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Analisis SOMA ,PS4

Un digno heredero para Amnesia pese a las diferencias
Jueves 24 de Septiembre de 2015 por Bruno Louviers

Aunque parezca que fue ayer, Amnesia: The Dark Descent se lanzó en 2010, hace un lustro. Si digo que parece que fue ayer es porque la influencia de este gran juego de terror sigue patente en tantísimos otros juegos que su imagen nunca se ha diluido de nuestro imaginario. Contrariamente a lo que suele pasar con este tipo de juegos influyentes lanzados por estudios aún jóvenes, el siguiente título de Frictional Games – Amnesia: A Machine for Pigs no estaba desarrollado por ellos sino por The Chinese Room – es una obra fantástica que se aleja de su ‘maestro’ a la vez que respeta sus enseñanzas.

 

SOMA, que aún no he dicho su nombre, es un juego de ciencia ficción con una ambientación diferente, pero unas intenciones de fondo similares a Amnesia: asustar más con lo que intuyes que está ahí y con lo que ves solo de refilón que con un xenomorfo que te salta a la puta cara para comerte, por citar otro juego de terror que también bebe de Amnesia. Sí, me da que voy a comprar mucho estos dos juegos, lo siento desde ya si resulto cansino

 

Frictional Games son los amos de este tipo de jugabilidad, y por eso me sorprende un poquito ver que han puesto el terror en un segundo plano para colocar delante la narrativa ambiental y ciertos contenidos que me atrevería a llamar casi filosóficos o morales. No es que no dé miedo, porque moverse por la estación subacuática en la que tiene lugar la historia te hace apretar el culo a menudo y hay algunos sustos o enemigos que te van a acelerar el corazón, pero lo dicho: no es el principal atractivo de SOMA.

 

De esto que te echas a dormir y te roban el cerebro

 

No voy a ser yo el que considere este cambio un problema. De hecho, me parece un acierto total, pues me hace pensar aún mejor de Frictional como un estudio que se atreve a hacer cosas nuevas y moverse, como nosotros, por lugares que no les resultan familiares y que son algo terroríficos. Estoy seguro que apostar millones de dólares en un juego que no es exactamente igual que tu anterior éxito debe acojonar bastante más que cualquier cosa que vayamos a ver en la Pathos II de SOMA.

 

Eso sí, no consideréis este un ‘juego de andar’ como Everybody’s Gone to the Rapture o similares. Este término despectivo que solo usan en serio las malas personas no define a SOMA ni por un segundo. Aunque su historia sigue un camino fijo y tiene unos objetivos muy concretos, la exploración de los entornos es muy interactiva y te verás usando constantemente tu Omnitool para avanzar en puzles o para desentramar los elementos de la historia que están más difuminados.

 

Por hacer una analogía algo basta, imaginad algo así como un híbrido entre la ambientación de Amnesia, los esfuerzos narrativos de Gome Home y los puzles y la ambientación de Bioshock. SOMA tiene muchas más cosas, pero bueno, así no quedan dudas al respecto.

 

No voy a meterme a detallar mucho sobre la historia del juego porque esto arruinaría gran parte del encanto para quienes vayan a darle una oportunidad, pero podéis prepararos para pasar malos ratos, para investigar hasta el último rincón de la estación buscando elementos que os hagan comprender la historia y seguir vivo para escapar de ella. Con suerte, al igual que el protagonista, descubrís algo nuevo de vosotros mismos mientras las pasáis canutas jugando.

 

Maldita juventú, siempre pegada a los móviles

 

Si tengo que criticar algo, puedo meterme con los puzles un poquito. No son nada especiales y siempre te ponen a buscar una pieza que falta y que encuentras en otra sala donde lo mismo ocurre algo, si es que no pasa cuando te das la vuelta para utilizar en la habitación correspondiente ese algo que necesitabas. También podría faltar al respeto a los monstruos del juego, algo que sí me parece un punto bastante negativo.

 

SOMA no tiene las criaturas más carismáticas, y eso que en los vídeos y teasers apuntaba precisamente a que estas serían algo descorazonador y perturbador por igual, pero se han quedado a medias. El sentido de su existencia hace difícil odiarlos y parte de la empatía que sientes por ellos hace más llevaderas las secuencias en las que te los encuentras, pero sus impredecibles patrones y que siempre vayas a morir a sus manos los hacen más frustrantes que otra cosa.

 

Sí, SOMA puede ser un poquito tocahuevos en algunos momentos con los puzles y los enemigos, pero en general es una de esas experiencias desagradables que disfrutas porque te gusta el terror y porque su historia es coherente, dura y reflexiva. Frictional Games triunfa en este juego más por sus esfuerzos por contarnos algo que por sus intentos de asustar, y eso los honra.

 

Quienes esperaran un “Amnesia 2: Hemos Cambiado a H.P. Lovecraft por H.R. Giger” donde se asustaran con roboticos en lugar de con monstruos deformes lo mismo se llevan una pequeña decepción, pero me cago en la leche, Merche, con la cantidad de clones de Amensia que hay por todas partes, que el estudio que creó dicho juego se atreva con otra cosa a mi me parece fenómeno.

8
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