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Analisis Soul Calibur VI ,PC

‘Transcending History’
Viernes 19 de Octubre de 2018 por Julián Plaza

Cuando uno piensa en Soul Calibur, se remite inevitablemente la época dorada de esta serie de lucha, entre finales de los noventa y los primeros dos mil. Fue con Soul Edge y con los dos primeros ‘Calibur’ cuando se tocó el cielo, cuando los combates con armas y salidas del ring se agrupaban entre otros grandes como Tekken, Street Fighter o Mortal Kombat. Luego, a partir de los siguientes, la fórmula empezó a experimentar y a ser demasiado distinta entre entregas, tanto que tras el fracaso de Soul Calibur V parecía imposible que viésemos regresar la mítica espada maldita. Pero se obró el milagro.

 

Con Motohiro Okubo en el papel de productor y una base de fans consciente de que esta sexta entrega numerada puede ser la última, nos llega un Soul Calibur VI con sabor a tributo y a reinicio. Esta vez se ha apostado por reescribir la historia y volver a los orígenes de la mítica Soul Edge, siendo fiel a su mitología pero adaptándola a hoy. Vuelven Siegfried y su alter ego poseído, Nightmare, regresan héroes como Kilik, Maxi o Xianghua y también villanos como Astaroth, Ivy o Cervantes. Te sientes como en casa.

 

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El roster de 21 luchadores apela claramente a los orígenes de la franquicia, aunque también rescata la costumbre adoptada con el tiempo de tener un personaje invitado. Esta vez ha sido el brujo Geralt de Rivia, un luchador creado bajo la estricta supervisión de CD Projekt RED y con el mismo actor de doblaje de sus juegos. Es de aplaudir lo que se ha conseguido con el lobo blanco, que no solo se mueve de una manera muy similar a como lo hace en Wild Hunt sino que también hace uso de sus señales y pociones, que han sido perfectamente adaptadas a las mecánicas del juego. Y ya que las mencionamos, es momento de hablar de ellas.

 

Lo bueno de Soul Calibur es que siempre ha ofrecido un combate de fácil acceso, donde hasta el más novato puede sentirse hábil, capaz. Esa mezcla entre Virtua Fighter y Tekken pero con armas permite marcar mucho más las distancias y, también, hacer auténticas barbaridades en cuanto al daño si uno decide ir con espadones o martillotes. Esto no es un festival de combos como sí podría serlo en Guilty Gear o Injustice, sino que la lucha es más solemne y más marcada. Cada golpe tiene su tempo, su pausa, y por eso aquí todo está más telegrafiado y hay más tiempo de recuperación, y de penalización al mismo tiempo. Todo es más decisivo porque cada error es más grave. Y hasta un traspiés tonto te puede enviar fuera del ring cuando lo tenías todo ganado.

 

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Como digo, cualquiera puede medirte el lomo. Soul Calibur VI no es un juego de lucha en el que convenga ir a la defensiva. Los bloqueos pueden romperse, los counters son francamente difíciles de conectar y los flancos suelen ser demasiados. Esto va de posicionarse bien, medir el alcance de tu arma comparándola con la del rival y saber cuándo moverse y atacar. Por esto es fácil que hasta el más inexperto pueda ponerte en problemas si consigue alcanzarte con un sablazo de Nightmare o un mochazo de Astaroth, y por lo mismo esquivar o bloquear un golpe dañino es tan satisfactorio.


Para hacer más accesible la propuesta se han incorporado algunos ingredientes al combate. Por un lado tenemos un choque que activa una cámara lenta en la que cada rival puede pulsar tres botones de ataque o una esquiva, algo así como una especie de piedra-papel-tijeras que recuerda los choques de Injustice y que añade una interesante capa psicológica al conjunto. También hay movimientos no bloqueables, un modo sparking que activa distintas bonificaciones en cada luchador y varias ventajas que se activan cuando a cada uno le queda un cuarto de vida. Y sí, también hay ataques finales con su secuencia cinemática, y lo bueno es que ni son decisivos ni estorban.

 

 

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A esto le acompaña la característica campaña en la que creas a tu personaje y te embarcas en una aventura por todo el mapa, consiguiendo nuevas armas, desbloqueando mejoras y enfrentando distintas desventajas a medida que todo avanza. Es un modo muy de su padre y de su madre, con densas líneas de diálogo que justifican cada lucha y que claramente apelan al fan de la serie. No sé cómo funcionarán con los recién llegados, pero a mí me recuerdan a mis tiempos con Soul Calibur II en GameCube, quizás demasiado.

 

El otro gran apartado, junto a un arcade que no es más que varios combates seguidos, es un modo historia que repasa y reescribe la cronología oficial del juego. En él se presenta una línea de tiempo y se nos da a elegir, pudiendo repasar la de cada personaje en particular, permitiéndonos ir a la principal e imaginando cómo desbloquear las que siguen ocultas. Junto a un online que va por faena y que hasta el momento no está dando problemas, es lo que mejor funciona de todo, aunque ya aviso que hay secciones densas en cuanto a texto; es algo que ha ido siempre ligado a la marca, de todos modos. Si te gusta Soul Calibur te interesa su lore y cómo se entremezclan las historias de cada luchador con la espada maldita como telón de fondo.

 

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Dentro de todas las entregas, Soul Calibur VI se siente como una vuelta a los orígenes, con todo lo que eso implica. Es seguramente el lanzamiento que más convencerá a nivel mecánico, porque sin ser un reloj suizo (a veces el choque hace cosas raras) funciona bien, es accesible y tiene un par de novedades que refrescan la fórmula. En cuanto a los modos relacionados con la historia de la Soul Edge, son incorporaciones claramente enfocadas al fan de siempre: presentación clásica, mucha letra e ilustración y un final tan épico como deliberadamente previsible.

 

Mi yo adolescente estaría encantado con esta entrega, pero mi perspectiva actual es otra, una que arquea la ceja ante una presentación que podría ser más dinámica (los tiempos entre combates a veces son excesivos), una sexualización de la mujer claramente ofensiva y un empaquetado con aire clásico, casi retro. No solo se apela al fan sino que se busca transportarlo dos décadas hacia atrás, y a veces eso tiene sus consecuencias. Soul Calibur VI es todo lo perfecto que podía ser con esa intención, es un gran tributo y quizás una orgullosa despedida, sobre 'una historia de almas y espadas eternamente contada'. 

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