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Analisis Pro Evolution Soccer 2014 ,PC,PS3

Un año más, Konami intenta arrebatar el trono del fútbol – perdón por el ranciofact – a FIFA, y quizá este año lo haya conseguido...
Viernes 21 de Noviembre de 2014 por Bruno Louviers

Resulta difícil, año tras año, encontrar alguna opinión sobre Pro Evolution Soccer que no esté contaminada por prejuicios, por una masificación de su competencia más directa que, sin pretender desprestigiarla en ningún momento, está cayendo en el mismo error que se le ha achacado a PES durante toda esta generación de ser un poco más de lo mismo, y aún así, gusta más por ser más efectista, más rápido y más agradecido al ser más fácil marcar goles. «A todo el mundo le gusta ganar, pero el fútbol no es así,» dice uno de nuestros invitados de honor para este análisis de PES 2014. Precisamente para evitar esas opiniones sobre PES que siempre vienen con la comparativa en inferioridad con FIFA, hemos querido contar con Fernando L. Sánchez (@Ferbasten) y Diego Pérez (@Diegosaurius), dos grandes expertos en Pro Evolution Soccer, para ayudarnos a entender las claves de este renacer de PES gracias al Fox Engine, y de paso echar unos cuantos partidos en los que curiosamente nadie se fue a por las opciones típicas de F.C. Barcelona, Real Madrid o la selección española.

 

Mover al portero de forma independiente es demasiado pro, pero ayuda evitar tragarse balones por falta de visibilidad, algo que perfectamente puede pasar en la realidad.

 

Aunque el apartado gráfico sería uno de los mejores puntos a comentar del juego, no hay mucho que decir ya que vamos dando por hecho que no es lo más importante. PES 2014 diferencia mucho entre los jugadores más reconocidos de equipos licenciados y los menos importantes, y sí, los que se parecen han conseguido alcanzar un nivel de parecido increíble y el Fox Engine hace maravillas con texturas e iluminación hasta el punto en que parece que esta generación de consolas no da para más, viéndose obviamente mucho mejor en PC, pero esto no hace que se descuide la fluidez del juego con el balón en movimiento, claro que no puede evitar ralentizarse a balón parado.

 

Dejemos a un lado que hayan reciclado los comentarios de PES 2013 añadiendo sólo un par de frases o todo el atrezzo de la casi inexistente y casi molesta banda sonora. Podemos incluso dejar de lado la pasión con que han recreado la ambientación de los partidos de Champions o de las ligas argentina y chilena completamente licenciadas. Hablemos de que han aprovechado el salto al Fox Engine para cambiar completamente la forma de jugar, y para sentar una evolución que, lejos de un motor de colisiones que busca exagerar el realismo, hace que el videojuego de fútbol sea más real que nunca, también con más parámetros a controlar que nunca.

 

El Fox Engine hace maravillas con el movimiento de la ropa, la iluminación, las animaciones de los jugadores a la hora de controlar... Pero la estrella es la física propia del balón.

 

«Hasta ahora el joystick derecho se utilizaba para regatear y en el fondo, tampoco regateabas tanto. Ahora usar el derecho es vital. Aunque mueves al jugador con el joystick izquierdo, el control del balón va con los dos joysticks, como si utilizases un joystick para cada pierna. Pero hay mucho más. Antes en carrera, con ganarle la espalda al último defensa y bloquearle el paso, lo tenías hecho, pero ahora hay que luchar contra tirones de camiseta y demás, y ahí es cuando utilizas el joystick derecho para zafarte con el brazo mientras corres,» nos decía Diego hablándonos de la presión que pueden llegar a ejercer ahora los jugadores al ver que un jugador con balón corre mucho menos que quien no lo lleva.

