Analisis Pokémon Zafiro Alfa / Rubí Omega ,3DS

Cada vez que sale un nuevo juego de Pokémon de la saga central, no sabemos muy bien para qué tipo de público va dirigido. Por una parte, está esa obsesión por lo nuevo de Game Freak y The Pokémon Company, esa parte de razón que tienen al decir que no todos los jugadores tienen a Charmander, Squirtle y Bulbasaur como el trío de iniciales favorito, porque no tienen por qué haber sido los primeros, y mientras que a los viejunos no nos entran muy bien Tepig, Snivy, Oshawott u otros, hay para quien éstos son los que lleva en el corazón 'desde siempre'. Y con Pokémon X/Y parecían querer conciliar esos nuevos jugadores con los antiguos, pero ahora parece que Pokémon Rubí Omega y Zafiro Alfa, remakes de entregas de hace once años y medio, va dirigido a la gente que lo jugó por aquel entonces.

Pokémon ha cambiado mucho en tanto tiempo, de eso no hay duda. Puede que el salto gráfico grande sólo se haya dado entre DS y 3DS, pero la saga ha evolucionado con cada nueva entrega añadiendo pequeñeces que han llevado a un equilibrio prácticamente total y dar muchas más formas de jugar que abusar de Terremoto, Surf, Llamarada, Trueno, Rayo Hielo, Psíquico y otro tipo de bestias ofensivas. Esta vez, Pokémon Rubí Omega y Zafiro Alfa se olvidan del jugador nuevo, dan mucho por explicado y van directamente al grano, a demostrar cuánto ha cambiado esto en una década, pero se dejan muchos aciertos de la última entrega por el camino.

Ya que se han tomado tanta libertad en añadir todo tipo de personajes y modificar gran parte de la historia del juego, tanto la principal con la rivalidad del Team Magma y el Team Aqua, Groudon, Kyogre, Rayquaza y todo lo relativo a búsquedas secundarias y caza de legendarios, bien podrían haber adaptado las localizaciones a todas las novedades. Pero con la vuelta a Rubí y Zafiro volvemos a las ciudades y pueblos con cuatro casas, a la separación de tiendas y Centros Pokémon, a la falta de personalización de la vestimenta del personaje, a pulsar el botón para correr... Son pequeñeces comparadas con todo lo que ha crecido la saga en una década, pero los últimos avances podrían haber sido añadidos y los problemas gráficos como la casi ausencia del efecto 3D o las ralentizaciones de los combates, podrían haber sido solucionados.

Pero no. Pokémon Rubí Omega y Zafiro Alfa son entregas que parecen querer ir al grano, pero lo hacen en uno de los mapeados más complejos de la saga. No sólo la región de Hoenn es peculiar por su exceso de rutas marinas, sus muchas islas y sus zonas de buceo, sino que la trama quiere llevarte por caminos enrevesados, cruces donde no saber muy bien por dónde seguir y rodeos varios que hacen que esa primera parte del juego, la del aprendizaje y la recolección de medallas hasta llegar al Alto Mando, sea peor de a lo que nos habían acostumbrado.

Pokémon siempre ha ofrecido muchas formas de jugar, muchas capas diferentes donde cada tipo jugador elige cuánto jugo sacar del juego, y por suerte aquí destacan RO/ZA. Una vez pasado ese Alto Mando y vistos los créditos comienza lo interesante. El endgame aquí es extensísimo, vemos nuevas zonas de Hoenn, aprovechamos las nuevas formas de movernos (el Ultravuelo, la nueva forma de movernos 'manualmente' que nos recuerda a ese gran momento de conseguir la nave en un JRPG) y cazamos multitud de legendarios con más trama que la clásica de meterse en una cueva y llegar hasta el final para gastar la Master Ball (o no). Es una pena que para llegar ahí haya que dar tantas vueltas con menos interés de lo que debería.

De todos modos, por el camino es cuando vamos cogiéndole el truco a la gran novedad, el PokéNav, una nueva forma de cazar Pokémon que va más allá de meterse en la hierba alta y dar vueltas hasta tener suerte. Algo como introducir un mínimo elemento de sigilo, tan de moda entre los juegos que apelan a un público más adulto, es la forma que tiene Pokémon de intentar atraer a quienes ya rondan la treintena a un tipo de caza menos aleatorio. En general, entre X/Y y RO/ZA se quiere buscar justo eso, que Pokémon deje de ser aleatorio, que todo sea más controlable sin necesidad de ser un erudito de metadatos que sólo se pueden conseguir en lo más profundo de internet. Ahora, con la caza y el grindeo facilitados al máximo y con todas las herramientas necesarias para que combatir online sea cuestión de un par de botones en cualquier momento, la vertiente más hardcore de Pokémon resulta más accesible.

En el fondo, se agradece que cada vez sea más y más corto el tramo inicial que nos lleva a hacernos con una criatura, aprender las bases, conseguir ataques más eficaces, entrenar a un equipo (bendito Repartir Exp.) y lanzarnos a por los líderes de gimnasio, y esta vez hay mejoras que parece que han llegado para quedarse, pero a costa de un juego más fácil e inconexo, como sin la misma pasión que tuvieron en su día los remakes Rojo Fuego/Verde Hoja y HeartGold/SoulSilver. Pokémon Rubí Omega y Zafiro Alfa están lejos de ser malos títulos, y vienen con contenido para contentarnos durante otro año más, pero la sombra de X/Y se ha hecho muy larga, su sorpresa y éxito aún están muy recientes e incluso han sabido utilizar mucho mejor que estos remakes la nostalgia como ataque súper eficaz.