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Analisis Super Mario 3D World + Bowser's Fury ,SWITCH

Videoclips creativos a tutiplén
Martes 16 de Febrero de 2021 por Adrián Suárez Mouriño

Hay veces que hacer un análisis tiene su complicación; que si esto está mejor, que si esto está peor, que si aquí hay una incoherencia, que si aquí la jugabilidad no va fina, que si el juego agota sus ideas rápido… Pues Super Mario 3D World es uno de los análisis más fáciles de hacer del mundo. Es un videojuego inagotable, repleto de ideas que se suceden una tras otra y servidas como si fueran videoclips: rápidas, frescas, intensas y que quieres volver a jugar. La propuesta del título, sus tres dimensiones articuladas por una principal, le sirve a Nintendo para todo. En 3D World hay guiños a toda la saga del fontanero, a Mario Kart, se hacen juegos con las sombras, zonas de puzles, hay velocidad, hay precisión, hay multijugador y hasta hay gatos. Nada falla, todo va bien. Para mí, este 3D World es uno de los Mario más frescos, divertidos, originales e ingeniosos de la historia de la franquicia.

 

La primera vez que cogí entre mis manos Super Mario 3D World en WiiU sentí algo muy parecido a cuando cogí Super Mario Galaxy en Wii. Me refiero a esa sensación mística a la que te llevan los mejores Mario: todo parece controlarse tan bien como mi querido Super Mario World, ¡pero ese escenario! ¡Pero esas propuestas jugables! ¡Pero ese uso de las dimensiones y el espacio! Eso lo cambia todo. Sin embargo, a diferencia de Galaxy, 3D World es más distendido, más juguetón, más pillín. Es una caja de juguetes que está ahí para sorprenderte, para que no sepas qué vas a sacar cuando metes la mano en ella, cuando accedes a un nuevo nivel.

 

Me pasaría la vida jugando a Super Mario 3D World sin parar

 

No soy muy completista, la verdad, pero Super Mario 3D World te obliga a serlo. Cada fase es distinta a la anterior y perfecta a su modo. La querrás rejugar y tendrás como excusa la recolección de sus tres estrellas verdes y su sello. Además, ya no solo es que tenga fases maravillosas, es que su curva de dificultad es deliciosa. Una de las cosas que menos me gustaron de Odyssey es que el juego solo se volvía interesante tras terminarlo. Aquí, una vez superado un encantador primer mundo, las cosas ya se ponen algo difíciles, y en los mundos finales hay reto de sobra. Y para suavizar la dificultad o el rigor de algunas zonas, y para insuflar aún más de vida el juego, está el maravilloso capitán Toad que te lo comes de lo guapo que es.

 

Sí, este es uno de mis Mario favoritos. Lo fue entonces y lo sigue siendo. Su truco es el juego del espacio para ser, a veces, un Mario en el que hay que explorar, otro en el que hay que correr y otro en el que hay que… Eso tendrás que descubrirlo tú mismo. Si quieres leer más a fondo sobre este juego, aquí tienes el análisis original. Hablemos ahora de su versión en Switch.

 

Bowser's Fury no está al nivel de esta celebración de Super Mario 3D World

 

Super Mario 3D World es mejor en Switch. Se disfruta más en esta portátil que en el ‘tableto-mando’ de Wii U, y como ambas máquinas eran similares en cuanto a lo táctil, aquí también se respeta eso en los niveles que corresponde. Por fin tenemos multijugador online, lo que permite poder jugar con gente cuando queramos. El acceso al modo es fácil, aunque he de decir que me ha costado mucho encontrar partida. También hay modo foto, aunque apenas da opciones a la creatividad. En cuanto al rendimiento, hay que aplaudir a Nintendo. Es maravilloso jugar en portátil a Super Mario 3D World a 60fps. Va fluidísimo, y le aporta un ritmo que el juego pide a gritos. Si lo conectáis a la tele, llega a los 1080p, consiguiendo una imagen nítida y maravillosa. En serio, va como un tiro.

 

Super Mario 3D World, como tal, es perfecto, me encantó en su momento y me sigue gustando muchísimo a día de hoy. Su port es fabuloso, pero tengo problemas con Bowser’s Fury. Este juego aparte, de unas tres horas de duración, es un borrador de ideas nuevas que no tienen nada que ver con 3D World. No está en él su refinamiento, su buen hacer ni su buen sentido de la dificultad. Es una aventura en la que se pone a un Bowser gigante en el medio de un mar. Sobre las aguas se levantan islas y cada una tiene sus soles felinos. Tenemos que ir de una a otra, sin tiempos de carga, recogiéndolos y luchando contra Bowser cuando nos moleste. Uno de los problemas que tiene es el técnico. Sus 30 fps hacen mucho daño cuando vienes de los 60 de 3D World. La dificultad es muy baja, no tiene claro qué hacer o cómo mezclar la música cuando no estás en una isla. Tampoco trabaja bien con el fallo. Si tienes una caída desde un lugar alto te toca volver a realizar todo el tramo que has hecho. Muchas veces, su juego de ser un mundo abierto juega en su contra.

 

Para mí, 3D World es un juego perfecto, pero este Bowser’s Fury está en el notable raso. Es divertido, está apañedete y se le ve que tiene ganas de intentar cosas. Unas las consigue y otras no. Sin embargo, hubiera estado más acertado una verdadera expansión de contenido del juego original, añadir Super Mario 3D Land o lanzar el título a un mejor precio. De todas formas, pese a esto. 3D World sigue siendo maravilloso y su port en Switch va bien. Bowser’s Fury afea un poco la celebración, pero sigue siendo una celebración.

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