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Analisis Need for Speed Most Wanted ,WIIU

El Dark Souls de los juegos de conducción
Viernes 22 de Noviembre de 2013 por Alejandro Pascual

El Need for Speed de Criterion hace su aparición en Wii U cuatro meses más tarde que las versiones originales de PS3, 360 y PC, y no lo hace al estilo de como lo hizo en su día Ninja Gaiden 3 con su versión mejorada Razor's Edge, sino que lo hace más como lo fue esa edición especial de Mass Effect 3, que de especial tenía poco más que incluir un DLC, las clásicas funciones de mapa y HUD para la pantalla del mando, y el muy agradecido Off-TV. Poco más que eso se puede añadir de Need for Speed: Most Wanted U.

 

La policía llegaba a ser un auténtico incordio. Ahora pulsando un botón se vuelven tontos.

 

Desde luego, para los usuarios de Wii U un juego así llega como agua de mayo teniendo en cuenta la escasez del catálogo y la calidad de este Need for Speed que perfectamente podría haber pasado por un nuevo Burnout, pero de un retraso así podíamos haber esperado mucho más que unos botones rápidos en la pantalla táctil para activar trucos. Además de la bendición de jugar a todo un arcade de conducción así en cualquier lugar de casa gracias al Off-TV, esta versión ofrece una especie de modo cooperativo en el que mientras que un jugador conduce con el Controller Pro, el otro maneja diferentes aspectos del juego con el Wii U GamePad, algunos tan puramente estéticos como la hora del día, y otros que pueden conseguir convertir a la incesante policía en coches de choque conducidos por niños que no saben cómo girar.

 

Podrían haber incluido en la pantalla táctil varios de los accesos rápidos del sistema EasyDrive, pero aún así habría que dejar de conducir para acceder a ellos. Need for Speed: Most Wanted U conserva las mismas virtudes y defectos que las otras versiones, sin apenas diferencias técnicas ni más contenido extra más allá que ese Ultimate Speed Pack, DLC que en otras consolas es de pago. Si esto fuese un simulador, tendríamos el problema adicional de que ningún mando de Wii U tiene gatillos con recorrido, pero no es algo que en NFS:MW afecte dado el carácter del juego de acelerar siempre al máximo. Lo más divertido de esta versión, sin duda, es esa conexión entre Autolog y Miiverse que hace que no sólo aparezcan tus amigos por ahí picándote con los récords, sino que sus Miis aparezcan entre los Most Wanted y en carteles de Se Busca por toda la ciudad.

 

Las carreras y las persecuciones siguen siendo la salsa del juego, mucho más que explorar la ciudad. Es una pena que no estén los choques característicos de Burnout...

 

Los problemas del juego de si mirar a la pantalla o al mapa no se resuelven en esta versión ni mucho menos. De hecho, poner el GPS en la pantalla táctil distrae mucho más de la carretera que tenerlo en una esquina de la pantalla principal. Pero a pesar de tener ciertos problemas de diseño en ese aspecto, Need for Speed: Most Wanted es un gran juego de conducción arcade que respira el aroma de Burnout allá por donde pasa, sea en la plataforma que sea, y para demostrarlo, está a continuación el análisis de Alejandro Pascual de la versión original del juego.

 

 

 

Análisis original de Need for Speed: Most Wanted

 

El sistema de conducción de Need for Speed Most Wanted es como un GPS. Míralo en un mal momento y lo más probable es que tengas un problema al volante. Es lo que pasa con los mundos abiertos, algo que parece haberse puesto de moda estos últimos años con juegos como Horizon, Test Drive Unlimited o el homólogo Burnout Paradise. Todo para poder crear un sistema que no necesite menús para empezar a jugar. Aun así, el juego de Criterion incluye un menú de acceso rápido in-game el cual es inaccesible si no detienes tu coche para mirar bien qué estas haciendo. Y es que cada vez que nos enfrentamos a un sandbox de conducción, nos repetimos la misma pregunta una y otra vez: ¿Qué problema hay con los menús?

 

Las interfaces de juego no son más que un acceso directo a la diversión rápida, al pulsar un botón para empezar a hacer lo que sea que tengas que hacer en el juego. Crear un mundo abierto es, y debe ser, algo más que intentar evitar los menús. Deben ocurrirte experiencias tanto o más divertidas que las que encontrarás en el objetivo que marques en el mapa, como bien han marcado GTA o Elder Scrolls a lo largo de la historia.

 

Entonces, ¿qué pretende Most Wanted al evitar estos accesos directos? Quizás, unificar una ciudad libre donde las carreras pueden llegar a ser infinitas. La premisa es buena. La resolución, no tanto. Coger un coche y conducir hasta el punto de inicio de una carrera puede llegar a durar cinco minutos. Si en el camino te topas con una de las policías más perseverantes vistas en un videojuego, la cosa puede llegar a los quince minutos, siempre y cuando te deshagas de ella antes de llegar al punto de partida, o no podrás empezar a correr. Y, una vez liberado del asedio policial, vuelve a buscar tu objetivo. Todo esto es lo que se podría haber evitado de haber incluido un menú en el que solo tienes que pulsar un botón para empezar a correr. Esto no es casual, es sencillez.

 

¿Ves ese vehículo con el que nos la vamos a pegar? Giró inesperadamente, destrozando nuestros sueños de llegar el primero a la meta.

