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Analisis PlayStation VR Worlds ,PS4

Las auténticas demos, a precio completo.
Jueves 13 de Octubre de 2016 por Víctor Junquera

Bautizado de forma no oficial como 'el Wii Sports' de PlayStation VR, la verdad es que PlayStation VR Worlds se queda muy lejos de lo que aquel supuso. Cabe decir que acierta en su intención de ser un test tour de algunas de las posibilidades que da la realidad virtual, pero en un pack de cinco experiencias diferentes, se podría decir que sólo dos de esas cinco cumplen y están bien llevadas, y una ni siquiera es un videojuego, sino una experiencia hands-free totalmente pasiva. La primera toma de contacto con PlayStation VR es una lotería, pero si es una de las de PlayStation VR Worlds aparte de London Heist, has tenido mala suerte.

 

No me gusta hablar de productos así en juegos por separado, pero en este caso lo creo conveniente, no sólo porque es algo 'nuevo' que todavía hay que aprender a afrontar, sino porque cada una de las cinco propuestas de PlayStation VR Worlds son completamente diferentes, tanto en intenciones como en calidad, así que vamos de peor a mejor.

 

Luge VR

 

Luge VR es una interpretación callejera del deporte de mismo nombre en el que descender pendientes tumbado boca arriba sobre una tabla, pero lo que en realidad es es una representación de todo lo que podrías no querer de un videojuego, una experiencia que casi no sirve ni 'para enseñar' las bondades de la VR ya que ni es precisamente vistoso, ni impresiona, ni sabe crear sensación de velocidad, ni es muy buen juego.

 

Sólo necesitamos girar el cuello a un lado y al otro para girar a medida que descendemos por los cuatro circuitos de Luge VR, prácticamente iguales todos ellos, esquivando un tráfico contra el que no se choca, sino que se atraviesa a cambio de perder un poco de velocidad máxima. La velocidad sería importante de cara al componente arcade del juego, hay una serie de checkpoints que atravesar a tiempo y perder mucha velocidad puede hacer que no se llegue al siguiente punto de control, pero casi no merece la pena ni intentarlo.

 

Todo en Luge VR es borroso, las pendientes podrían dejar entrever una buena distancia de dibujado pero todo el decorado acaba siendo casi una mancha de tonos marrones (paisaje montañoso), y aunque el indicador de velocidad acaba por señalar un descenso a más de 160 km/h, la sensación de velocidad es prácticamente nula.

 

Odisea Scavenger

 

El título más largo de cuantos comprende PlayStation VR Worlds podría haber sido uno de los mejores, de haber estado bien calibrado. He tenido que acabarlo en sesiones más bien cortas debido a los mareos que me producía casi cada movimiento a los mandos del robot tripulado de Odisea Scavenger y, si bien es una aventura larga (unas tres horas) y es capaz de demostrar ciertas cosillas interesantes con esta nueva perspectiva, sus nulas intenciones para tratar de evitar esos mareos lo echan todo por la borda.

 

Mientras que otras experiencias de movimiento libre reducen el campo de visión al girar, o hacen que rotar dependa de girar la cabeza un poco más que para apuntar, o incluso ponen maquinaria de por medio para amortiguar el impacto de la cámara y hacerlo 'más real', como estar en la cabina de un coche, un tanque o una nave espacial. Aquí no hay medida preventiva alguna y se crea constantemente ese problema de velocidad y bloqueo del giro con el joystick derecho y la mira con la cabeza del que hablaba aquí.

 

Odisea Scavenger es un FPS en el que, como en todo FPS, el stick izquierdo mueve al personaje, el stick derecho hace que gire, y con el movimiento de la cabeza se mueve la retícula de apuntado. Tiene cosillas interesantes, como decía, y hay mucho de exploración y escaneo, hay elementos escondidos por los escenarios y los ataques más eficaces no se hacen disparando, sino lanzando objetos que se pueden recoger con una suerte de rayo magnético que también funciona de cara a resolver puzles y abrir puertas. El intento de atmósfera entre Dead Space y Metroid Prime también forma parte de las buenas intenciones, y los saltos entre plataformas y diferentes cambios de gravedad podrían haber puesto el punto más espectacular al juego de haber estado bien calibrado, pero por supuesto, marean más que impresionan.

