Analisis Röki ,PC

Mucho se ha hablado últimamente de que los videojuegos con capacidad para sorprendernos escasean monumentalmente y que los indies han perdido su capacidad de transmitirnos potentes emociones. Y entonces aparece Röki salido como por arte de magia de ninguna parte, rodeado de leyendas escandinavas, nieve y lacrimógenas pero mágicas historias capaces de hacerte estremecer.

 

 

 

Y hoy os vengo a hablar precisamente de esta maravilla de juego que no llega ni a las 17 horas de duración y que se va, de cabeza, a mis goty del 2020. 

 

 

 

Röki es una aventura gráfica con una fuerte presencia en forma de puzzles y exploración que nos pone en la piel de Tove: una niña en un hogar disfuncional que cuida de su pequeño y revoltoso hermano Lars. Tove y Lars viven en una cabaña en mitad de un bosque, a varios kilómetros del pueblo más cercano, y pasan el día intentando sobrevivir con cuentos y juegos mientras que su padre, alcohólico perdido y apestando a arenques en escabeche, no levanta cabeza por la muerte de su mujer. 

 

 

 

Pero todo cambiará el día en que un enorme monstruo salido de ninguna parte secuestra al pequeño Lars y hunde la cabaña donde Pappa estaba durmiendo la mona. Tove, desesperada, tendrá que seguirlo a un mundo de fantasías y sueños donde la mitad de las cosas permanecen invisibles a los ojos humanos y la otra mitad están dolorosamente presentes. Una magnífica aventura que navega a través de las leyendas escandinavas en un precioso retelling de la leyenda de la mujer cuervo y el carpintero.  Esto, en el fondo, no es de extrañar, teniendo en cuenta que la maravillosa gente detrás del juego son los fundadores de Polygon Tree-house,  un magnífico estudio idenpendiente que aglutina entre sus miembros a dos ex-directores artísticos de Guerrilla Games (los responsables de Horizon Zero Dawn).

 

Y es que Röki destaca por los pulidísimos detalles que esconden sus aparentemente sencillas mecánicas. Nosotros encarnaremos el papel de Tove en el mundo desconocido y tendremos que ir haciéndonos con ítems con los que solucionar puzzles que, aunque aparentemente puedan parecer sencillos, se irán complicando y nos obligarán a tirar de nuestra lógica al más puro estilo de las aventuras gráficas clásicas. En ese sentido, no es demasiado evidente, de forma que nos obliga a prestar atención a los diálogos de los personajes o a consultar un viejo diario con ilustraciones al más puro estilo de Max en Life is Strange para recopilar pistas. A veces los acertijos o la solución no está a golpe de vista y tendrás que probar diferentes opciones, pero el juego siempre acaba dándote un pequeño empujón en la dirección correcta si nota que te has quedado atascado en algún punto. 

 

 

 

Röki, el cual se construye en varios actos, no deja de sorprendernos, interviniendo hasta las últimas horas de juego para introducir mecánicas nuevas que se deslizan dentro de la trama con un sentido y un peso más que trabajado, naturalizadas a la perfección. A diferencia de los juegos como este, los puzzles no se concentran una serie de acciones lógicas que tengas que realizar sin moverte demasiado en el tiempo y en el espacio, sino que los chicos de Polygon Tree-House se lo han trabajado lo suficiente como para que cada movimiento, objeto que tomas y personaje con el que hablas tenga coherencia dentro de un todo. 

 

 

 

 

 

El apartado artístico y sonoro es también, quizás, uno de los mayores atractivos del juego. Mientras encarnas a esta pobre niña, con un potente episodio de disociación por la muerte de su madre, vagando por los oscuros y helados bosques de la Península Escandinava, te acompañarán sus voces de miedo esperanza al mismo tiempo. Y en estos días en los que parece que lo que más vende son las historias de desamparo, injusticias, crímenes, enfermedades mentales y desgarros sociales, Röki viene a iluminar nuestro camino con un mensaje clarísimo: el de que siempre hay sitio para la esperanza. La heroína, al igual que en las preciosas películas de Ghibli o las historias con las que yo crecí, no es más que una niña asustada sin ningún tipo de talento ni sensibilidad hacia la magia que tiene miedo: un miedo terrible y abrumador al que se sobrepone para poder defender a su familia. 

 

Su preciosa banda sonora, su departamento artístico que hace parecer a los personajes muñecos rellenos de semillas, su magnífico doblaje y lo increíblemente adictivo y divertido que es este juego me han robado el corazón. 

 

Y es que justo cuando empezaba a perder la esperanza de que algo me sorprendiera, encontré un oasis enterrado entre la nieve. 

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