Analisis The Walking Dead Season 2 ,PS3,PSVITA

A la tercera va la vencida. Tras dos capítulos francamente irregulares en los que una extraña Clementine, demasiado madura y hasta cruel para su edad, desentonaba en el conjunto de supervivientes asustadizos, llega un tercero que convierte eso en el eje central del juego. El apocalipsis zombie es una madre que no entiende de amor.

 

Asi como ha hecho Telltale Games con su The Wolf Among Us, ha esperado al tercer episodio para revelar lo que realmente quería mostrar. La segunda temporada de The Walking Dead comenzó presentando a un puñado de adultos ridículos y a una niña dura, soberanamente adulta y con una sangre fría digna de un sicario a sueldo. Dos capítulos en los que Clementine decidía y obraba a su antojo, mostrándose más como una niñera del resto de los personajes que como la cría que en realidad es. Pero entonces llegó Carver y la cogió a ella y sus camaradas de los pelos. Carver es algo así como el Coronel que vimos en la serie, pero concentrado y con la mano mucho más larga. Su presencia llega para pregunarnos lo que Telltale Games quería desde un buen principio ¿cómo han de ser los niños nacidos tras el cataclismo? Una trama que se abre por fin ahora y que transforma una serie de capítulos aburridillos y simplones en algo maravilloso. El Telltale que estábamos esperando.

 

 

Un punto negativo clarísimo: que el haber mostrado la auténtica línea narrativa ahora le ha hecho mucho daño a los dos primeros, lo que no habría sucedido si hubieran llegado juntos. Así que, una vez más, Telltale Games debería plantearse muy seriamente hacer un juego único, no serializado. De hecho, el que esta interesante pregunta se formule ahora, y no antes, me hace pensar que ha sido escrita no desde el inicio del proyecto, sino tras comprobar que Clementine se les estaba yendo de las manos.

 

Por supuesto, esto son solo conjeturas de alguien que se queja de no haber disfrutado del primer, segundo y tercer episodio de una vez (si podéis, hacedlo así), porque estoy seguro de que los habría recibido mejor como un individuo que como una concatenación de secuencias. Sin embargo, si analizamos este capítulo como tal es, sin duda, el mejor de todos y un auténtico The Walking Dead a la altura de la primera temporada. Ahora sí.

 

 

Se agradecen, además, que se ahorren querer explicar determinadas secuencias mediante nuestra interacción. Hay una escena en la que Clem tiene que cortar las ramas de un arbusto. Al empezar a retirar las hojas muertas, temí que se produjera un QTE tontorrón o un point and click que no llevara a ninguna parte. Pues no, fue la introducción para una elección, en lo que el juego verdaderamente brilla, pero sin tener que implementar un simulador de jardinero. Menos mal.

 

Las escenas de acción se limitan a hacer acto de presencia cuando lo hacen los zombies. Cuando ellos aparecen, lo hacen también los minijuegos basados en dispararles, golpearles y librarnos de ellos. Hábilmente, las elecciones también se hacen aquí su hueco, de un modo similar del que presume The Order 1886: ¿Quieres golpear esto o lo otro? Escoger lo que aporrear afecta a la trama, como otra decisión más. Telltale Games, curiosamente, mejora sus relatos cuando decide entregarle menos contenido jugable al usuario. Se nota la madurez con respecto a anteriores capítulos y temporadas y la escisión de propuestas como las de Cage; eso sí, van poco a poco, sin prisas. En lo siguen fallando es saber cómo optimizar sus juegos a consola. Cada vez que se propone felicitarte con un trofeo, el juego se detiene, petardea y se arruga.

 

 

De nuevo, los zombies son lo que menos importan. Solo están ahí para hilar escenas. Aquí lo importante son los personajes, las ovejas y los pastores, la nueva sangre y la vieja, elevando el concepto de road trip un peldaño más. Aquí queda claro que el único destino al que puede aspirar la humanidad es a una nueva generación de niños preparados, porque la nueva está perdida.

 

Este tercer episodio es sobresaliente, pero, sinceramente, lo es por la trama general y por permitir al jugador matizarla, pero no decidir; porque no lo hacemos, vamos en línea recta y tamizamos el carácter de la chica, pero incluso esa posibilidad se retira cuando la historia quiere avanzar hacia donde lo necesita. Eso no implica que el juego sea mejor o peor, pero yo lo he podido jugar mientras comía, sin sentirme realmente alguien que decidía la suerte de Clementine; sí, por supuesto, disfrutando de una magnífica historia y de momentos repletos de tensión. Eso es así; pero de nuevo, no impide que sea el mejor episodio de la segunda temporada. Quedamos a la espera del desenlace de la historia de Clem.

 

(Versión analizada: PlayStation Vita)

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