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Analisis Star Wars Jedi Fallen Order ,PS4

Más maña que fuerza
Viernes 29 de Noviembre de 2019 por Julián Plaza

A veces los metroidvania están donde menos te los esperas. Metal Gear Solid, por ejemplo, tiene elementos propios del género pese a estar considerado como un juego de acción. En Shadow Moses se practica mucho eso del “paquí-pallá”, volviendo a zonas cuando ya tienes el C-4, el rifle de francotirador o la tarjeta con la temperatura específica; visto así, hay menos diferencias entre ese Solid Snake y Samus de las que parece. Pasa un poco lo mismo con Cal Kestis, el protagonista de Star Wars Jedi: Fallen Order y el motivo por el que estamos aquí hoy. 

 

Primero lo importante: esto ha salido bien. Después de unos cuantos volantazos con la franquicia Star Wars, Electronic Arts ha sabido encomendar un trabajo con un lema contundente: no liarla. Podemos decir que no se ha liado. La de Kestis es una historieta de aventuras más parecida a series como Rebels que a cualquiera de las películas principales, es un juego que toma ideas prestadas de aquí y de allá pero que las combina con gracia y es, seguramente, el juego de Star Wars que los fans llevaban esperando desde hace demasiado. 

 

 

La trama se sitúa entre los episodios III y IV, cuatro años después de la orden 66 que fulmina a los Jedi. Desde entonces, los supervivientes son perseguidos por una facción especializada en erradicar maestros, padawans y niños sensibles a la fuerza: los inquisidores. Es mediante esa purga que terminan dando con el aprendiz Cal, lo que le obliga a salir de su escondite y poner en marcha un plan para reconstruir la orden. No mucho después conoce a Greez y Cere, con quienes comparte un interés común y con quienes se encamina a buscar respuestas por toda la galaxia. 

 

Bajo esa premisa el juego se vuelve una especie de gincana. No tardamos en dar con el escondite de un maestro que vio venir la caída de la República y guardó una lista de niños y niñas con el potencial para ser futuros Jedi, unos datos que pueden ser el germen del resurgir de la orden, y por eso los buscamos tanto nosotros como el imperio. La travesía nos llevará a cinco planetas distintos a los que iremos volviendo, ya sea porque tenemos nuevas habilidades o porque contamos con llaves que abren puertas antes cerradas. 

 

 

De ahí vienen las idas y venidas, y del mismo lugar la idea de que esto tiene, como mínimo, un punto de metroidvania. Pero también tiene de Sekiro, de Tomb Raider y hasta de Uncharted. El sistema de combate nos obliga a prestar atención a tres medidores -vitalidad, energía y fuerza- para ir drenando los dos del rival, que recibirá daño en cuanto se agote su estamina o en cuanto su defensa esté abierta. También hay enemigos que no bloquean, los animales, y los hay de muchos tipos y tamaños. La diversión está, eso sí, en los encuentros contra el imperio, y si me preguntáis qué falla os diría que Respawn quizás se ha pasado un poco con la fauna hostil. Hay mucho bicho, mucha variedad de especies verdaderamente innecesaria porque, vaya, volviendo a lo de antes, nada supera luchar contra los stormtroopers.

 

Y lo digo porque estos duelos no cansan. Son, con seguridad, una de las mejores cosas del juego. La composición de los combates acostumbra a obligarnos a gestionar -hay pistoleros que disparan a distancia y otros que buscan el contacto directo-, porque además del tipo de enemigos también hay rangos dentro de los mismos. El toque de gracia aquí, el detallito, es que reaccionan a ti y a lo que ocurre, manifestando su temor al estar ante un jedi o refunfuñando cuando son los últimos en pie. ¿Y por qué esto tiene un punto de Sekiro? Porque muchas veces podremos planificar cómo atacamos, porque hay asesinatos aéreos y porque los bloqueos perfectos son parries, o devoluciones perfectas de disparos blaster. El conjunto no funciona igual de bien -eso es mucho pedir-, pero sí lo suficiente. Y por cierto, la idea de que BD-1 (el droide que tenemos pegado a la espalda) sea quien nos suministra las pociones es un punto de carisma que no hay que obviar.

 

 

Con las semejanzas con Lara Croft quiero decir que hay tumbas, puzles que iremos encontrando en calidad de resortes que combinar, bolas que meter en ranuras y hasta juegos de luces. Hay algunos bastante complicadetes y están dosificados para que los haya durante todo el juego, sirviendo de parón entre saltos, sablazos y explosiones. Se nota que no son algo que acostumbre a hacer Respawn, por algo tan simple como que muchas veces no sabes ni por dónde empezar a resolverlos, pero terminados dejan buen sabor de boca. 

 

Si Star Wars Jedi: Fallen Order tuviese una cadena de ADN, la secuencia que la cerraría sería Uncharted. No hay la misma factura, pero el juego también busca tirar de una espectacularidad que al principio funciona muy bien -el prólogo es verdaderamente sorprendente- y que más adelante se diluye para ofrecer momentos más anodinos. Hay escapadas con el suelo derrumbándose bajo nuestros pies, peleas épicas en plena caída hacia el vacío y muchos, muchísimos toboganes. Esto último es algo que no digo en vano, no bajaba por tantos desde que dejé primaria. 

 

 

Se nota que al juego le ha apretado un poco el calendario por cierta peli que sale en diciembre, aunque por suerte sin llegar a ser nada grave. No puedo pasar por alto las diferencias gráficas entre lo que vimos hace tiempo y el resultado final, algunos tiempos de carga que se alargan (cabe decir que el último parche los ha corregido en PC) ni algún que otro bug de aquellos en los que ves que unas horas más de testeo hubieran solventado su existencia. Pero insisto, nada serio. Sin embargo es uno de los motivos que refuerzan mi idea de que el juego se ha quedado a las puertas de ser muy bueno, pero que por ciertas condiciones se ha quedado un poco a medio gas. 

 

Con lo que tenéis que quedaros es que las veinte horas que ofrece son muy disfrutables, dan varios caramelitos al fan (información sobre el lore, personalización a nivel de trajes y sable y, sobre todo, momentazos apoyados en una soberbia banda sonora) y saben entretener en su mayor parte, salvando un pequeño altibajo en uno de sus últimos planetas. Podemos decir que el fan de Star Wars tiene un nuevo juego que recomendar, sin la boquita pequeña y sin tirar de retro. De tanto creer en la fuerza, al final el universo ha respondido.  

7.5

/ 10


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