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Analisis The Wolf Among Us ,PS3

Una vuelta de tuerca al concepto de esos Devil May Cry y Bayonetta que todo el mundo adora.
Lunes 19 de Agosto de 2013 por Víctor Junquera

The Wolf Among Us ha presentado ya su segundo capítulo: Smoke and Mirrors. La continuación, tras aquel Faith, acierta y  supera con creces a su antecesora en lo importante: entregar una historia atractiva al jugador con un sólido personaje protagonista. Mientras que el primero de los cinco se construía, cliché tras cliché, cimentándose sobre los tópicos del cine negro, con sus detectives y susfurcias asesinadas, esta secuela se tira de cabeza a lo que nos importa: el mundo de Fábulas, la relación entre sus personajes, las intrigas socio políticas del universo de Bill Willingham y, sí, por fin, un Bigby a la altura.

 

Solucionando de un plumazo el interesante cliffhanger de Faith, con una solución previsible para los lectores del cómic pero perfecta, descubrimos a un Big Bad Wolf mucho más cómodo y creíble en su papel. La desarrolladora ha sabido encajar mejor el carácter de este complicado personaje, que fue malo y odiado en los cuentos de los que procede, pero capaz de moderarse en la actualidad mundana en su figura de Sheriff. TellTale Games lo consigue optimizando la capacidad de no decir nada, del silencio del protagonista, entregando en su lugar una mirada juiciosa, humilde y a la vez superior.

 

Diálogos que funcionan mucho mejor que en la precuela.

 

A Bigby no hay quien le tosa, pero no es un tipo al que le guste presumir de ello. Sus poderes no se reducen únicamente a la fuerza y a unos sentidos soberanamente desarrollados, algo que no se acababa de captar en la primera entrega, aquí sí. Aquí podemos acabar casi cada conversación con nuestro puño rompiendo una nariz; pero a la vez se nos presentan unos personajes evidentemente mucho más débiles, asustados y más frágiles que nosotros. Y decidimos no pegarles, o tal vez sí, pero nos lo pensamos, porque empezamos a pensar como Bigby, no como un supermatón pero tampoco como un perdonavidas. Un delicado equilibrio muy bien construido.

 

Tell Tale Games sobrecargó la burra en el primer episodio con tanto repetir eres un lobo terrible, me cago de miedo contigo, aquí sólo lo mencionan, creo recordar, una vez; ahora ya no te confiesan esa realidad a viva voz, sino con una mirada o con un gesto, mientras la historia avanza, una historia que empieza a merecer la pena, más personal y auténtica que lo que se dejaba entrever en Faith.

 

Porque el título descarga todo su talento en ella, en la trama, dejando de lado todo lo demás. Las cosas como son, los juegos de TellTale Games funcionan mejor cuando se olvidan de que son juegos. En los momentos en los que sólo hay que mirar, decidir y actuar mediante la pulsación de una sola tecla, funcionan maravillosamente, hasta el punto de que estos mismos chirrian una barbaridad cuando te introducen una pelea por la cara, para que la juegues, o la sufras, según como lo mire cada uno. No, TellTale Games, no quiero pelear. Déjame seguir leyendo textos, permíteme continuar disfrutando de este excelente doblaje, del ritmo de la narración y de poder responder con un contundente silencio, como el badass bondadoso que soy.

 

El diseño artístico del juego es una maravilla.

 

La versión que he testeado ha sido la de PS3. Clarísimo error. Con cada nuevo producto de TellTale Games que introduzco en mi consola me encuentro con una cosa mal trabajada, que da tirones y con un interfaz malísimo. En un instante concreto, el juego me pide que mueva el stick rápidamente hacia la izquierda, vale ¡¿pero cuál de los dos?! Chorradas absurdas como éstas se suceden una tras otra y me recuerdan que he hecho mal en decidir jugar a esta preciosa producción en la máquina de Sony. Steam, chicos y chicas, escoged el PC. Y un ratón.

 

Smoke and Mirrors es un juego puente, toma el arranque del primero y prepara de manera sobresaliente el resto de la historia. Este es el motivo por el que hay menos juego directo y más narración, lo que ha dejado al descubierto lo innecesario de los intentos de TellTale Games de hacer de sus juegos algo jugable, valga la redundancia. Lo que esta gente domina es contar historias, bien construidas, bien narradas, bonitas, atrayentes, sencillas en lo formal y emocionantes. Así, por la pura casualidad de ser una segunda parte de cinco, a la desarrolladora le ha salido un juego redondo, que le da cien patadas al anterior por no incluir apenas acción.

 

Smoke and Mirrors consigue que fantaseemos con unas estupendas tres y siguiente entregas. Tras jugar al primero no tenía muy claro si aconsejar esta serie de capítulos o no. Tras disfrutar de éste lo tengo claro, sí, cómpratelos. Sin dudar.

8

/ 10


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