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Analisis Sacred Citadel ,PC,PS3,X360

La mitología Sacred en forma de brawler.
Viernes 19 de Abril de 2013 por José Manuel Fernández "Spidey"

Sacred Citadel parte de la premisa de funcionar como prólogo de lo que será Sacred 3, el futuro juego con el que Ascaron cerrará su particular trilogía rolera. No obstante, pienso que la función del título que hoy nos ocupa como parte integrante de una historia es meramente anecdótica, máxime cuando la profundidad del argumento de Citadel brilla por su ausencia, amén de que su metodología lúdica es diametralmente opuesta a la de la ya clásica saga RPG.

 

Así pues, el nuevo desarrollo de Southend Interactive (los mismos que nos trajeran el bonito Ilomilo) se deja de milongas y va al grano, a la tollina directa sin aspavientos. Deja a las claras sus fuentes de inspiración desde el minuto uno, contemplando en ello un símil de arcades como Golden Axe o Knights of the Round. Porque Sacred Citadel no es otra cosa que un sencillo brawler, un slash'em up de la vieja escuela cuyo evidente target no es otro que el de todos aquellos perros viejos que disfrutamos de las míticas recreativas antes citadas.

 

En solitario la experiencia es positiva, pero el multijugador hace que el juego gane muchos enteros.

 

En este sentido, cabe decir que el juego empieza verdaderamente flojo. Sí, su aspecto visual llama la atención, pero el concepto 'yo contra el barrio' no parece estar del todo bien reflejado en sus primeros compases; matiz del que pecan casi todos aquellos títulos que pretenden recoger el testigo de las viejas glorias del género. Y es que, mientras a día de hoy sigo disfrutando de maravillas a la usanza de King of Dragons, Teenage Mutan Ninja Turtles o esa bestia parda que es Golden Axe: The Revenge of Death Adder, me cuesta horrores encontrar diversión en los beat'em up de hoy día.

 

Sin embargo, Sacred Citadel parece aprender rápido. Si bien el comienzo parece anodino, con unos enemigos prácticamente impávidos y unos combos por nuestra parte nada apropiados para un título del género, a los dos minutos el jugador consigue que el protagonista suba de nivel, y con ello gane añadidos para sus golpes. Con esto, el juego gana muchísimo, haciéndolo mucho más dinámico y jugable, hasta el punto de que el tronchar enemigos se transforma en algo cien por cien disfrutable. Es por ello que no termino de entender cómo no se le otorgan a los personajes todas sus habilidades desde el principio en lugar de tener que pasar por un tortuoso proceso jugable.

 

No todo es golpear en Sacred Citadel; también está el buen arte de cubrirnos y esquivar a tiempo.

 

Afortunadamente, en Southend Interactive eran conscientes de ello. Según parece, el matiz condicionante era el estar dentro de una franquicia de juegos de rol, con la consecuente premisa de tener que reflejar la evolución de los guerreros y tal. Y habiendo impreso ese factor de progresión, lo han hecho lo suficientemente rápido como para que al final de la primera subfase estemos disfrutando zumbando enemigos a diestro y siniestro. Y si en solitario se hace ameno, imaginaos cómo se torna la cosa jugando con dos amigos más, ya sea online o frente a la misma pantalla... un vicio absolutamente old-school pero con perfecta cabida en tu flamante máquina.

 

Centrándonos ya en la parte artística del programa, cabe decir que todo luce a las mil maravillas. Como con la parte jugable, los momentos iniciales son los más flojos en este sentido, mostrando unos escenarios vacíos y poco detallados, mientras que todo se va volviendo rico a medida que avanzamos fases. Sí me ha gustado mucho el arte de todo el conjunto, sobresaliendo unos personajes muy bien diseñados, con un particular sombreado que los hace muy vivos y brillantes. Tres cuartos de lo mismo se puede decir de la banda sonora, con melodías pegadizas y de buen ritmo que bien podrían sonar en esas añoradas recreativas.

 

Una vez avanzadas las primeras fases, los escenarios de Sacred Citadel darán el do de pecho.

 

En definitiva, Sacred Citadel es un brawler decente. Ni de lejos llega al nivel de los grandes clásicos del género, y no lo estoy diciendo en plan abuelo cebolleta; pero todo hay que decirlo, despunta bastante con respecto a todo lo que hay actualmente en este campo. No busquéis en este título nada parecido a lo que os ofrece la serie Sacred; Citadel es un divertimento de lo más adecuado para saciar el hambre de mamporros y tollinas varias, un adictivo ejemplar old-school que se torna de lo más notable cuando compartimos experiencia con los amigos.

7

/ 10


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