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Analisis Resistance Burning Skies ,PSVITA

Podría haber puesto el listón muy alto pero se ha conformado con lo mínimo
Jueves 05 de Julio de 2012 por Víctor Junquera

Vemos malas decisiones a diario en el mundo de los videojuegos, pero si hay algo peor que lanzar un juego claramente de segunda división en pleno noviembre, es elegir fechas tan próximas al E3 para un lanzamiento que busca algo de atención. Luego vino Gravity Rush, una cosa llevó a la otra y... Sí, vamos un poco tarde con este primer FPS de Vita, pero tal vez es lo que pretendiesen sus desarrolladores a juzgar de todo lo que hemos visto. Si quisieran que su juego fuese lo más grande y lo más visto, se habrían esmerado más.

 

¿Para qué tantas coberturas en el escenario si nadie las usa?

 

Porque con ese eslogan, “el primer shooter en primera persona con dos joysticks en una portátil”, podían haberse comido el mundo, podían haber conseguido que todos los usuarios cayesen rendidos a los pies de Vita, podrían haber sentado un precedente y podrían haber puesto un listón difícil de superar, pero en vez de eso, han optado por ir a lo básico, decidiendo que lo de los dos sticks y algún uso táctil es suficiente para despuntar en un catálogo pobre.

 

Lamentablemente lo del doble stick funciona, y atrae como el canto de una sirena a un naufragio con todas las de la ley, ya que salvo un buen armamento bien desarrollado, un control muy bien implementado a pesar de la falta de botones (dos gatillos y los clicks de los joysticks) y el primer online de acción digno de mención en PlayStation Vita, Resistance Burning Skies falla en hacer parecer a Vita una consola adelantada a su tiempo. Es más, consigue el efecto contrario.

 

Sí, esos dientes de sierra son reales

 

La campaña es corta, con unos cinco actos que llevan unas seis horas, pero hoy en día estamos acostumbrados a que cuanto más corto es un juego de acción, más condensada está la espectacularidad y puede ser un no parar de situaciones extremas. Pero aquí no, aquí nos devuelven al shooter pasillero y sin scripts en el que no se abre la puerta hasta que no terminamos con todos los enemigos, y eso es todo, salvo por momentos puntuales muy cercanos al final.

 

Y ya que Resistance se había ganado una fama por los combates contra Quimeras de todo tipo de formas y tamaños, a mayor espectacularidad cuanto mayor el tamaño del enemigo, hacernos volver a combates contra enjambres de bichitos que se arrastran y humanoides que saltan erráticamente de un lado a otro o que ni se cubren ni hacen nada más que disparar desde donde aparecen haciendo gala de una IA nula, es pisar el acelerador a fondo en la dirección contraria.

 

Quimeras que avanzan hacia su muerte, sin disparar ni nada...

 

Y es una pena porque realmente podían haber hecho algo muy grande y haberse ganado un puesto entre los mejores de Vita, que es algo que a día de hoy no es muy difícil, pero se conforman con el título del primer FPS portátil con doble joystick, y, sinceramente, si alguien quiere acción y le da igual en primera o en tercera persona, Unit 13 es una opción mucho mejor, aunque su online esté limitado al cooperativo.

 

Porque sí, el online de Resistance Burning Skies es un gran atractivo, pero una vez más, Nihilistic se ha quedado con lo básico. Deathmatch, Deathmatch por Equipos y el modo Infection es todo lo que nos ofrece para hasta ocho jugadores, y funciona y es relativamente estable, pero tiene varios fallos de planteamiento tan tontos que parecen hasta faltas de respeto hacia el jugador, empezando porque todo jugador agradece ver cómo muere, o al menos intuirlo, cuando aquí veremos muchas veces que, sin ruido alguno ni indicador que valga, caemos como un plomo en un instante por culpa de un golpe cuerpo a cuerpo bien dado.

 

Pero tenemos que valorar que, al convertir a Resistance en un shooter de la vieja escuela, vuelve también el bolsillo de armas infinito, y esta vez podemos llevar encima las ocho armas diferentes del juego, añadiendo granadas y el hacha para el cuerpo a cuerpo, y cada una de esas ocho armas tiene un disparo bien diferenciado y una función secundaria única, que activamos con algún tipo de control táctil con las que podemos experimentar a gusto, ya que los enemigos no oponen mucha resistencia, y a cada arma le podemos añadir hasta dos mejoras simultáneas de seis a escoger si encontramos determinados artefactos ocultos por todo el juego. Quizá sea la única gracia de todo el conjunto, y le sienta bien.

 

Para ser una consola que puede hacer lo que PS3, ha quedado algo muy muy pobre

 

Le sienta bien el armamento, le sienta bien el control en el que hasta disimulan un sistema de coberturas, pero seguimos pensando que todo esto es lo básico de un juego que prácticamente no cumple ninguno de los requisitos que hacen que Vita sea una consola mucho más especial que cualquier otra plataforma portátil. Técnicamente es muy pobre, y entre apartado visual e inteligencia artificial nula, podemos pensar cualquier cosa salvo que estamos jugando a algo de nueva generación. Una pena, como decíamos, podría haber puesto el listón muy alto, pero se ha conformado con lo mínimo.

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