 

Danger Ball

 

Danger Ball es el Pong de la realidad virtual, más o menos. Un envoltorio futurista para un tenis entre palas que se manejan 'con la cabeza', apuntando al lugar en el que se quiere poner la pala, moviéndola para dar efectos a la bola, etc. ¡Y es un buen juego! Es realmente simple, claro, es difícil que algo así pueda salir mal, pero Danger Ball al menos es capaz de cumplir con lo (poco) que quiere ofrecer y no desentona.

 

Lo malo es que Danger Ball no ofrece muchas más posibilidades, no hay más modos de juego que un partido tras otro contra una CPU de dificultad ligeramente creciente, e incluso como parte de un conjunto se queda en poco más que una escasa demo. Es el típico juego en el que algo de personalización o algún sistema de niveles y recompensas no hubiese sobrado para tener algún aliciente más para jugar.

 

Inmersión

 

¿Un no-juego es una de las mejores partes del conjunto? Así está la cosa. Inmersión es una recopilación de tres inmersiones (¡Vaya!) al fondo marino, una actividad completamente pasiva en la que sólo tenemos que mirar. Ni siquiera mirar a algo concreto, no hay retos por encontrar objetos por los escenarios ni nada por el estilo, sino que sencillamente es eso, descender, mirar, ascender, en tres recorridos diferentes.

 

Lo que hace especial a Inmersión es lo bien llevado de los recorridos. No da precisamente ideas de cara al desarrollo de otros videojuegos que puedan seguir una estela, pero sí es interesante de cara a las experiencias para mostrar. La montaña rusa virtual que había hace unos cuántos años en toda feria, en tu casa. Inmersión es la experiencia para enseñar de qué va esto de la realidad virtual para quien no haya tenido ningún tipo de contacto con ella y no sepa muy bien a qué atenerse, hay un buen nivel de detalle, hay momentos bonitos descendiendo entre medusas, y las proporciones están muy, muy bien conseguidas (¡El tiburón es MUY grande!)

 

The London Heist

 

La joya de la corona lo es más por la inmersión que genera que por lo que es el propio videojuego en sí o por el guión del corto. The London Heist es una experiencia de algo menos de una hora que nos pone en varias situaciones, unas veces sólo a mirar cómo alguien nos habla, otras veces a escuchar lo que nos cuentan mientras interactuamos con varios objetos como un puro y un mechero o un teléfono móvil, y 'la salsa', que es la parte de investigación, el robo en sí, y por supuesto los tiroteos.

 

The London Heist tiene el detalle de permitir el control con un Dual Shock 4, pero como todos los juegos que iremos viendo que lo permiten como opción, en realidad es muy poco recomendable en comparación al control con un par de PS Move, por aquello de tener ambas manos separadas y poder apuntar independientemente y 'sentir' que coges cosas con las manos.

 

Y si bien casi no hay peligro alguno en esas partes de acción, por mucho que te disparen, el propio cuerpo te pide inclinarte para cubrirte detrás de un mueble, o asomarte por la ventanilla del coche para disparar a las ruedas de tus perseguidores. Cuesta imaginar un 'juego completo' así, pero aunque breve, sin duda es una buena experiencia.

 

En resumidas cuentas, PlayStation VR Worlds es el auténtico disco de demos que tendría que haber sido incluido con todo PlayStation VR, disfrazado como 'juego completo' a un precio nada atractivo para lo que es. Una experiencia 'para enseñar', muy lejos de lo que un poseedor de un PlayStation VR podría querer.

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