 

Viendo esto y tras una jugada de gol en la que Fer nos descubría un nuevo movimiento de carrera con autopases al más puro estilo Super Sidekicks para ganar en velocidad a costa de un poco de control, veíamos en la repetición poco a poco cómo el balón no va en ningún momento pegado al pie del jugador, sino que tiene vida propia, rebota de una forma real y completamente independiente al jugador, y esto puede influir en controles y tiros, o incluso en un intento de quiebro el balón puede quedar mucho más atrás que el jugador, que no reacciona como una máquina que gira en perfectos ángulos de 90 y 180º sino que puedes notar en el joystick todo el peso del jugador moviéndose o intentando girar en carrera.

 

Vender un juego sin muchas florituras es difícil cuando gusta el espectáculo y la facilidad para marcar goles y crear jugadas efectistas. Pero aquí, cuando salen, son doblemente agradecidas.

 

Y puede notarse aún más a medida que se caldea el partido, con una estadística como el ánimo, que siempre en PES ha parecido un tanto aleatorio pero que realmente influye más que nunca a la hora de ver a un jugador dando más de sí durante un contraataque, o su respuesta cuando la barra de cansancio está bajo mínimos. Es una actitud que no sólo se deja ver a modo de curiosidad en las quejas por una falta o una tarjeta, sino que sobre todo influye en la arrancada de un jugador al esprintar y en el control del balón. Es curioso, pero da toda la impresión de que ese partido tan aparentemente lento se vuelve más y más ágil a medida que pasan los minutos si el encuentro es reñido y los jugadores están motivados. Y si no, os animamos a hacer la prueba de cambiar esa clásica configuración de 10 minutos por partido y pasar a 15, donde dosificar el aguante de los jugadores y los cambios es vital, y donde más de dos goles en un partido igualado es todo un logro.

 

Pero todo esto no viene de la nada. «Son muchas horas practicando faltas,» nos dice Fernando. «Este no es un juego al que empezar a jugar y que todo vaya saliendo a medida que juegas partidos. De los entrenamientos sacas mucho más que lo básico, y ahora con este cambio es casi como volver a aprender a jugar, y eso en parte me emociona. Y no es un juego perfecto ni mucho menos, pero prefiero llegar a ganar por 1-0 o 2-1 y que esos goles hayan salido de un gran esfuerzo que no acabar 5-3 por muy espectacular que sea.»

 

Los árbitros virtuales nunca se equivocarán en un fuera de juego, pero aquí pueden pitar o dejar pasar algún tirón de camiseta o alguna pierna mal metida con un poco de aleatoriedad.

 

Esta vez no es como esas otras veces en las que siempre parece que es un nuevo punto de partida y que el próximo será el especial, sino que esta nueva vuelta a empezar ya es muy especial de por sí, a pesar de que, por supuesto, sabemos que es el primer PES de este Fox Engine y que puede llegar a dar mucho más a través del refinamiento, pero el hecho de que esta vez el protagonista sea tanto el balón como los jugadores le da una nueva dimensión. Hay mucho que mejorar, por supuesto, en estabilidad y en el online con los parches que están por venir en cuanto sea posible descargarlos, y sobre todo en cuestión de menús y estrategia, que se hace insufrible con una imitación de puntero de ratón que ni siquiera en PC está configurado para que se mueva con el ratón. También hay que darle un repaso al modo Football Life, un modo que antes te obligaba a sentirlo más al empezar realmente desde cero y te metía en el papel de un jugador joven recién iniciado, que ni siquiera era titular en la mayoría de los partidos, donde ahora te permiten empezar en equipos más conocidos e ir decidiendo dónde quieres posicionarte en lugar de tener que trabajar en tu ascenso e ir pensando en los traspasos que convienen y los que no.

 

Aunque todavía tenga mucho margen de mejora, es inevitable pensar en Pro Evolution Soccer 2014, no como un peor que o un diferente a, sino como un juego más técnico, como pensar en la diferencia entre Virtua Fighter y Tekken, o entre ArmA y Call of Duty. «Da la impresión de que esto es lo que todos llevan años queriendo hacer,» concluye Diego al pensar en el control renovado y la mayor sensación de realismo del juego. Este año sí que es para darle una oportunidad.

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