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Analisis Rhythm Paradise Megamix ,3DS

Pulsa A y disfruta.
Martes 18 de Octubre de 2016 por Víctor Junquera

Con la llegada de Ocarina of Time todo el mundo alucinó por un sinfín de motivos, pero recuerdo que se empezó a utilizar mucho la idea del 'botón contextual', el botón A, el principal que se veía representado en pantalla por una burbuja verde cuyo texto cambiaba según la situación, nos permitía realizar diferentes acciones sin necesidad de equipar algo en concreto. El botón A de repente no era sólo el botón de hablar, el botón de saltar o el botón de usar un objeto equipado. La idea ha ido evolucionando, pero un botón nunca ha tenido tantos usos diferentes como Rhythm Paradise Megamix.

 

«Por ti, vengo a cantaaaaar...»

 

Es una afirmación un poco tramposa, ya que en lo más profundo del juego, el botón A 'sólo' sirve para accionar algo que da a entender que comprendemos el ritmo, y el número de pulsaciones de A en el momento correcto se traduce en una puntuación, pero ver los videojuegos así sería algo terriblemente aburrido, y Rhythm Paradise Megamix no está aquí para que te aburras ni un poquito.

 

El botón A de Rhythm Paradise Megamix es un botón contextual con más de 100 posibilidades diferentes, ya que en cada una de las más de 100 pruebas, el botón A ocasiona un efecto diferente en pantalla, o varios efectos incluso, según el momento del mismo minijuego. Todas y cada una de esas pulsaciones han de llegar en un momento concreto de un compás imaginario, o más bien un compás que va indicado 'a su manera' tanto por una tonada como por una animación en pantalla. Generalmente, una animación desternillante.

 

¡Ay el perrete! Es árbitro de un combate de sumo rítmico.

 

Pulsa A para pelotear en un partido de bádminton entre aviones, pulsa A para hacer leña de troncos que te van colocando gatos bailongos, pulsa A para comer una rosquilla de la que cae, pulsa A para cortar con tu katana a los espíritus oscuros que te atacan, pulsa A para que hacer dar palmadas a un monete con peluca, pulsa A para saltar entre jirafas y elefantes como un monete trapecista, pulsa A para picotear el suelo, pulsa A coger fruta que cae por una escalera, pulsa A para lanzar una mininave espacial, pulsa A para palmear en un combate de sumo, pulsa A para traducir las palabras de un extraterrestre, pulsa A para responder en una entrevista, pulsa A para callarte en un coro de gritones, pulsa A para depilar una cebolla, pulsa A para dormir entre monetes, pulsa A para disparar una flecha a un fantasma burlón, pulsa A para animar en una biblioteca, pulsa A para llenar un robot de combustible, pulsa A para golpear o pulsa A para hinchar a un muñeco y que dé un puñetazo,... Y esto son sólo una veintena de posibilidades a las que sumar de vez en cuando alguna pulsación de B o la cruz de control.

 

Si no se te pega la canción de uno de los mejores minijuegos nuevos, tienes algo roto por dentro.

 

Comentaba en las primeras impresiones con Rhythm Paradise Megamix que es uno de esos pocos juegos que te hacen sonreír, y no deja de intentarlo en ningún momento, desde el mismísimo comienzo de su modo historia hasta su recta final, yendo más allá e incluso en el momento en que toca repetir fases para conseguir más monedas con las que comprar los coleccionables, hasta ahí hay una justa recompensa en esa inversión, ya que se compran pequeños detallitos que parecen o no relacionados con cada minijuego, pero que de alguna forma hacen reír con la explicación, con el porqué de ese objeto que incluso pretende dar sentido a la propuesta disparatada de algún minijuego.

 

«¡Vamos a leer un montón de libros!» dicen las Biblioanimadoras.

 

Rhythm Paradise Megamix es un juego que en todo momento te da algo. La lista de desbloqueables es interminable, y en un ejercicio 'muy Nintendo', hay muchas señales y medallas que indican el grado de compleción de un minijuego, tanto si lo hemos hecho con una buena puntuación, como si hemos conseguido la estrella del minijuego al clavar la pulsación en el momento correcto, si lo hemos hecho perfecto cuando nos lo ha pedido, si hemos comprado los ítems relacionados,... Incluso hay un pachinko (la obsesión nipona con los pachinkos) para desbloquear nuevos muñecos para el icono de carga y guardado y combates contra la gente a la que nos crucemos vía StreetPass, hay mucho, mucho más que hacer que llevar a Tibby de vuelta a Paradisia, lo cuál también es un viaje divertido de por sí.

 

No todo son risas, el minijuego del oso tristón (Blue Bear) da para lágrimas.

 

También tiene un factor muy importante de cara a seguir pegado a la 3DS, y es que el juego está perfectamente calibrado y hay muchas capas que nos permiten seguir el ritmo dentro de cada prueba, tanto el 'un, dos, un-dos-tres-cuatro' del principio que marca el compás a todo tipo de indicaciones visuales y sonoras, con lo que prácticamente te hace saber desde un primer momento que, si hay un fallo, es un fallo tuyo, no hay una mala respuesta del control, un gesto mal entendido o una prueba mal programada. Y los cambios de ritmo o las pulsaciones en las corcheas duelen, pero todo se puede llegar a aprender y memorizar, con lo que quedaría un último factor: ¿eres capaz de mantener la concentración y el ritmo?

 

El Musculitos también protagoniza los combates de StreetPass. «One, two, GO GO GO! ... And jab.»

 

Quizá lo único que se le pueda echar en cara al juego es que no incluya absolutamente todos los minijuegos aparecidos en las entregas de Game Boy Advance, Nintendo DS y Wii. Tiene más de Beat the Beat: Rhythm Paradise (la entrega de Wii) ya que son los 'fáciles' de rescatar por el formato de la pantalla y la calidad sonora, y algunos de los minijuegos nuevos son remakes o 'demakes' de otros no presentes, pero hubiese estado bien que fuese la entrega realmente definitiva.

 

Me gusta diferenciar entre los juegos musicales y los juegos rítmicos. Rhythm Paradise Megamix es de los segundos, no es un juego en el que lo importante es hacer como que tocas una parte de tu canción favorita en lo que perfectamente podría ser una air guitar y no un caro y aparatoso periférico, sino un juego en el que el ritmo es la mecánica dominante, donde el ritmo es el juego, y ya de paso, te llevas unas cuantas melodías pegadizas a la cabeza y unas buenas sonrisas a la cara.

 

En este en concreto, el cambio de ritmo es mortal y a la vez es la clave del minijuego. ¿Pero, y lo bien que se queda uno cuando lo pilla?

 

Rhythm Paradise Megamix es perfecto en lo que propone, es un videojuego que requiere bien poco y enseña mucho. Adiestra nuestro metrónomo interno mientras nos enseña todo tipo de disparates divertidísimos y/o monísimos, pero no por ser un 'Brain Training rítmico' descuida su faceta de videojuego y da para horas, horas y horas de entretenimiento, diversión y desafío con algo realmente único.

9.5
/ 10

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