Analisis Super Mario Bros. 35 ,SWITCH

Los 35 años mejor llevados de la industria, y si no que se lo pregunten a Shigeru Miyamoto. El creador del fontanero más famoso de la historia dio unos cuantos consejos a Mario en CNN por sus años recién cumplidos, aconsejándole que siguiera manteniéndose ocupado, haciendo ejercicio, con un bigote bien aseado y viviera siendo honesto consigo mismo sin competir con los demás. Quizás esto último es lo que menos se ha aplicado si tenemos en cuenta la naturaleza competitiva de Super Mario Bros. 35, el juego que celebra su aniversario. 

 

En esta entrevista, papá Miyamoto también destaca algo muy importante: "no importa los mundos que visite ni los peligros a los que se enfrente, Mario sigue siendo Mario". Y es lo más reconfortante que encontramos en uno de los sellos de garantía más preciados de la historia de la industria. Gusten más o menos los viajes realizados por Mario a lo largo de la historia, todas sus aventuras han sido sinónimo de calidad. ¿Y qué no ha hecho Mario en estos 35 años? Viajar al espacio, saltar en la cabeza de múltiples enemigos, rescatar a Peach, jugar al golf, al tenis y otros muchos deportes, revolucionar continuamente el género de las plataformas... es una referencia absurdamente eficiente. 

 

 

Super Mario Bros. 35 no es el mejor videojuego de Mario, pero sí es otro ejemplo de que cualquiera de los viajes de este personaje puede ser fructífero y divertido. Es envidiable la salud de la que gozan todas sus obras, incluidas sus primeras plataformas en 2D. Si alguien os pregunta por algún buen plataformas, ¿no os viene una simple y llana respuesta siempre? A mí sí. Juega a cualquier juego de Mario. Incluso el primer Mario de NES, el que se estrenaba en 1985, continúa vigente y divertido. Y es la obra que se utiliza como base en esta Batalla Real de celebración en la que competimos contra otros 34 jugadores a nivel online. 

 

Como veis, Mario también es un poco rebelde. Su padre le dice que no compita contra otros en su cumpleaños y es exactamente lo que hace, pero no podemos culpar al pequeñín. Lo que tendremos que hacer será tratar de ir completando niveles de ese Super Mario Bros. primigenio y ser el último jugador en pie para ganar la partida. Pero no se trata solo de ir jugando sin más, sino que nuestras acciones y las de nuestros rivales tendrán un impacto directo en los demás. Al igual que en Tetris 99 (el gran inspirador de este experimento), en todo momento podremos elegir a qué jugador atacar (veremos en nuestra pantalla sus propias pantallas) enviando todos los enemigos que consigamos vencer a sus niveles. De esta forma, las fases de siempre variarán, encontrando multitud de enemigos en posiciones desconocidas obligándonos a plantear estrategias y a conocernos al dedillo cada escenario.

 

 

Los niveles de cualquier juego de Mario son fascinantes, pues la cantidad de secretos y detalles estremecen. Sentarse a jugar a Super Mario Bros. 35 también alude a tus recuerdos, a la búsqueda de ese bloque con monedas o a esa estrella que sabías que estaba por ahí. Esos atajos y elementos escondidos siguen presentes alegando a favor de los jugadores que mejor conozcan sus rincones, aunque al final ganará el que tenga más habilidad y una pizca de suerte. Acabar con enemigos no solo los enviará a otras pantallas, sino que nos permitirá ganar segundos de un tiempo escaso y preciado, junto a las monedas que nos permitirán ir tirando de una ruleta con la que obtener potenciadores. 

 

Esa sensación de azar que se une a la necesidad de estar concentrados, conocer los escenarios y jugar bien nuestras cartas al ataque, convierten a Super Mario Bros. 35 en una experiencia de Mario desconocida hasta el momento. Es el mismo juego clásico que muchos hemos machacado decenas de veces, pero de una forma atractiva y distinta. Comenzarás totalmente perdido, torpe, como el propio control de Mario en sus traicioneros derrapes, pero pronto irás aprendiendo cómo funciona el sistema de ataque, qué power-ups merece la pena utilizar, qué atajos o bloques secretos encontraremos en cada zona... Es un viaje muy diferente, que te mantiene tenso, con ganas de demostrar que tu fontanero es mejor que el resto. 

 

 

Super Mario Bros. 35 es muy divertido y aunque a la larga jugar siempre a los mismos escenarios puede cansar, en pequeñas dosis resulta tan adictivo y necesario como el café de la mañana. Cada partida es diferente porque siempre habrá una disposición diferente de los enemigos. Cuando la partida avanza y quedan pocos jugadores, los enemigos se reparten entre ellos, no desaparecen, por lo que el reto es mayúsculo. El tiempo también corre más deprisa y cualquier mínimo fallo se paga con la derrota. Ningún otro Battle Royale o similares han conseguido proporcionarme esa sensación de maniática necesidad de ganar cuando quedamos solo un par de jugadores, tampoco Tetris 99, porque jamás he conseguido quedar en los primeros puestos. Este título es mucho más fácil de comprender porque esto es Mario, amigos, y todo el mundo es capaz de adentrarse y comprender sus exquisitos y sencillos engranajes. 

 

Han pasado 35 años y este fontanero sigue sorprendiendo. Coge cualquiera de sus juegos y disfruta, porque el tiempo parece obviar su presencia. Todo se marchita a su alrededor pero ese bigote sigue fuerte como el tronco de un gran roble. Porque, como su propio padre nos cuenta, da igual en qué líos se meta: Mario sigue siendo Mario. 

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