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Analisis Pac-Man 256 ,IOS

Un error gratificante.
Domingo 04 de Octubre de 2015 por Rafa del Río

Afinales de los 70 un jovencísimo creatrivo y actor en ciernes, Toru Iwatani, se unía al programador Shigeo Funaki y al compositor Toshio Kai para crear el que sería uno de los mayores hitos de la historia de los videojuegos. El 22 de mayo de 1980 nacía Pac-Man, el videojuego dirigido a un target femenino y que, casi sin saber por qué, conquistaba múltiples generaciones por su diseño sencillo, su planteamiento frenético y su jugabilidad sin parangón. 

 

Desde entonces, muchos intentaron repetir el éxito, pero Pac-man era inigualable, y ni los múltiples intentos de clonación por parte de la competencia ni los intentos de la propia Namco de volver a repetir la jugada con sus vástagos lograron siquiera rozar la fuerza del original. 

 

 

Pac-Man 256

Han tenido que pasar 35 años para que Namco vuelva a retomar la jugabilidad que un día hizo grande al extraño queso amarillo que conquistó nuestros corazones, y le de un par de giro de tuercas para que el concepto funcione en nuestros dispositivos móviles. 

 

¿El resultado? Un juego retro de corte free to play que incluye varias novedades, vistas más modernas, una resolución estupenda que pega bien con las luces y el efecto neon y un toquecito a lo RPG que pierde mucho por culpa de la monetización.

 

Pero vayamos punto por punto

Pac-Man 256 es una de las ideas más divertidas y originales que he visto últimamente, pero no por su jugabilidad ni por su puesta en escena, sino por lo arriesgado de la decisión de su título y su planteamiento. El número del título hace honor a un error que tenía la placa original, un bug que, llegados a la última pantalla de Pac-Man hacía que la pantalla se llenara de caracteres sin sentido y fuera imposible terminarla. 

 

Para esta ocasión se ha cogido el famoso error 256 y se ha hecho que forme parte de la jugabilidad del título, convirtiéndolo en un obstáculo del que hay que huír a lo largo del juego. De hecho, el juego puede plantearse como una especia de 'sobrevivir en la última fase del Pac-Man original', una metasecuela que nos introduce en un laberinto interminable en el que se mezcla la mecánica clásica de la saga con la del endles runner al tener que huír de los caracteres a la vez que esquivamos a los fantasmas y coleccionamos puntos, puntos especiales, frutas, potenciadores y demás objetos. 

 

El famoso Error 256

 

Todo muy moderno

Pero como decía, Pac-Man 256 hace honor a los tiempos modernos, y nos ofrece una vista isométrica y una puesta en escena que, sin ser realidad virtual, sí que mejora mucho la experiencia de juego de su antecesor. 

 

Junto al nuevo punto de vista moderno tenemos la aplicación del concepto RPG al título mediante la inclusión de potenciadores del bueno de Pac-Man que le llevarán a aumentar de tamaño, volverse invencible, lanzar rayos lásers... Todo ello mejorable mediante el uso de unas moneda que iremos obteniendo en tiempo de juego y que podremos conseguir mediante el paso de la tarjeta de crédito o los viejos sistemas de ver vídeos, visitar páginas y 'porculear' a los contactos invitándolos a jugar.

 

Respecto a la facturación técnica hay que reconocer que Pac-Man 256 es más que resultón en todos sus aspectos. Las capturas puede que no luzcan bien del todo, pero in game los diseños sencillos y la nueva perspectiva funcionan a la perfección, los controles no defraudan -ni tendrían por qué- y la música es más que correcta, acorde a la época pero sin olvidar la partitura original de Toshio Kai.

 

 

Resumiendo

Pac-Man 256 es un digno sucesor de un juego que, como es obvio, ya tiene 35 años a su espalda y no se puede pedir que siga siendo la juya de la corona del catálogo de juegos para móviles. Funciona excepcionalmente bien como homenaje a su abuelito, y tiene varios puntos fuertes que hacen que merezca la pena descargarlo para echar el rato.

 

Sin embargo, no deja de ser lo que es: Una mezcla retro de un formato de hace ya tres décadas y media que, a la larga, se hace pesado y repetitivo. La monetización no ayuda, arruinando algo que podría haberse trabajado más, y tal vez podrían haber pensado en un modo cooperatativo online o alguna forma de compartir la experiencia en un juego que lleva décadas pidiendo dos jugadores en pantalla. 

 

Como siempre, en los juegos free to play, os aconsejo que lo probéis. No váis a perder nada, salvo el tiempo, ya  los más viejunos os arrancará una sonrisilla de nostalgia. 

 

¡Nos leemos!

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