Analisis Pikmin 3 ,WIIU

¿El juego por el que merece la pena tener una Wii U? Podría haber sido uno de los juegos por los que merecía la pena tener una GameCube, en su día, cuando era un juego realmente único. Hoy en día quizás ya no sorprenda a quienes conocen la saga, pero son esos mismos quienes van a ir a por Pikmin 3 sin pensarlo, y no se van a sentir decepcionados en absoluto. Pikmin 3 es un caso extraño para ser Nintendo. Continúa una saga con numeración, algo que no se ve muy habitualmente, y lo hace de un modo tal que no se nota el paso de los años, y esto hay que matizar, es para bien.

Pikmin 3 es una aventura de estrategia en tiempo real. Casi más un puzle en el que tenemos que utilizar constantemente nuestra capacidad de observación y nuestra experiencia acumulada para progresar, pero no hablamos de una experiencia de esa que se mide en números, sino de experiencia real, de la que se adquiere cuando pierdes medio ejército por una maniobra mal medida, llegando a conocer a la perfección todas las herramientas que hay en tu mano, y eso es algo que no se ve mucho hoy en día.

Por supuesto que en el apartado técnico han pasado los años, hay una mejora considerable, algo lógico teniendo en cuenta que han pasado dos generaciones, pero sigue sin ser el juego que marque una diferencia con respecto a lo que se puede ver en 360 y PS3 si nos ponemos a mirar polígono por polígono, textura por textura. Pero aún así, el conjunto es irrepetiblemente precioso. Es quedarse constantemente boquiabierto con una sucesión de fotografías macro y deleitarse una vez más con un mundo que despierta la imaginación y que fascina con cada nueva criatura que nos encontramos. Pero el tiempo se detuvo para Pikmin en 2001, en aquella época en la que el jugador se valía por sí mismo.

Algo muy agradable de Pikmin 3 en pleno 2013 es que en un juego cuya campaña puede durar unas 8 horas, hay altísimas probabilidades de quedarse atascado. Aquí no hay superguía que valga, no hay exceso de vidas, no hay tutoriales, no hay flechas guía que te indican el camino, no hay objetos brillantes en el suelo que te indican qué coger para avanzar,... Y así terminas plantándote sin querer ante una criatura descomunal que puede tener sólo tres patrones de ataque, pero ataques que en dos oleadas te dejan sin ejército, y son ataques que el propio jugador debe discernir cómo evitar y contraatacar de la forma adecuada con los recursos que tenga a mano. Algo tan simple como no recordar que los Pikmin rojos resisten el fuego puede llevar a una masacre.

El problema es que para Pikmin tampoco ha avanzado el tiempo en cuestión de controles, y quien juegue con el Wii U GamePad, sí, encontrará un aliado vital en el mapa de la segunda pantalla, pero también notará cómo le sobran botones y le falta algo útil con lo que apuntar. Pero claro, quien juegue con Wiimote y Nunchuk del mismo modo que se jugaba a Pikmin 1 y 2 en las versiones New Play Control de Wii, ganará en precisión pero se perderá el movimiento libre de la cámara. Porque Pikmin 3 es un juego realmente exigente y algo que en combate se habría solucionado con un Z-Targetting bien implementado, acaba haciéndote pensar que este juego necesita tres joysticks.

Pikmin 3 puede que no tenga un límite de 30 días como tenía el original, pero tiene un límite de víveres, ligeramente holgado para que el jugador no sienta la presión de tener que acabar el juego contrarreloj pero lo justo como para saber que no te puedes parar a pasear, y un día sin conseguir algo, es un día totalmente perdido que, por suerte, se puede repetir en una línea temporal que podemos rehacer a conveniencia. Pero no es lo recomendable para la primera vez, la vez de jugar por descubrir y disfrutar de cada sorpresa que aguarda el juego. Porque habrá una segunda vez, claro.

Las primeras horas con Pikmin 3 pueden llegar a ser un tanto confusas en cuanto al reparto de personajes, y de hecho, puede que incluso GTAV llegue a tener el mismo problema. Coordinar los movimientos de tres personajes, cada uno con su respectiva fracción del ejército total de Pikmin, es tarea ardua. Se tarda en cogerle el punto a las peculiaridades de cada acción, como que los Pikmin encargados de recoger materiales para un puente vuelvan al punto en que estaban los escombros al terminar, pero los que portan píldoras o monstruos para convertirlos en más soldaditos se queden junto a la cebolla, pero gracias a tener tres personajes podemos avanzar con todos a la vez, seguros pero gastando más tiempo, o podemos dejar a uno de ellos encargado de recoger a quienes se van quedando rezagados, mientras otro abre caminos y el tercero se dedica a cazar, siempre y cuando no nos embarquemos en una misión que requiera la presencia de los tres para sortear obstáculos lanzando a los compañeros.

Puedes coger un puzle de 1000 piezas, tirarlas sobre una alfombra, colocarlas todas boca arriba e imaginar el resultado, también puedes empezar por una esquina y probar pieza por pieza a ver cuál encaja a riesgo de tardar toda una vida, o puedes utilizar agudeza visual e intuición para ir por bloques con los que terminar de formar la imagen completa. Como aquí, que puedes jugar a Pikmin 3 de muchas formas, pero unas son más efectivas que otras, y desde luego, saber administrar recursos y repartir tareas es tan importante como conocer todas las peculiaridades de tus aliados y tus enemigos.

Se podrían haber añadido muchas más características al juego para hacer que fuese como algo de hoy en día. Más modos multijugador o el mismo cooperativo existente pero en online podrían haber funcionado, pero la rejugabilidad de la campaña junto con las misiones extra y su sistema de puntuaciones exigente al límite es más que suficiente para hacer que la balanza duración/precio que muchos utilizan no se desequilibre. A pesar de todo, Pikmin 3 sigue siendo un juego realmente único en ambientación y concepto, que puede que no te anime a comprar una Wii U, pero si ya la tienes, no puedes dejarlo pasar.