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Analisis Pocket Card Jockey ,3DS

¿Cómo se analiza un Solitario?
Martes 17 de Mayo de 2016 por Víctor Junquera

Es raro ver a Game Freak fuera de Pokémon, pero existe. Existe un estudio que en un momento de sus vidas decidieron crear un RPG sobre un niño que se dedica a ir por el mundo recolectando, criando y evolucionando una serie de criaturas que resultaron ser la base, no sólo de un sistema de combate que evolucionaría con el paso de los años hasta el día de hoy (y más que le queda) sino que fue la base de todo un fenómeno cultural a nivel internacional.

 

Carreras de caballos muy monos. Esto es sólo el principio.

 

Ese mismo estudio, de vez en cuando se junta para nuevas ideas locas como una aventura de acción con un mecha-tuneladora con un sistema de combate basado en las marchas del taladro (Drill Dozer), un plataformas rítmico de un caballero ninja que utiliza la música como arma (HarmoKnight) o un run'n'gun con un elefante con aires de Rambo (Tembo: The Badass Elephant). Esta vez se han juntado para crear otra de esas ideas locas que funcionan a las mil maravillas, como es mezclar carreras de caballos y el mítico Solitario, el juego de cartas, en Pocket Card Jockey.

 

La premisa para unir todo esto es de lo más delirante posible. Un buen chaval o chavala no tiene ni idea de montar a caballo, pero tiene el sueño de querer ser el mejor jockey profesional. Pero se muere tras una violenta coz y ser arrollado por un montón de caballos al galope. Tal cual. Un ángel aparece para resucitarle y convertir su sueño en realidad, pero no a cambio de nada. Como al protagonista sólo se le da bien jugar a las cartas, la solución del ángel es que cuanto mejor juegue al Solitario, más correrá su caballo, y así podrá cumplir su sueño. Es tan increíble como suena, si, pero el caso es que el juego empieza y tenemos que hacer eso, tal cual, jugar al solitario para ganar carreras de caballos.

 

Juro que la historia del juego no me la he inventado.

 

A medida que pasaba las horas delante de Pocket Card Jockey iba pensando en un montón de cosas. En lo ridículo y a la vez fascinante de la premisa, en lo bien que funciona todo a pesar de lo raro que parece, y sobre todo en: ¿Cómo analiza uno el maldito Solitario? Efectivamente, una googleada rápida deja ver que no es lo habitual, no hay análisis del Solitario más allá de alguno en tono de broma, y es que tampoco se le puede echar mucho en cara al juego de cartas (¿que no tiene multijugador?)

 

Por suerte, Pocket Card Jockey tiene mucho de videojuego aparte de ese planteamiento loco y el propio juego de cartas en el que basa su mecánica principal. La parte de las carreras de caballos está integrada con sus propias mecánicas en las que no sólo influye el resultado del propio Solitario. Las carreras se componen de tres ó cuatro partes cuyos intermedios son partidas de Solitario cuya dificultad varía dependiendo de la posición de nuestro caballo. A mejor posición, más motivación de cara a la recta final, pero también más difícil se vuelve el Solitario, y más posibilidades de que los rivales nos jueguen una mala pasada. La elección de esas zonas de confort es clave también para recoger ciertos potenciadores, pero por supuesto, sin completar el Solitario en condiciones no se puede hacer nada.

 

La crianza de caballos, un metajuego muy loco y muy inesperado. También se pueden compartir caballos con amigos vía StreetPass o códigos QR.

 

Pero ahí no se queda todo. Además de la parte táctica de la propia carrera y de la parte de los Solitarios, también influye todo lo que se produce fuera de las carreras. Pocket Card Jockey también tiene su propia economía, gana para conseguir dinero con el que comprar mejoras puntuales para tu caballo, pero también para hacerte con nuevos caballos que entrenar y mejorar sus estadísticas durante sus primeros años (medidos en temporadas de varias carreras). Con todo esto también se pueden aparear caballos para criar nuevos ejemplares con mejores habilidades (o distintos colores, peinados, expresiones y todo tipo de delirios).

 

Por supuesto, la limitación de que no te gusten los juegos de cartas es un impedimento bastante importante para disfrutar de Pocket Card Jockey, eso y el idioma, que como pequeño experimento casi más orientado a las regiones donde las carreras de caballos son más populares, viene sólo en inglés, un inglés un tanto técnico que además basa mucho de su humor en juegos de palabras y en las explicaciones de tu hada de las cartas y los caballos, Horse-Off-Course.

 

Pocket Card Jockey tiene un nivel de complejidad que no te podrías esperar. Ganar es difícil, y es la única forma de progresar.

 

Para la broma que podía parecer en un principio algo como Pocket Card Jockey, de repente hay todo un juego con una profundidad difícil de abarcar entre sus varias modalidades de competición. Es un juego mono pero no lo utiliza como reclamo ni como forma de suavizar la cruel realidad. Pocket Card Jockey es un juego exigente, un juego en el que ganar no es nada fácil y requiere tanto un buen uso de la estrategia como toda la percepción y los reflejos necesarios para hacer Solitarios (una variante ágil, lite) contrarreloj.

 

Y con todo, es uno de esos videojuegos que es imposible no tener en buena estima. Su pequeña revolución de mezcla de conceptos no es un cambio a gran escala, no busca sentar un nuevo referente en la industria del videojuego, pero es uno de esos productos que no falla en nada de todo lo que quiere ofrecer. Una sorpresa inesperada.

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