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Analisis Oreshika Tainted Bloodlines ,PSVITA

Un JRPG fresco, original, divertido y profundo para tu PSVita. Eso sí, en inglés.
Viernes 10 de Abril de 2015 por Adrián Suárez Mouriño

Oreshika: Tainted Bloodlines es, sin lugar a dudas, de lo mejor y más original que podéis jugar a día de hoy en PSVita junto con Gravity Rush. El título de Alfa System llega además en digital por 19,99 euros; vamos, un caramelito en forma de JRPG profundo y muy divertido con solo una pega: llega en inglés, y de los durillos.

 

Oreshika: Tainted Bloodlines entra por los ojos. El videojuego cuenta con un apartado artístico genial, con un cell shading colorido, brillante y luminoso, y unas escenas de anime ochenteras que enamoran. Ya echaba de menos esos pelazos al viento de colores.

 

Oreshika tiene un apartado artístico sensacional. Si te gusta el anime, te cautivará

 

Todo este despliegue sirve para contarnos una historia curiosa y deliciosamente enrevesada: los dioses del Japón Feudal están enfadados por el rapto de una serie de objetos divinos, provocando un sinfín de desastres naturales que asolan el mundo. El emperador, dejándose aconsejar por un malenticionado brujo, asesina a todo un clan (el nuestro) para aplacar la ira de los dioses.

 

Pero esto no les complace, por lo que resucitan a nuestro clan para que descarguemos nuestra ira contra el brujo. Claro que no todo será tan sencillo: nosotros y nuestros vástagos llegan con un par de maldiciones: cada miembro de tu clan tiene un límite de vida de dos años. Para ampliar su clan y que no vuelva a desaparecer, solo pueden procrear con dioses y diosas (que luego ves a las diosas y dioses y tampoco supone mucho problema. Groaur).

 

Este es el punto de partida para un JRPG con dos partes muy diferenciadas: el mazmorreo y la gestión. Por una parte, tendremos que estar siempre pendientes de nuestro reino, de expandirlo, de conseguir nuevos dioses y diosas, vigilar que nuestro de vida no se agote, visitar otras villas, realizar pactos y charlar con todo aquel que se nos acerque.

 

Oreshika: Tainted Bloodlines combina muy bien gestión y combate

 

Son tantas las cosas a hacer que contamos con una hurón transformada en niña (ay, estos japoneses y su bestialismo moderado) que automáticamente nos prepara el plan de cada mes. Esto es importante puesto que Oreshika: Tainted Bloodlines incorpora un sistema de tiempo estricto y exigente. Si pasamos demasiado tiempo en una mazmorra podemos regresar a nuestra aldea y descubrir cómo nuestra muerte se encuentra peligrosamente cerca. Nos hemos liado demasiado navegando por la mazmorra y desatendido nuestras tareas.

 

Al morir, tras una preciosa declaración de nuestro personaje acerca de sus aciertos y fracasos como líder del clan, le pasará el testigo al siguiente en la línea sucesoria, que heredará dicho título y pasará a liderar la formación de combate.

 

Oreshika: Tainted Bloodlines sabe captar muy bien la magia del folclore japonés

 

La otra sección importante del juego se refiere a las dungeons que tenemos que visitar. En ellas subiremos el nivel de nuestros aliados, iniciaremos en el combate a los recién llegados, obtendremos dinero y ventajas y combatiremos contra el brujo que maldijo a nuestra familia; pero solo en momentos concretos de la aventura, en la que la puerta al mundo de los demonios se abre, el llamado Feast of all Demons; sí, un festival en el que estos aparecen bailando. A lo loco.

 

El combate de Oreshika: Tainted Bloodlines es una chulada. A efectos prácticos nos encontramos ante lo mismo de siempre: un grupo de enemigos a un lado y nuestras huestes al otro. La diferencia llega con que cada miembro de nuestra tropa, en función de su carácter heredado del dios o diosa con el que lo hemos engendrado, nos propondrá un curso de acciones particular. Seguirlo nos premiará con su confianza, no hacerlo le desanimará.

 

Podemos enfrentarnos a nuestros rivales de manera rápida liquidando a su líder, lo que hará que sus esbirros se dispersen, o asesinando a este al final y recibir una mayor recompensa; pero cuidado, el tiempo pasa mientras estamos enzarzados en el combate y la muerte acecha, ¿tienen ya tus personajes la edad adecuada para tener hijos, tienes en mente cuánto falta para esa fecha en la que tendrá lugar el Feast of All Demons? Son muchos los factores a los que atender en Oreshika: Tainted Bloodlines, lo que le da su personalidad, pero también donde muestra su cara más amarga.

 

No es fácil querer a Oreshika: Tainted Bloodlines en sus primeras horas de juego

Oreshika: Tainted Bloodlines cuenta con un arranque que se hace muy, muy, muy cuesta arriba. Se te entrega muchísima información porque hay mucho de lo que informar, y toda ella llega en inglés y de repente, y sin parar. No es hasta pasadas entres dos o tres horas que empezarás a jugar de una manera más o menos libre; y este inglés no es uno que se pille a la primera, más cuando hay tantas variaciones posibles de cada elemento del juego.

 

Yo he de reconocer que he tenido que recurrir a artículos y guías para enterarme de todo lo que se me estaba contando. Esto no es solo perjudicial para la comprensión de las mecánicas, también para entender la propia historia, que avanza con un jugador que todavía está intentando entender cómo demonios tener un hijo que no le salga con un temperamento demasiado loco.

 

Oreshika: Tainted Bloodlines es ese JRPG raro y fresco que estabas esperando. Hay que saber inglés para jugarlo, perdonarle lo mal que entrega la información que da y que las mazmorras estén diseñadas a posta para que te pierdas, malgastes tu tiempo y veas frustradas tus intenciones de tener una mayor progenie; pero es una chulada que ningún amante del JRPG que quiera algo distinto debería perderse sabiendo, eso sí, inglés.

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