Analisis The Walking Dead Survival Instinct ,PS3

Mucho ruido está armando The Walking Dead: Survival Instinct... y no en el mejor de los sentidos. Propios y extraños han arremetido contra este lanzamiento de Activision de manera especialmente destructiva, como si volcaran en este juego toda la mala bilis acumulada por váyase usted a saber qué. Claro que es obvio que en este lanzamiento no vamos a encontrar ni en broma los valores de producción de Modern Warfare o Black Ops, pero bien es cierto que posee una serie de virtudes que la mayoría de las críticas han pasado por alto.

Yo parto de una premisa muy sencilla: si un videojuego divierte, no puede ser malo. Pues bien, debo reconocer que en esta vida llena de tribulaciones es difícil echarle las horas deseadas a un juego, máxime si también tenemos encima multitud de novedades que catar. Por supuesto que si la responsabilidad laboral lo requiere, uno se vuelca de medio a medio en el título en cuestión... pero es que con Survival Instinct mi aventura como crítico dio paso al jugón que llevo dentro desde que comenzara décadas atrás con el singular Space Invaders. O dicho de otra manera: me enganché.

Confieso que comencé mi partida a media noche, aprovechando la tranquilidad que ofrecen esas horas (ya se sabe, el teléfono no suena, no llaman a la puerta). Auriculares en ristre, ejecuté el juego y... bueno, las horas pasaron volando. Cuando me di cuenta, estaban apareciendo los primeros rayos de luz de la mañana. Y porque me obligué a mí mismo a acostarme, si no estaría todavía asumiendo el rol de Daryl Dixon. Curiosamente, con la cabeza en la almohada seguía pensando en algunas de las vivencias acaecidas en Survival Instinct, retomando en el recuerdo algunas decisiones que bien podría cambiar el posteriores partidas.

Porque una de las mejores cosas que tiene este desarrollo de los siempre competentes talentos de Terminal Reality es la posibilidad de rejugarlo tomando otras decisiones, dirigiéndote hacia otros caminos y salvando a aquellos que por un motivo u otro dejaste atrás. Aunque no suele entrar precisamente dentro del carácter de los hermanos Dixon, en The Walking Dead: Survival Instinct te sentirás en ocasiones demasiado culpable por no haber buscado bien en ese escenario un vehículo con cuatro asientos en lugar del coche biplaza que terminas llevándote. Cuando el juego te obliga a elegir quién te acompaña, te da comezón.

Otro tipo de toma de decisiones continúa también con el automóvil de protagonista. Cuando nos movemos de ubicación, tendremos que seleccionar si conducimos por la autopista, la carretera o las calles, teniendo en cuenta el distinto gasto de combustible que conlleva cada elección o las distintas eventualidades con las que podemos encontrarnos por el camino. En términos de probabilidades, es incluso factible que nuestro coche se estropee, teniendo que parar allá donde nos pille y hacernos con otro auto. También podemos toparnos con carreteras bloqueadas por un rebaño de zombis, coches que obstaculizan nuestro camino (y que tendremos que empujar, arriesgando nuestro cuello) o, simple y llanamente, la opción de parar para rapiñar gasolina, comida o munición por los alrededores.

Ya sitos en los pueblos y ciudades que ejercen de niveles principales del juego, Survival Instinct se muestra como un juego de acción en primera persona donde lo último que prima es el disparar con armas de fuego. A pesar de que haberlas haylas, apretar el gatillo de una ruidosa pistola puede conllevar que llamemos la atención de un buen puñado de muertos vivientes, hasta el punto de que será a todas luces imposible enfrentarnos a tantos. Es por ello que Terminal Reality invita tanto al sigilo como al uso de tuberías, mazas, hachas o bates de béisbol. Todo hay que decirlo: el combate cuerpo a cuerpo es simple, pero ciertamente efectivo y hasta cierto punto satisfactorio.

Cabe decir que el diseño de los niveles es lo suficientemente atractivo como para mantener el interés. Más que adornarlo con bonitos gráficos, es remarcable la inteligente disposición de elementos, pensada para otorgar tensión y propiciar una más que llevadera jugabilidad. Muchos son los frentes abiertos que se disponen para que el usuario haga uso de ellos o, simplemente, los deje pasar. El ejemplo lo pongo en uno concreto que me arrepiento de haber obviado, que no es otro que el encontrarme a los padres de Andrea; me pidió su progenitor que fuera a la farmacia para conseguirle medicinas para la madre, con evidentes signos de mordedura... pero me desvié sobremanera al dirigirme hacia otro objetivo, y ahí los dejé.

The Walking Dead: Survival Instinct no plasma un 'corre ve y dile' anodino y atolondrado, sino que tiende a ser coherente con sus objetivos. Rara vez nos hará repetir caminos, y pese a sus naturales limitaciones su desarrollo resulta especialmente natural. Además, y debido a lo letales que son los zombis, el juego te mantiene siempre alerta, en tensión ante el susto que pueda suponer el que tras una esquina se esconda un caminante con ansias de echarte el diente. Peor aún es cuando se nos viene encima una horda, momento en el que, si nos cogen, tendremos que ser habilidosos con una suerte de quick time event del que no siempre podremos salir bien parados. Y es que nuestros mordedores no son especialmente listos, pero espérate a que se te junten tres que se hayan fijado en ti, y a ver si sales ileso de la refriega.

Uno de los puntos por los que no destaca el título de Terminal Reality es por sus poco lucidos gráficos. En absoluto podemos decir que tiene un aspecto visual poco trabajado, puesto que a poco que le dediquemos algo de tiempo nos podremos percatar de la atención al detalle que se ha tenido en su desarrollo, pero por lo general los diseños son toscos y poco virtuosos de cara a la galería, provocando así que parezcan áridos y simples al lado de otras virguerías contemporáneas. No obstante, hay algunos escenarios muy bonitos, con una iluminación francamente bien implementada y unos juegos de sombras especialmente reseñables. En resumen, se puede decir que junto a los logrados fx (y la banda sonora de la serie, no lo olvidemos) se consigue una más que destacable ambientación. A modo de curiosidad, decir que el arte relativo a los zombis recuerda poderosamente a los del The Walking Dead de Telltale Games.

Por último, me gustaría decir a nuestros lectores que, si se aventuran a darle una oportunidad a Survival Instinct, se despojen de esos prejuicios (y perjuicios) que tan de moda están a día de hoy en el mundo del videojuego, que lo prueben con ánimo de disfrutarlo y se dejen llevar por lo que en verdad es un diseño lúdico de lo más correcto. Quiero hacer constar que un viejales como yo no se engancha fácilmente a los lanzamientos actuales, pero en esta ocasión bien que he disfrutado las siete horitas que le he dedicado de principio a fin. Y no, no tiene multijugador alguno, pero como dije al principio, tengo muchas ganas de comenzarlo de nuevo y tomar algunas decisiones que me hagan pensar que soy mejor persona.