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Analisis Secret Files 3 ,PC

Namu amida butsu
Lunes 01 de Abril de 2019 por Adrián Suárez Mouriño

Nos encontramos en una época de experimentos tecnológicos. Unos toman forma y se introducen en nuestras vidas y otros continúan buscando su sitio. Pero hay compañías que se resisten al cambio. Puede que por miedo a equivocarse en la innovación o simplemente por fidelidad a una experiencia echada a la espalda. Es el caso de Animation Arts y sus aventuras gráficas. Saben cómo funciona el género y han decidido mantenerse en una jugabilidad clásica que, los que crecimos con un ratón en la mano resolviendo puzles, respetamos y amamos como a un hermano. Y qué cómodos nos sentimos indicando con el puntero el lugar a donde nuestro personaje debe ir o el objeto que debe coger. Nos gusta abrir el inventario y combinar artefactos para resolver las encrucijadas que encontramos en el camino.

 

En ese sentido, me quedo como estoy, sin queja alguna por algo se sabemos que funciona, en lo que pesa más la familiaridad que la atracción por el riesgo. Entonces ¿qué hace que Secret Files, a pesar del abandono de uno de sus padres durante la saga, emane una esencia particular y propia? Esta trilogía moldeada por Fusionsphere y Animation Arts ha generado una estructura personal que alienta al jugador a ir un poco más allá en la pregunta que presenta. En las tres entregas comenzamos con un enigma histórico, una catástrofe sin explicación que puede ser utilizada para dar rienda suelta a la imaginación de toda una aventura. Un tópico que crea marca. Y es que, tras esos misteriosos eventos que nada parecen tener que ver en un comienzo con nuestra historia, nos van conduciendo inevitablemente a un entresijo de conspiraciones que hacen peligrar a la humanidad. Un clásico, sí, pero tampoco nos molesta.

 

Conservamos esas presentaciones basadas en eventos históricos

 

En Secret Files 3, como en sus antecesoras, reinan ideas y costumbres conservadoras que ya vivimos con las primeras búsquedas de LucasArts, pero es el modo de presentarlas y guiarnos durante el transcurso de los acontecimientos lo que le deja una placa con su nombre en el muro del sector.  Solo les hace falta una idea y según avanzamos descubriendo el siguiente paso a dar, dejándonos llevar por el camino que han labrado, nos descubrimos avanzando con cierta comodidad. Llegamos a un punto en el que nuestro cerebro se acostumbra a ese funcionamiento que requiere cada obstáculo, sin demasiada dificultad y dejándonos tiempo para buscar la lógica que nos acerque a la solución.

 

Durante el paseo por los parajes de esta tercera entrega notamos algo que nos molesta a ratos. No es que no disfrutemos de la vivencia, pero es como esa vibración en el ojo, no nos impide ver pero molesta hasta que se pasa. Miramos el escenario por el que Nina se pasea, interactúa con objetos y nos damos cuenta de que, en muchas ocasiones, carece de vida. Pareciera que se moviera sobre una fotografía. No se trata de algo grave, tan solo ocurre en ocasiones. Centrándonos en molestias oculares, probablemente más de uno sufra una desorbitación al ver que nada, en toda la aventura, está en castellano. No suelo ser de los que se quejan de que el juego esté en inglés pero, teniendo en cuenta que sus predecesoras estaban subtituladas, se percibe una cierta falta de interés en el consumidor hispanohablante.

 

Encontramos puzles empapados del estilo más conservador

 

Lo que realmente consigue cada entrega de Secret Files, y esta tercera no va a ser menos, es hacernos partícipes del momento histórico y dejar que el concepto se nos quede guardado hasta el momento en que todo comienza a relacionarse. Las pequeñas incursiones en forma de sueño de la protagonista hacen de nexo de unión en la secuencia “pregunta-respuesta” que nos conducen en esa montaña rusa espacio-temporal.

 

La presentación que nos introduce en el juego ha sido cuidada tanto por la calidad gráfica, como por el hecho de ser jugable, aunque eso haga que notemos un descenso del ritmo de la acción. Nos encontramos un comienzo muy activo y envuelto en secuencias rápidas para pasar a una búsqueda más pausada. Aunque a primera vista da la sensación de que Tunguska es la entrega más potente en cuanto a argumento, poco a poco y, tras las visitas a épocas pasadas, las referencias y relaciones que encontramos entre ellas, despiertan un interés que nos empujará a las puertas de Wikipedia para cotejar datos y satisfacer curiosidades. Esa es la magia de Secret Files, una enciclopedia de la que siempre queremos saber más.

7.5

/ 10


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