década, aproximadamente, siempre ha tendido a imprimir el estilo de Shibuya en todos los personajes que creaba, incluso en entornos e historias en los que no cuadraba. TWEWY es, por el contrario, la mayor excusa que ha tenido para aprovechar su estilo natural: trajes inverosímiles, pelos de punta y, por supuesto, cremalleras por todas partes. El Shibuya de TWEWY exagera los rasgos que definen al distrito real, claro, pero es el encanto del juego: en lugar de tratar de reconstruirlo edificio por edificio, Nomura sintetizó un extracto de Shibuya y lo inyectó en los pequeñitos píxeles que formaban The World Ends With You. A pesar del aspecto cool del que se vanagloria, su magia está en la sustancia que hay debajo de toda esa fachada trendy.

 

The World Ends With You se presenta como el paso de cebra tan emblemático de Shibuya, en el que el caos es el rey

 

Casi cada mecánica se une entre sí para hacer de esta visión fantástica de Shibuya algo totalmente plausible. Neku Sakuraba y sus compañeros ya no son esa panda de chavales con espadas kilométricas que buscaban cotas de malla en cajones y armarios de extraños. En TWEWY cambiamos los mandobles por la moda. Los personajes se pasean por tiendas, haciéndose amigos de los dueños, llenando sus bolsas de la compra con tantos nuevos estilismos como sus monederos les permitieran. Estéticamente estos cambios no son tan aparentes, pero el comprar una u otra marca es totalmente relevante, porque cada zona de Shibuya favorece una u otra marca. El resultado es que durante todo el juego nos obligan a cambiar constantemente de ropa (en lugar de la mecánica de los RPG de hacerse con mejores indumentarias constantemente) y nos enseñan que en Shibuya la moda es cosa de vida o muerte.

 

Aun así, al tiempo que descubrimos los sitios más emblemáticos de Shibuya, TWEWY se convierte en una alegoría del paso de peatones más famoso del mundo. Me explico: de la misma forma que ese paso de peatones es una maraña apabullante de viandantes, hombres de negocios, coches, anuncios ruidosos y trabajadores explotados por Starbucks, TWEWY se pasa las primeras horas bombardeándonos con mecánicas de juego nuevas, pequeños y misteriosos adelantos de la trama y constantes textos a modo de tutorial. A pesar de todo el cuidado que tiene con el estilo y la moda, TWEWY no es especialmente elegante. Sus primeras horas, particularmente, resultan especialmente ruidosas y ajetreadas.

 

Los combates son la experiencia más caótica y divertida que he experimentado en un JRPG

 

Pero, claro, puede ser un subproducto de tratar de enseñar al jugador a ser su propio compañero de juego, algo que es la marca de la casa del juego. Para combatir a los noise hace falta que nos hagamos cargo de lo que ocurre en las dos pantallas de Nintendo DS y, mientras que los poderes —que van desde ataques básicos de rayo y fuego a poderosas invocaciones basadas en Final Fantasy— vienen en forma de chapas molonas, las batallas dejan en un segundo plano a Shibuya. Una vez que se le coge el tranquillo, el combate resulta caóticamente divertido y creativo, pero pide una concentración muy alta para disfrutarlo… y tres manos y dos pies para seguirle el ritmo a los más difíciles.

 

Aunque jugáramos con los ojos cerrados, The World Ends With You logra imprimir esa devoción por el estilo en otro sentido, como el del oído. Las batallas, por ejemplo, son experiencias rítmicas en las que vamos saltando entre los dos personajes, encadenando ataques siguiendo los compases de una banda sonora perfecta para la ocasión. Ya sea por el J-Pop de Calling, los ritmos raperos de Twister o el maquinote de Long Dream, la banda sonora de TWEWY llena la experiencia de una energía infecciosa que casa perfectamente con el tipo de cascos enormes que ya llevaba Neku por aquel entonces y que ahora se han hecho moda.

 

Estos salaos son los compañeros de existencia, con los que compartiremos vida y muerte

 

Pero el juego no se conforma con ese ambiente estiloso y moderno, porque todo ello está relacionado con la cultura de los jóvenes, que son los principales protagonistas del juego, y gracias a ellos podemos descubrir escondidos temas como la alienación social y el espíritu de rebeldía, de los que se hablan sin hacer alarde de ellos. Es cierto que Neku es una representación más locuaz del desasosiego de Cloud, pero solo hasta cierto punto. Poco a poco descubre que hay personas por las que merece la pena luchar. Le da tiempo a madurar a lo largo del juego. TWEWY no es el menor ejemplo en lo que se refiere a profundidad de personajes, pero sí que tienen un algo amable en la forma en que mantienen el optimismo aún en sus horas más bajas.

 

Este optimismo también se traslada a la misma existencia de este particular JRPG. Mientras que el resto de sus hermanos de género optaban por agarrarse a mecánicas trasnochadas e ideales manidos, Square Enix y Jupiter cimentaron su propia calzada de mármol brillante, de nueva factura, pulido y original. Por desgracia, comercialmente no llegó a generar el mismo éxito que se podría haber pedido de este esfuerzo innovador, pero con el tiempo se ha convertido en una obra de referencia, que todo jugador debería conocer, sea o no sea fan de los JRPG y, desde luego, debería estar en el catálogo de todo poseedor de una Nintendo DS. Daos un paseo por Shibuya y ya me contaréis.

9
/ 10

<< Anterior Siguiente >>