Analisis Tales of Zestiria ,PS3,PS4

Tales of Zestiria es un agradable retorno a ese habitual viaje clásico que suelen plantear todos los JRPG de género. Sorey ha vivido toda su existencia en un bucólico pueblo, soñando con convertirse en el mítico Pastor, aquel que será capaz de salvar al mundo de la oscuridad que lo asola.

Pero el hogar de Sorey no es un Pueblo Paleta más, es uno en el que viven los Serafines, unos seres invisibles para las personas corrientes pero con las que Sorey siempre ha convivido, y es que Sorey es especial, puede verlos, hablar con ellos y hasta considerarlos sus amigos. Esta habilidad tan especial lo acaba empujando a convertirse en mencionado Pastor y emprender un viaje por el mundo para detener al mal que está haciendo que este se vaya a la porra.

Tales of Zestiria no inventa la rueda, se apoya continuamente en clichés y en tópicos. Los personajes son estereotipos, la historia y sus giros se ven venir de lejos y el ritmo de la aventura es muy clásico. Pero es en este contexto en el que se descubren y se aprecian los 20 años que la saga Tales of lleva forjando su historia, porque aunque sí que todo nos sabe a viejo conocido, la desarrolladora sabe cómo entregárnoslo y desarrollarlo para construir un viaje muy interesante y que sabe ser siempre divertido.

Las razones por las que lo es son dos principalmente: el combate y las mazmorras. Las batallas han sabido convertirse en el punto fuerte de esta serie de JRPG. En esta ocasión ganan en agilidad al producirse en el mismo lugar en el que nos encontramos con los monstruos. No se crea de la nada un ring al que nos trasladamos, sino que todo se produce in situ. Al principio de Tales of Zestiria el combate es un lío y el juego te lo explica fatal, pero a medida que avanzamos en la historia y se nos ponen por delante retos, comenzamos a entenderlo todo bien.

Su principal baza es su barra CE. Si atacamos, usamos artes, nos defendemos o esquivamos, esta se gasta. Para recargarla podemos o bien bloquearnos o no hacer ninguna acción. Si la barra está llena atacaremos con más fuerza; pero eso conlleva golpear menos veces, y en Tales of Zestiria los combos son muy importantes. Esto nos obliga a tener que pensar cómo queremos jugar, y se combina con las distintas fortalezas y debilidades de los enemigos, los distintos tipos de artes que funcionan de distinto modo, contra ellas mismas y contra distintos rivales, las ordenes que le damos a nuestros compañeros y, por supuesto, el equipo que llevamos.

En Tales of Zestiria, cómo vamos equipados tiene mucho peso, ya no solo en nuestros stats normales, sino también en la potenciación de distintas habilidades. Cada elemento que nos pongamos lleva un tablero, si hilamos y combinamos de manera correcta las casillas que llevan asociadas obtendremos ventajas, que serán fundamentales para que los combates nos salgan bien.

Esto es solo un pequeño esbozo de la profundidad tan interesante que tiene su combate, y que no es fácil, puesto que desde el principio es normal que si te descuidas acabes besando la lona. Lo bueno de estas batallas es que donde más suelen producirse es en las mazmorras que recorremos, unas que están muy bien diseñadas. Se nota la influencia del diseño de escenarios de Dark Souls, y le sienta genial, porque ahora las salas, zonas y espacios están interconectados, consiguiendo un diseño menos lineal y más inteligente, te crees que alguien pudo construir así unas ruinas.

Sin embargo, este buen excelente combate y diseño de dungeons no se ve acompañado ni de una buena calidad gráfica ni de unos escenarios exteriores de calidad. Se nota que es un título de PS3, y no de los más punteros. Final Fantasy XIII es mucho más bonito y está mejor acabado que este, y se llevan unos años. Tales of Zestiria apuesta por los escenarios de mundo abierto, y eso nos lleva a dar muchas caminatas en las que no hay demasiadas cosas por hacer. Por suerte, las batallas que desarrollamos al caminar, las charlas con nuestros compañeros de equipo y una historia muy bien llevada, consiguen que nos tomemos los paseos con humor y hasta con ganas. Además, contamos con puntos de viaje rápido para agilizar este proceso.

El desarrollo de Tales of Zestiria mejora a medida que la historia sigue. Al principio, los personajes son un poquito planos y la historia es excesivamente guiada, sin embargo, a medida que avanzamos, el mundo se abre y nos deja decidir los pasos a dar, al menos el orden para hacerlo. Los personajes crecen, el combate se vuelve más complejo y la historia sabe siempre complacer.

Si Tales of Zestiria hubiera sido preparado para PS4 en lugar de para PS3, se hubiera tomado más en serio su mundo abierto y hubiera querido salirse más de las normas y reglas de los JRPG clásicos, habría sido uno de los mejores de su tiempo. Lo cierto es que el juego es excelente, pero para los amantes del JRPG. Si no estás acostumbrado a las carencias o ritmos de este, y vienes de un The Witcher 3, lo notarás muy vacío y te costará mucho que te enamore, pero dale tiempo, sabra conseguir tu afecto, el mío lo tiene de sobras.