1. Mundogamers
  2. Analisis
  3. X360

Analisis State of Decay ,X360

Una fantástica novela visual que destaca por su carácter no lineal
Viernes 26 de Junio de 2015 por Adrián Suárez Mouriño

State of Decay es, posiblemente, la mejor simulación de un apocalipsis zombie que puedas encontrar actualmente en el mercado. Y digo simulación, porque ya hay quien hace mejor trabajo en historia, en acción, en gráficos y todos los demás apartados, pero a la hora de traernos un título que refleje exactamente todas las necesidades de un mundo invadido por los muertes vivientes, no hay nadie que le iguale.

 

Undead Labs lo tenía claro, e hicieron algo que quizá se pasa por alto cuando tienes que crear un título de estas características: hacerse muchas preguntas sobre qué mecánicas necesita una verdadera experiencia zombi. Las respuestas son sencillas: muerte permanente, relaciones sociales que ayudan o perjudican al grupo de supervivientes, falta de recursos y necesidad de conseguirlos a toda costa, una base que tengamos que cuidar y proteger, un sistema no sólo de vida, sino también de cansancio, habilidades con toque RPG, y, sobre todo, un mundo abierto para desplazarnos hacia donde queramos y tomar alguna decisión que otra.

 

Lo mejor de State of Decay es eso que muchos juegos dicen y pocos hacen: cada partida es única y se resuelve según tus circunstancias.

 

Así que no, esto no es The Walking Dead en su aventura gráfica o el juego de acción. No es Dead Rising, aunque tiene armas a tutiplén; ningún título se le parece. Se asemeja más a las reglas que nos cuenta el personaje de Zombieland al principio de la película mucho más que cualquier videojuego, porque aquí tenemos que entrenar nuestras habilidades físicas, poner en duda el comportamiento de nuestros compañeros supervivientes, conducir con cuidado de no despachar demasiados zombis no vaya a ser que se nos rompa el vehículo antes de llegar a nuestro destino, comprobar bien cada esquina de un nuevo edificio a explorar, andar con sigilo si es necesario y huir si nada ha funcionado.

 

Y, como este es un mundo abierto, también tendrás lugar para situaciones que te ocurrirán a ti y sólo a ti. Aún recuerdo una simple misión en la que tenía que animar a un compañero de mi base, que tenía miedo, haciéndole ver lo tontos que eran los zombis, despachándolos con un par de palas que llevábamos. No calculé muy bien los recursos que llevaba conmigo, no llevé suficiente munición, ni algo de comida para recuperarme del cansancio ni analgésicos para curarme. El resultado, mi amigo murió cuando empezaba a animarse un poco tras una horda zombie que nos encontramos aleatoriamente y que no pude detener, mientras salía corriendo no fuera a perder también a mi personaje. Porque, como hemos dicho antes, la muerte permanente es uno de los grandes logros de State of Decay.

 

A veces no quedará otra que huir si quieres conservar ese personaje que tanto te has currado, pero puede que para ello tengas que abandonar a algún compañero.

 

Todo es todo lo que consigue un título que lleva el sanbenito de ser de Xbox Live Arcade. Es por ello que no puede presumir de un gran apartado técnico o una gran ejecución en las animaciones y la densidad del terreno. De hecho, uno de los grandes puntos flacos del juego es la cantidad de bugs que pueden sucederte durante la partida. Piensa en cualquier que lo tendrá: ralentizaciones incluso parones bastante frecuentes, texturas y modelados que desaparecen, popping, clipping con zombis que atraviesan paredes… A veces resulta demasiado molesto, sobre todo si le unes a algunos fallos que podían haber hecho de este juego una experiencia sin precedentes, como el manejo de algunos vehículos, la experiencia con las armas y el apuntado o un sistema un poco más profundo en su apartado social (no echamos de menos cooperativos, la verdad); pero incluso así se lo perdonas cuando te das cuanta de todo lo que te está ofreciendo State of Decay.

 

No es sencillo. Que un juego de estas características tenga el valor para crear una simulación tan perfecta es muy raro. Que una pequeña excursión para conseguir materiales, porque quieres ampliar tu base con un gimnasio termine con la muerte de tu personaje o con otro que te acompaña está a la orden del día aquí. Undead Labs ha conseguido sin duda algo interesante aquí, y segundas partes (además de algún que otro parche que haga que todo se mantenga en su sitio) no se van a hacer esperar debido al éxito instantáneo en que se ha convertido su primera semana de lanzamiento.

 

Hay muchos buenos juegos de zombies por ahí. Todos se centran en un aspecto muy singular donde basar toda su jugabilidad y en una perspectiva con la que ver todo este apocalipsis tan de moda en cualquiera de las artes del entretenimiento. Pero State of Decay es el único que es capaz de hacer un juego a lo grande, con tan pocas herramientas. El único en tener una visión global del fenómeno, aplicando un gran mimo por el detalle en cada una de sus mecánicas de juego. Son tantas las tareas a realizar por este puñado de supervivientes, y el juego deja bien claro que son despojos sociales (oficinistas aburridos, aficionados a la telerrealidad…), que uno como jugador se da cuenta, sin una sola línea de diálogo que lo diga, que a través de estos mundos de muertos vivientes hay algo que parece que hemos olvidado: ser útiles.

8

/ 10


<< Anterior Siguiente >>