 

Claro, que también dependen tus gustos al volante. Si eres capaz de no centrarte en los objetivos que te marca el juego y, simplemente, disfrutar de cada choque y cada persecución aleatoria que sucede por la ficticia Fairheaven, entonces Most Wanted es tu juego. Pero volvamos a la analogía del GPS. Need For Speed posee uno de estos cacharros en la parte inferior izquierda de la pantalla, y la mayoría de las veces es el causante de los mil y un choques que sufriremos en nuestro camino. Algo que, por ejemplo, Horizon soluciona con la voz de GPS que te indica el sentido al que tienes que girar; o, en su momento, Burnout Paradise solucionaba con el nombre de la calle y un intermitente que te indica la dirección de la próxima intersección; aquí no hay nada de eso. Tus ojos se desvían hacia el mapa y esa camioneta que viste pero que no viste se estampa contra el morro de tu bonito Alfa Romeo. O, en el peor de los casos, te pasaste el cruce y tienes que volver, perdiendo unos importantísimos segundos.

 

A estas alturas, a nadie debería de sorprenderle que Most Wanted es, en el fondo, Burnout Paradise 2. Todo funciona igual, hasta la forma de entrar en cada carrera, pulsando el freno y el acelerador a la vez para empezar a competir.  Y sin embargo no lo es. Al tener la licencia Need For Speed, Criterion se ha podido asegurar, como en Hot Pursuit, que los coches sean reales, pero a su vez, tendrás que olvidarte de los espectaculares choques marca de la casa, puesto que los desperfectos de cada vehículo son mínimos y nunca verás como tu bólido se convierte en un acordeón en cámara lenta. Esa falta de gamberrismo que hizo grande la obra de Criterion en 2007 termina por crear un título divertida, pero que a veces parece perder el norte.


Luego está el multijugador. Quizá, la esencia de Most Wanted que desde que inventó su maravilloso Autolog llevó el sistema de récords a un nivel personal. Puedes competir tanto con amigos como con el resto de la comunidad, en una especie de Gymkhana que reúne unas cuantas pruebas. El sistema utilizado, de nuevo, huye de la filosofía de menús y lobbys de espera, optando por un modo en el que los coches deben esperar a que otros terminen la prueba, entreactos para recibir nuevos jugadores y conducir al nuevo punto de encuentro.

 

Las introducciones a cada evento son muy creativas. Lo mejor es que no son una carga obligatoria. Están porque, sencillamente, molan.

 

De nuevo, aquí influye tu gusto como jugador. Acostumbrados a multijugadores donde un tiempo máximo de espera que sobrepase el minuto es preocupante, Need For Speed se olvida del dogma y puede llegar a durar unos cinco minutos. Claro que en el camino el juego se comporta como ir a los coches de choque, con un montón de jugadores como locos por conseguir 100 SPs intentando hacer un takedown antes del inicio de carrera, pero es algo que hay que tener en cuenta para aquellos que prefieran partidas rápidas y directas.

 

Fairheaven sigue la misma línea que Paradise City, con sus núcleos urbanos, sus zonas industriales y carreteras alpinas llenas de atajos. Los coches se comportan de la forma más arcade que te puedas imaginar, en la línea de cualquier Burnout, con la única diferencia de que aquí puedes cambiar algunas partes de tu coche para tener mejor agarre en pista o tierra, un chasis más aerodinámico o protector, o unas marchas más cortas o largas para tener mejor aceleración o velocidad punta. Técnicamente, el trabajo sobresale de la media, con unos entornos muy cuidados que solo quedan empañados por los bajones de frames que se producen ocasionalmente, pero que pueden echar al traste tu mejor puntuación.

 

Ahora bien, como todo buen Burnout, Most Wanted brilla como él solo cuando empiezas a coger el ritmo en cada carrera. Terminar primero después de hacer unas vueltas perfectas, sin prácticamente ningún choque y con la satisfacción de hacer un par de takedowns por el camino, nos lleva a esa sensación eufórica de ser un maestro en el arte que plantea Criterion. El sistema de medallas funciona tan bien como el primer día, buscando el oro por encima de todas las cosas, ya que esta vez incluye mejoras para tu coche y llevándolo mucho más allá gracias al Autolog, para superar los récords de tus amigos.

 

Criterion sabe que su nueva obra se disfruta mejor en compañía. Sus interfaces muestran siempre los resultados de tus amigos junto a sus tiempos. Es un juego de picarte donde, probablemente, la experiencia pueda quedar algo diluida si la vives en solitario. Y es que Most Wanted te plantea, prácticamente nada más comenzar, definirte como jugador de conducción. Si eres tolerante con su sistema de carreras, su mundo abierto, sus viajes constantes hacia un punto de encuentro para empezar a jugar, tienes un título casi infinito en posibilidades, que además se amplía con un modo multijugador tan divertido como cuando quedabas con tus amigos para jugar al escondite, al bote botero o al pilla pilla (y donde, incluso, perdonas las pequeñas "trampas" que hace cada jugador). Pero si eres de la vieja escuela, que busca una experiencia donde se perciba tu pericia al volante, es probable que el estilo de este Need For Speed se te antoje demasiado simple en su conducción y a la vez complejo en sus reglas de conducta.

8

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